Muchos me sonríen emocionados por la calurosa bienvenida.
Otros me miran con curiosidad y duda, pero nada de eso me importa, porque estoy feliz de estar rodeada por mis hermanos y hermanas.
Contando a Laela y yo, ahora somos 56 Brujas y Brujos en Suré. Oh, y aún no cuento a las niñas y niños de la ciudad de Suré que desconocen que son Brujas y Brujos.
Estoy infinitamente feliz en este momento, pero es hora de ser seria y tomar responsabilidad por las 54 almas que han venido a mí.
Annabeth: -¡LES PROMETO QUE ESTARÁN A SALVO DENTRO DE LA CIUDAD! ¡YO LOS PROTEGERÉ!
Ran: -Y yo también.
No necesito voltearme para saber que eres tú, Ran. Pero igual me sorprendí al verte, hoy has venido con tus mejores ropas, carruaje y sequito.
Si no supiera que es un hombre de fe, cualquiera lo confundiría con un príncipe.
Aunque Ran no lo diga, él y Lirio son muy parecidos en lo vanidosos que son con sus apariencias, a ambos les gusta brillar como el sol y cegar la vista de los Mortales. Me pregunto si vestir tanto oro encima no le pesa. ¡Incluso se puso zarcillos de oro! Y si sumamos el hecho que desde comió Néctar su piel resplandece como los Espíritus, ahora mismo Ran se ha llevado toda la atención de las Brujas, Brujos y transeúntes.
Ran: -Los saludos, hermanos, hermanas, como máximo representante del Templo Ciudadela de Suré les doy la bienvenida. Nosotros les proveeremos de alimentos y un lugar para descansar. ¡Tengan la seguridad de que la Iglesia Ortodoxa no podrá lastimarlos en este sacro Templo!
Esta es demasiada luz para los ojos. ¡Ran, nos vas a dejar ciegos! ¡No sonrías!
-Oh, Dios… Es un Espíritu.
-O quizás un Santo.
-Yo creo que es Espíritu.
Erina: -No, ese de ahí atrás si es un Espíritu. Este joven solo lo parece.
Joshua: -¿Hay un Espíritu?
Reconocí esa voz. ¡Señor Joshua! Jajaja.
Erina: -Sí, está atrás de Annabeth.
-Mami, ese chico está brillando.
-No señales, eso es de mala educación.
Los niños son tan adorables.
Ran: -Sé que es mucho pedir dado que es nuestro primer encuentro, pero les pido que confíen en nosotros y permitan que los Paladines hagan su labor. El censo y la revisión de las carretas es necesario para mantener la seguridad, la paz y el orden dentro del Templo. No les quitaremos sus pertenencias, solo deseamos confirmar que no se introduzcan armas, drogas, ni ninguna irregularidad que pueda amenazar la seguridad de las personas. Esto lo hacemos con todos los visitantes, es rápido, así que espero su comprensión.
Con su calmada voz y encantadora sonrisa ha tranquilizado un poco la tensión que había con los Paladines.
Annabeth: -Ran, deberíamos llevarlos al Templo Mayor para que descansen.
Los ancianos, como la señora Erina, siguen dentro de las carretas porque ya no pueden ni levantarse por el cansado viaje.
Ran: -Ya todo se está organizando, no te preocupes, Beth. Y si me permites…
Oh, cierto.
Le hago un gesto con la mano para que vaya.
En cuanto se aleja de mí, va apresurado donde su madre.
Ran: -¡Madre!
Es como un niño pequeño corriendo, que adorable. Verlos abrazarse con tanto entusiasmo demuestra lo ansiosos que estaban por volver a reencontrarse.
Cuando están juntos se nota el gran parentesco físico que tienen.
Ahora entiendo porque Ran no había mencionado a Sassaba durante todos estos meses. ¡Él ya sabía que ella iba a venir!
Muchos de los presentes están asombrados por este reencuentro entre madre e hijo. Ni los Hermanos que vinieron como el sequito de Ran se esperaban algo como esto y los Paladines tienen caras confundidas.
Lo que me recuerda, no tengo tiempo para andar deprimida.
¡Ahora tengo mucho que hacer!
Uno de mis planes a futuro es enseñarles a los Paladines Magia… eso los haría más fuertes. Sé un tipo de Meditación que se centra en el fortalecimiento muscular que les vendría muy bien aprender, jejeje y ahora tengo amigos que me pueden ayudar a enseñar. Lo estuve retrasando hasta ahora porque me centré en ataques a distancia, y porque los Paladines andan muy ocupados con sus responsabilidades, pero no estaría mal tener un plan B.
Jajajaja.
Annabeth: -Zana, ¿Qué fue lo que preparó Ran?
Le pregunto en cuanto la veo acercarse a mí.
Zana: -Se celebrará una comida en el comedor mayor, luego podrán descansar en el Templo Mayor y mañana podrán trasladarse al Pabellón de Rosas. Aún nos falta unos últimos detalles antes de tener listo el edificio.
Annabeth: -Genial, gracias. ¡Vamos al Templo Mayor!
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Editado: 17.12.2025