Las Brujas también desean un final feliz

Capítulo 84 - Annabeth

Después de dejar el comedor, nos reunimos todos en el jardín donde doy mis clases de Magia.

Ya, por costumbre, muchos de mis aprendices de Magia se sentaron en el suelo rodeándome, y las Brujas y Brujos siguieron su ejemplo.

Annabeth: -Lo que voy a decir es importante, quisiera que todos los miembros del Templo estén presentes. Pasen la voz, por favor.

Pedí y en cuestión de minutos la gente comenzó a reunirse. Incluso los artesanos de la imprenta, Magos de la Alianza Eclesiástica y el señor Berthram se hicieron presentes. También, algunos rostros nuevos se unieron y miraron desde lejos.

Parada en un alta explanada que Ran mandó a levantar para mí en el centro del jardín, comencé a explicarles la actual situación de Suré y el futuro que le espera al mundo si esta Sagrada Ciudadela cae.

Annabeth: -Una guerra contra la Iglesia Ortodoxa está próxima a venir. Necesito vuestra ayuda para proteger a las personas de Suré.

Escucharlos estar de acuerdo con ayudar me alegró el corazón, aunque pude notar que había duda en algunos.

Annabeth: -Gracias, por su apoyo. Los Dioses estarán con nosotros. Suré es ahora nuestro hogar. El Altísimo Hermano Superior, Ran, y yo tenemos planeado fundar la primera Sacra Academia de Brujería aquí en Suré. Haremos Oficial la Brujería y la fe la Diosa Vida nos respaldará.

Escuchar eso los animó aún más a mis hermanos y hermanas, incluso los que dudaban se emocionaron.

Con calma, seguí con mi discurso.

Y les hablé de los Demonios y su relación con la Iglesia Ortodoxa. Al escuchar, que fueron los Ortodoxos quienes enseñaron a las Brujas la Invocación de Demonios la ira y la indignación se hicieron presentes.

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué nosotros?!

-¿Por qué los Ortodoxos nos enseñarían sobre Invocación Demoniaca?

-Ahora que recuerdo, mi abuela solía contar que un tipo raro le dio una vez un libro sobre Demonios. Ella lo quemó en el acto, era Bruja Espiritual y esas cosas los Espíritus lo odian.

Dijo una madre con un niño en sus brazos, luego quisiera tener una charla con ella.

-Cuando era joven, también me encontré con personas que querían venderme libros sobre Demonios. Lo más sospechoso es que después de comprarlos desaparecían. Me vi tentada, pero nunca los usé.

Contó una vieja Bruja.

Annabeth: -Señora, ¿aún los tiene?

-Uno tengo, lo quemaré si es un problema.

Annabeth: -¡No lo queme! Quisiera usarlo para investigar su origen. Si logramos tener pruebas sólidas y tangibles contra la Iglesia Ortodoxa, eso sería muy útil para nosotros.

Ahora son un mar de voces discutiendo para encontrar más pruebas.

Ran: -Con pruebas, podríamos exponer este ultraje ante el reino de Inhar y otros reinos. De ese modo, la Iglesia Ortodoxa perdería influencia y credibilidad ante los reyes y la gente.

Las palabras de Ran calmaron las bulliciosas voces.

Hasta el momento, no teníamos planes de ir directamente contra la Iglesia Ortodoxa por este asunto, pero eso ahora ha cambiado. No importa si dicen que lo hacemos como venganza, esto es justicia por todos nuestras hermanas y hermanos muertos en la hoguera acusados por hacer pactos con Demonios.

Sassaba: -¡Creo que tengo una testigo y pruebas! Cloe estaba estudiando sobre Contratos Demoniacos, pero nunca quiso contarnos sobre sus fuentes. Su casa explotó hace poco, pero sé que ella escapó junto a su novio.

Sassaba me hizo recordar a una importante testigo que por el momento había olvidado.

Ran y yo nos miramos. La vamos a encontrar a como dé lugar. Y haremos caer a la Iglesia Ortodoxa hasta el fango.

Annabeth: -Recabaremos toda información que puedan aportarnos después y con calma. Ahora quisiera explicarles por qué los Ortodoxos nos dejan a la merced de los Demonios.

Al escuchar eso, todos se callaron.

Annabeth: -La mayoría de Brujas y Brujos poseemos una “Piedra” dentro de nuestros cuerpos. Yo lo llamó Corazón Mágico. Este Corazón es la razón por la que nacemos sintiendo la magia y nos vincula a las energías del mundo con mayor facilidad. Y las energías del mundo, es la energía de los Dioses. Es decir, las Brujas y Brujos somos los más cercanos a la energía de los Dioses. Nuestras Almas son las más dignas de sentir esta dicha y fuimos bendecidos con este Corazón Mágico.

Puedo ver sus caras de incredulidad.

Annabeth: -Hermanas, hermanos, nosotros somos el blanco cordero que la corrupta Iglesia Ortodoxa a entregado a los Demonios. ¿A cambio de qué? No lo sé con certeza, pero miren tantos años de desgracia. Nosotras muertas en la hoguera y ellos en opulencia. Fuimos el chivo expiatorio de una malvada Iglesia.

La ira está invadiendo sus miradas. Algunas incluso lloran con rabia. Obviamente, los insultos no faltaron.




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