Las Canciones Que Somos

5. ¿Esperas a alguien?

Por Ema Charles.

Lara y yo escogimos una mesa en el comedor no tan apartada como lo hacíamos regularmente. A ella le pareció extraño, pero no dijo nada, por eso la quiero tanto.

Observe a quien entraba y salía por más tiempo del que note, pero no tengo la culpa, si es que alguien fuera puntual esto no pasaría.

—¿Esperas a alguien? —. Miré a la rubia frente a mí.

Comía una de sus papas fritas y entre cerraba sus ojos en mi dirección. Era más que claro que yo no era la mejor persona disimulando.

—Un amigo...

—¿Un amigo? ¿Lo conozco? —. Asentí, al menos creo que ella sabe quién es Asher James. 

—Pues... Ahí viene

Sonreí al ver la mala cara que me puso el chico cuando se percató de mi existencia. Y sin embargo después de comprar su comida fue hasta nosotras. Solito, sin necesidad de que se lo indicara.

Tan lindo, aprenden tan rápido.

—Hola—. Saludo y se sentó a mi lado, ignorando por completo la mirada de mi mejor amiga.

A la cual no se le salían los ojos porque era imposible, sino ya los tuviéramos sobre la mesa.

—Hola—. Le devolví el saludo con una sonrisa y por fin empecé a comer.

No lo había hecho porque quería esperarlo. Y sé que existía una gran posibilidad de que nunca apareciera, sin embargo, no me importó. A veces un voto de confianza a ciegas es todo lo que se necesita.

Y ahora que pienso en ello, si debí parecer una estúpida, pero, en fin.

—Buen provecho—. Lara se levantó de la mesa y yo fruncí el ceño.

—¿A dónde vas?

—Eliot debe estar solo...— Indico a Asher con la mirada, señalando lo que era obvio. —Le haré compañía.

—Ufff ya me había olvidado que lo estás asechando—. Me dio un golpe con su mano libre y poco después se alejó.

—Eso es mala idea—. Murmuró Asher y ya casi terminaba de comer su hamburguesa bastante a gusto.

—¿Por qué lo dices?—. Le mostré una sonrisa creyendo que hablaba en broma.

—Dejare que lo descubran solas—. Si no es porque jamás lo hubiera visto sonreír.

Casi creería que lo hizo justo ahora. O un gesto por exceso de ironía, tomare el segundo.

—Entonces...— Aparte la bandeja de comida y me gire a Asher.

—No quiero escuchar preguntas extrañas ¿Okey? —. También volteo a mí, y sentí que me estaba analizando por completo.

Bueno este chico no duerme bien, o porque siempre está irritado. Se arrugará si sigue así, y ve que eso sería una lástima. Con lo bueno que esta…

—Si has venido... Eso, eso es lo que iba a decir.

—Oh, perdón yo no quería—. Gruñó y llevó su mano hasta su cabello. —Lo siento.

—No pasa nada, pero ahora—. Me estire que tome una la manzana de su comida. —Esto mío.

Suspiro y asintió. Como si me diera permiso, ay ternurita.

—¿Sabes Ema? A mí se me pudo ocurrir algo mejor que un almuerzo en la cafetería.

Vaya, eso ha salido de la nada. Si sabe entablar conversaciones más allá de palabras frías, eso es nuevo.

—¿Ah sí? —. Le di un mordisco a la manzana, y le seguí el juego. —¿Cómo qué?

—No sé, escaparnos de la escuela y contarte una historia de rocas.

Sonreí, no parecía del tipo que hace bromas. Pero hasta el, tenía su lado divertido.

—¿Qué clase de historia sería esa?

—Tal como las de los típicos idiotas en los libros. Solo que la mía sería mejor—. Tomo de su refresco y yo hice lo mismo con el mío. Solo que, de frutas, y no una soda como la suya.

—Muero por escuchar de que se trata.

—Entonces talvez te lo cuente...

—Pues te escucho—. Sonreí y le di por completo mi atención.

Miro alrededor y se acercó hasta mi hombro. Vaya ahora que lo pienso esta situación si se podría malinterpretar con facilidad.

—Cuando yo era niño...— Por su tono suave de voz tan atrapante, juro que creí que iba enserio. —Me lanzaron una roca en la cabeza, desde entonces odio a todas las rocas y me convertí en este idiota que conoces.

Trágico Asher, lo veo en tus ojos, fue difícil.

—Realmente eres un idiota—. Rodé los ojos, sin poder contener una carcajada.

Me apoye en su hombro y no podía parar de reír, creo que ya todos en el lugar seguro me tomaban por loca. Yo lo haría.

—Me lo estoy tomando en serio—. Dijo el chico en tono divertido.

En el comedor había todo tipo de conversaciones, todo tipo de discusiones y enredos, incluso Asher y yo compartimos una mirada cuando alguien le lanzo comida a una chica castaña que salió casi llorando del lugar.

Era tipo: Yo comiendo de su plato y del mío, mientras él estaba con una "Mirada que juzga" entonces yo me reía de sus historias sobre rocas, y el almuerzo había resultado mejor de lo que esperaba. También para mala suerte, había acabado antes lo que hubiese querido.




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