Hace seis meses que, oficialmente, soy una mujer divorciada.
Mis ánimos no han sido los mejores, pero la esperanza se renueva un poco más cada día.
Hoy me animé a escribirte un mensaje por una red social. Lo hice esta mañana.
Hace dos horas llegó tu respuesta… pero aún no me atrevía a leerla.
Tenía tanto miedo de que no quisieras hablar conmigo. Sé que te herí profundamente, pero deseaba saber de ti… saber si eras feliz.
Ya llegué hasta aquí; no puedo permitirme que el miedo me detenga otra vez. Acabo de leer tu mensaje.
Y no puedo explicar lo que siento.
Estuviste esperándome.
Todos estos años, me esperaste.
No lo puedo creer, mi amado ángel. Una vez más, me devolviste la felicidad con tan solo unas palabras.
Me pediste que nos viéramos.
Por supuesto, acepté.
Mañana mismo.
Ninguno de los dos quiere perder ni un minuto más.
Te amo más que nunca.
Y en tu espera, volvió a latir mi corazón.
Amelia.
#1074 en Otros
#204 en Relatos cortos
#3116 en Novela romántica
drama dolor muerte, romance amistad, amorincondicional amorverdadero
Editado: 27.05.2025