~~~~Nick🎸
Hay muchas cosas que no deberían hacerse con resaca.
Una de ellas es escribir una canción.
La otra… es leer los titulares sobre ti mismo.
Pero ahí estaba.
Con una guitarra en las piernas, una libreta a medio llenar, y un verso que me daba vueltas en la cabeza desde hacía días:
“There’ll be better nights…”
Bee Carter y sus malditas frases poéticas.
No sabía si lo hacía a propósito, pero tenía el don de convertir cualquier conversación en una letra de canción. Y no una cualquiera: una buena.
Estábamos Scott y yo en la sala de ensayo, él reemplazando a Cherry en la batería para ayudarme con el compás, dándole forma a Better Nights, y fingiendo que no pensaba en la forma en que me había mirado cuando dijo aquello.
—Bro, esa parte del estribillo suena muy sentimental, ¿no? —intervino Scott desde la batería—. O sea, ¿“cuando te veo todo lo demás desaparece”? ¿No es mucho?
—Sí, bueno, quizás tú no has estado enamorado últimamente, Scott —respondí, bajando el volumen del ampli.
—Y tú sí, por lo visto.
Le lancé una mirada asesina.
Él levantó las manos, riendo.
—Tranquilo, Romeo.
La puerta del estudio se abrió con el chirrido característico de algo que anuncia problemas, y ahí estaba Dean, nuestro representante.
Su camisa perfectamente planchada, su sonrisa perfectamente falsa.
Cada vez que entraba, algo se torcía.
—Tyler —dijo, sin saludar a nadie—, tenemos que hablar.
Yo solté la guitarra y crucé los brazos.
Scott se encogió de hombros y fingió revisar los platillos.
—¿Otra vez olvidé firmar algo?
—Ojalá.
Me extendió su tablet, y ahí estaba: una foto mía con Bee, en la heladería.
El titular, en mayúsculas brillantes:
LA NUEVA NOVIA DE NICK TYLER: El cantante fue visto con una chica en una heladería. Hay fuertes rumores que indican que la muchacha sería la pareja del tan reservado rockstar.
—¿Qué es esto? —fruncí el ceño.
—Mira, hemos hablado de esto miles de veces —Dean suspiró, pasándose la mano por el cabello—. Lo entiendo... Eres joven, guapo, talentoso... tienes derecho a disfrutar de tu fama. Pero necesitamos mantener limpia la imagen de la banda. Tenemos una gira internacional, contratos publicitarios, un álbum que sale en dos meses. No podemos permitirnos escándalos —añadió—. Queremos que sean reconocidos por su talento, no por un chisme romántico.
Casi me mordí la lengua para evitar responder de manera sarcástica, no tenía ningun interés en seguir escuchando el sermón de nuestro manager en ese momento porque estaba demasiado enojado.
Porque sí, sabía que debíamos mantener una imagen limpia. Sí, era consciente que cumplir mi sueño venía junto con muchas mierdas complicadas como la prensa y su necesidad de titulares. Pero, ¿realmente debía soportar tener personas escondidas en arbustos para tomarme fotos? Era demasiado...
Le devolví la tablet y me aparte del micrófono, comenzando a caminar por el estudio para elegir con cuidado mis palabras.
—Para empezar, no existe tal escándalo, no estábamos haciendo nada malo, ni siquiera somos... —hice una pausa, porque, ¿qué explicaciones podía darle a Dean? Cuando ni siquiera yo sabía qué tipo de relación tenía con Bee. No éramos nada, solo un intermedio complicado que se sentía demasiado frágil como para siquiera ponerlo en palabras.
—No importa lo que estuvieran haciendo, el punto es que...
—Lo sé, lo sé —lo interrumpí, alzando la mano—. No tengo tiempo para esto ahora. Tengo que resolverlo.
—¿Resolver qué? —Dean alzó una ceja.
Tomé mi chaqueta, y me la puse, sacando mi teléfono.
—Debo hacer unas llamadas —respondí, antes de salir del estudio.
Porque si había algo que no pensaba permitir, era que la prensa amarillista me quitara siquiera una mínima oportunidad con Bee Carter.
Estaba seguro que si leía el articulo enloquecería, que no querría verme nunca más. Porque no se trataba solamente de reporteros metiéndose en mi vida... si no que lo estaban haciendo con la vida de ella. Una chica que no había pedido nada de eso.
Lo primero que hice fue llamar a un viejo amigo, el relaciones públicas de la banda, para que encuentre quién tomó las fotografías y escribió el articulo. Tendría una charla personal con esas personas, y no descansaría hasta que eliminaran la nota periodística.
Y luego de horas de comunicaciones cruzadas, finalmente logramos llegar a un acuerdo. Midnight Noise sería la próxima fotografía de portada de la revista. No entrevistas, no preguntas incisivas sobre mi vida amorosa. Solo una sesión de fotos y pósters incluidos para los fans.
Tomé una respiración profunda y me enfoqué en lo que seguía, la llamada más difícil... Bee...
Me obligué a presionar el botón de llamada, pidiéndole al Universo que ella no hubiera leído el artículo, o peor, que lo hubiera hecho y no quisiera saber nada conmigo.