Las Canciones Que Somos

21. Día de campo

21. 

Por Ema Charles.

Asher sobrevivió gran parte de su vida sin establecer relaciones, por ende, pasó todo este tiempo desapercibido. Le resulta más cómodo así, es un ser que disfruta de los pequeños detalles de la vida.

Y no me molesta eso, de hecho, Asher me parece de las personas más interesantes, el simplemente es alguien digno de ser notado. Sin embargo, al exponerlo en esta relación que tenesmos, no conté que no solo yo, sería capaz de verlo, sino el resto del mundo.

Eso me irrita.

No me gusta para nada.

El automóvil de director Dan estaba a unos metros del gran portón por donde era el inicio del campo varado, abandonado y sin gasolina seguramente. Con un hombre de 50 años, soltero y 2 perros que tenían destrozado su parte trasera, yo tampoco tendría muchas ganas de vivir.

Llegaba con el móvil de Asher en la mano, por si supongo, era necesario llamar a Teo. Lara, que se había quejado lo suficiente para ganar que la dejase de escuchar hace más de 5 minutos, me seguía a toda pisa.

Localice al castaño por la multitud que lo rodeaba, por los murmullos de parte de las chicas de varios cursos. Y por supuesto, por Eliot que iluminaba con una la linterna de su teléfono a su amigo.

Lara y yo nos acercamos, y claro que Eliot nos recibió con una sonrisa, pero estaba más atenta a la cantidad de personas que rodeaban el lugar.

A el castaño, le resulta incómodo este tipo de situaciones y está teniendo muchas desde que terminó enredado conmigo. Pero ni con la culpa de eso logre ignorar a las chicas que además de ver a James como tontas, también intentaban quitar del camino a Eliot.

Pero aquí estoy yo para impedirlo.

—¡Ah! pero si es la NOVIA de mi amigo—. Vaya que es un asco para actuar.

Pero gracias por la ayuda, querido mejor amigo de mi novio.

La parte delantera del auto estaba abierta, y James concentrado en eso. Bueno, hasta que levantó la cabeza ignorando cualquier cosa que no fuéramos nosotros tres. Me refiero a su mejor amigo, mi mejor amiga y yo.

—Cariño ¿Encontraste mi teléfono? —. Soltó con una sonrisa que me hizo quedar pegada a sus encantos. Por un segundo se me ha olvidado que lo tenia en mis manos.

Pero cuando vuelvo a mí se lo extiendo sin responder. 

No entiendo lo que pasa los siguientes segundos, pero Asher James me rodea por los hombros con los brazos y antes de que cuente dos, se me queda viendo, sin decir nada, sin moverse mucho.

Está pasando, el mundo alrededor deja de importar lentamente, desaparece y lo que queda es un recuerdo fugaz de lo que fue. 

Quiero besarlo.

Pero es que parece que soy la única con esta necesidad. Él está tan tranquilo que asusta. Es como si no sintiera nada, parece que soy solo yo la que se tensa o a la que se le acelera el corazón cuando está cerca.

No me agrada eso.

Con su mano libre Asher mueve mi cabello, hasta dejar descubierto todo el lado que está cerca suyo. Si ya estaba nerviosa ahora es peor, Dios mío, estoy perdida. 

Se acerca, se acerca más y antes de susurrar algo a mi oído deja un beso en mi mejilla. Y supongo que está actuando, y me asusta lo bueno que es fingiendo que le gusto... que me quiere.

—Hay muchas personas aquí— Su maldita voz me eriza la piel, apenas y pongo atención a sus palabras. Pero es que me está hablando muy cerca. —Si me besas ahora, todos lo sabrán.

A la mierda la cordura, me está pidiendo que lo bese y yo no soy quién para negarme.

—¿Ahora? —. trago saliva cuando lo veo sonreír de lado por el rabillo del ojo.

—¿A qué quieres? —. Pongo los ojos en blanco, para que no sepa que tiene razón.

Pero lo sabe, y lo sabe muy bien, me parece un engreído irritante en este momento. Uno que podría hacer que todas las chicas del lugar dejen lo que hacen y corran a él, yo de primero, por cierto, y golpeando a alguno si se atreve a superarme.

Observo a todos lado, y ya hay una gran parte del alumnado de la preparatoria, sin embargo, si queremos que el rumor se confirme necesitamos a más personas, solo no se si Asher este bien con eso.

—Podemos esperar... no son suficientes.

Y es como si este chico de verdad pudiera leer mentes.

—Tú dices cuando—. Asiente dándome la razón y me voy hacia Lara que ya se había refugiado en tres chicas que ni siquiera sabía que esta conocía.

Vaya, que alguien me ayude a ser tan sociable como esa chica.

(...)

Las amigas de Lara son; Cris, por Cristina. Saly, por Salomé y Mary. Al parecer las conoció por el grupo de Artistic Dance donde bailaron Lose You To Love Me, recuerdo que hablo de eso uno o dos veces, y dejo de hacerlo porque se retiró después de su primera presentación, así que no volvió a ver a las chicas hasta hoy.

Y aunque por nada me conocen, aun así, ya me bombardearon con preguntas más o menos desde hace unos 30 minutos. Y todas son referentes a mi relación, y no me molesta, más bien hasta lo disfruto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.