Las cartas del destino

CAPÍTULO 3

Estrecha cuerda separa la casualidad del destino 

Autor anónimo 


 

¡Santiago Jackson! ¡Eso no podía ser cierto! ¡Se suponía que era Elliot el que tenía que estar aquí ¡No Santiago! 

 

Santiago apareció por una de las esquinas acompañado de una mujer. Mis ojos estaban fijos en él. Físicamente era otro hombre, su traje ajustado dejaba ver su escultural figura. Su cabello bien peinado, su barba muy parecida a la de Brian. Podía parecer otra persona, pero no podía olvidar esa mirada. Su cara era la misma, pero su semblante reflejaba frialdad 

— ¿Isa qué te sucede? — La voz de Abby, hizo que desprendiera mi mirada de Santiago, se sintió como regresar a mi realidad, como si hubiera estado en un sueño. Mis oídos adoptaron los sonidos de  mi alrededor. Palmas aplaudiendo por la llegada de Santiago

— ¡Eh! nada, estoy bien 

— ¿Cómo vas a estar bien, si estás más blanca que un papel? — Y no era para menos, creí que nunca volvería a ver a Santiago. Giré mi mirada nuevamente hacia él. Harry se parecía demasiado a su padre, cualquiera se daría cuenta que tenían un vínculo familiar. 

¿Familia? ¡Mi padre! 

Empecé a buscar a mi padre con la  mirada, pero nada. Empecé a abrirme paso, a pesar de las súplicas de Abby en que me quedara. Visualicé a mi padre, quien no despegaba su mirada de Santiago. 

Estaba segura de que empezaba a imaginarse quién era el padre de mis hijos. Su mirada cambió de dirección, hasta que se encontró con la mía.

Su gesto cambió de inmediato, era una mirada de enojo, furia, no tenía idea de qué exactamente, pero estaba segura que me encontraba en problemas.

— ¡Tú tienes muchas cosas que explicarme! — Susurró mi papá, con tono de enojo. Me tomó por uno de mis brazos y me llevó hasta el ascensor. Me llevó hasta una oficina que se encontraba vacía — ¡Quiero la verdad! ¿Él es el padre de los mellizos? 

No tenía caso seguir negando. No a mi padre 

— ¡Escúchame papá!

— ¡Si o no! — Gritó 

— ¡Si! Santiago Jackson es el padre de mi hijos, pero él no tiene porque enterarse. ¡Han pasado diez años!

— ¡Todo este tiempo supiste quien era el padre de Harry y Adaly! ¿Porque Isa? ¿Porque nunca dijiste la verdad?

— El día de mi cumpleaños Jason me engañó con la novia de Santiago. — Empecé a relatar — Ese día él y yo estábamos heridos por lo que nos habían hecho. Esa noche me acosté con él, pero… cuando me enteré de lo que era capaz don Rodrigo ¡No iba a permitir que te despidieran de la empresa! ¡Irnos de la casa que te costó conseguirla! ¡Por eso no dije nada! 

— ¡No pensaste en que algún día se sabría la verdad! ¡Solo mira a ese hombre! ¡Santiago es idéntico a su padre! ¡Si alguien lo ve, se sabrá la verdad! ¿Qué crees que harán si se enteran de la verdad? 

Tal vez no lo había pensado de esa forma. Pero no iba a dejar que nadie me quitara a mis hijos. Además no tenían porque enterarse de la existencia de mis hijos. Yo pasaba desapercibida en la empresa. Estaba segura que Santiago ni siquiera me recordaba. 

— Ellos no tienen porqué enterarse de la existencia de Harry y Adaly. Además Santiago nunca se enteró que yo estaba embarazada. No hagamos conjeturas de nada. Continuemos con nuestras vidas, como hasta el momento lo hemos hecho. 

Mi padre no estaba muy convencido, pero asintió. Regresamos al salón. Tratando la manera de omitir el hecho que Santiago era el padre de mis hijos. 

Ella es Yamy Tomás, es mi prometida y estará a cargo del área comercial. — Su voz era más ronca de lo que yo recordaba. Bueno no era que hubiéramos hablando tanto aquella noche, pero aún recordaba el tono de su voz. 

Pero no venía solo, según su anuncio venía comprometido. La mujer era muy preciosa, se notaba que era una persona de buen nivel económico, al igual que Santiago. Ella dió una palabras, no parecía una mala persona, todo lo contrario a pesar de su apariencia física se notaba humildad en ella. 

Todo lo contrario a lo que Santiago reflejaba. Su presencia era imponente. Era momento de usar las habilidades de investigación de Abby y saber qué había pasado con la vida de Santiago todos estos años. 

Después de varios discursos, ordenaron continuar con nuestras labores. Así que en mi caso regresé a la recepción junto con Abby. 

— No se suponía que Elliot, el hijo mayor de los Jackson, sería el nuevo jefe. 

— No tengo idea de lo que pasó. Se suponía que era él el que vendría y no Santiago. Pero no vas a negar que ese hombre está para comerselo, todiiitito. 

— No hables así — Recriminé

— ¡Por favor no te hagas la santa! porque estoy segura de que tú, fuiste la primera en pensar, llevarlo a la cama. 

— Tengo novio Abby, se llama Brian O’donell. En estos momentos no estoy pensando en ningún otro hombre. 

— ¡Eres una aguafiestas! — Bufó 

En mi mente había cosas más importantes. Eran mis hijos y la forma de ocultarle la verdad a Santiago. 

— ¡Hasta que encuentro a mi hermosa novia! — Brian llegó a la recepción. Recordé que él era muy cercano a la familia. Brian conocía los motivos del regreso de Santiago.

— Platicamos con Abby, que estábamos en espera de Elliot y no de Santiago.

— Eso te quería contar anoche, pero … — Se silenció — Hablaré contigo después. Iremos a cenar saliendo del trabajo, así no hagas planes

Se fue del lugar, dejándome con más dudas. ¡Necesitaba respuestas de manera urgente! 

 

(...)

 

Mi día fue totalmente intranquilo, solo de pensar que Santiago estaba aquí. — Cálmate Isa, nada pasará — Me alentaba internamente.

— Al parecer el nuevo jefe, ha sabido guardar muy bien su vida — Habló Abby —Me había interesado en el hijo mayor Elliot así que solo había investigado de él. Pero de Santiago casi que no hay información, lo único es que tiene cuatro años juntos con su futura esposa, también una mujer de familia empresaria. Hace un mes hicieron el anuncio de su matrimonio. Eso es lo que dicen las revistas y periodico, pero encontré una página en redes sociales que me dio otro tipo de información 




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