Carta N°12:El comienzo del adiós

Cuatro años han pasado desde que te dejé ir.

Duele como el primer día, pero sé que al hacerlo te di la oportunidad de ser feliz con alguien más. De encontrar a una chica que te ame, te valore y te respete como mereces.

Hoy puedo decir que ya no lloro por las noches. Guardé en un pequeño cofre todos tus recuerdos: nuestras fotografías, tus poemas, las cartas de amor que jamás te dí .

Hace poco, algo ocurrió. Tal vez sea el comienzo del final de nuestra historia. Ya era hora, ¿verdad?

Hace algunos meses, he conocido a alguien realmente amable, dulce y caballeroso. Me cuida y acompaña, sin esperar nada a cambio.

Me recordó a ti.

Su nombre es Leandro. Me ha invitado a salir… y le dije que sí.

Llegó la hora, David. La hora de seguir con mi vida y dejarte ir. Olvidarte, sé que no podré. Fuiste la luz en mi oscuridad. ¿Cómo se olvida al sol tan añorado en los días de lluvia?
Sin embargo, es necesario avanzar. Tú me enseñaste eso… y tantas otras cosas. Gracias.

Leandro… quizás sea el momento de arriesgarme, de dejarme querer y volver a querer a alguien.
Aunque sé, en lo más profundo, que no podré amarlo como te amé a tí, mi ángel.

Mi amado David… llegó la hora. Te dejo ir, como debí haberlo hecho hace cuatro años, cuando te dije adiós… y no lo solté de verdad.

Te amé. Te juro que fui sincera.

Y en este acto de soltar, vuelvo a amarte… una última vez.

Amelia.