Las cartas con las que me despido

Carta IV

Sábado 5 de diciembre del 2020

Vito:

Estoy acostumbrada a dejar sin palabras a las personas o de recibir la misma respuesta cuando les escribo una carta.

Desde siempre lo he hecho, regalando mis palabras a aquellos que llamo amigos. Por supuesto que hay cartas más memorables que otras.

Empecemos con A. Puedo recordar el nerviosismo que sentí cuando le entregué mi carta. Él me miró extrañado y yo sólo pensé: “No preguntes y acéptala antes de que me arrepienta”.

Cuando la leyó me retracté de haber expuesto mis sentimientos de aquella manera. Me miró y sin pensarlo hui. Después de horas tuve su respuesta frente a frente.

Me dijo que era una de las personas más importante que existía en su vida, que aquella carta la guardaría siempre para animarse cada que se sintiera triste, y que, obviamente, me quería demasiado.

Años después le escribí varias a B. En ellas confesaba lo triste que me sentía al haber perdido su amistad y lo difícil que me resultaba no tener a alguien con quien hablar día con día. Ninguna la entregué en su momento, sólo una de ellas se la otorgué cuando le hablé para recuperarlo.

Miles de palabras y lo único que conseguí fue un: “te extraño también”.

La última persona a la que le he escrito una carta a excepción de ti es a C. Le explicaba cómo fue que decidí comenzar a escribir sobre él y la razón por la que considero que su personalidad va perfecta con mi novela. Esa no la he entregado, ni estoy segura de hacerlo, pero basándome en su respuesta de la carta anterior casi puedo leer lo que me contestará al respecto.

Las frases varían un poco, pero siempre es la misma respuesta.

Que es una de las cosas más lindas que alguien les haya hecho jamás. Que las guardaran para siempre. Que leerme les ayuda despejar su tristeza. Y que me quieren y aprecian mucho.

No me estoy quejando, sólo estoy acostumbrada a dejar sin palabras a las personas o recibir la misma respuesta cuando les escribo una carta. Ahora cada que le envío a alguien la carta que le he escrito, en cuanto recibo su respuesta, me burlo un poco por el parecido que comparten todas.

Pero te escribo a ti… y nada.

Te cuento como va mi vida y cuanta falta me haces y no hay respuesta. Te lloro y no duermo por las noches y no hay respuesta. Te digo que te amo y cuanto te extraño y no hay respuesta.

Te escribo y no hay nada.

Ni siquiera obtengo esas respuestas cortantes y repetitivas de las que suelo burlarme.

Sólo quedan mis palabras escritas al aire queriendo buscarte sin poder encontrarte.

Ahora no diré que te amo y que te extraño como despedida, ahora sólo desearé que se pudiera recibir respuestas después de la muerte.

Jenny Sanjuanita



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En el texto hay: jennysanjuanita, jenny, sanjuanita

Editado: 03.03.2021

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