Las cartas del destino

CAPÍTULO 4

 

¡Su mejor amigo! Eso sí era mala suerte, me había hecho novia del mejor amigo del padre de mis hijos.

¡Mis hijos! No podía ser presentarle mis hijos a Brian, iba a descubrir la verdad. Esto se me estaba complicando ¿Como terminas una relación que recién inicia? Llevábamos un día de novios y ya quería terminar con él.

¡Tranquila Isa! No te alarmes. Santiago No tiene porque enterarse de la existencia de los mellizos. Además, lo primero era enfrentarlos. Ni siquiera tenía la certeza que él aún se recordara de mi.

Tal vez solo me estaba haciendo un huracán en la cabeza. Tenía que tomarme todo esto con calma 

Actúa normal 

Me indicó la voz de mi conciencia. Normal eso iba a tratar de demostrar.

— Hemos llegado — Anunció Brian. Había pasado todo el camino pensando en todas las posibilidades de mi encuentro con Santiago, que ni siquiera me había dado cuenta que ya estábamos estacionados.

Brian bajó del auto y se encaminó a abrirme la puerta. — Gracias — agradecí y tomé la mano de mi novio para salir del auto. Me tomé de su brazo y eso me hizo sentirme más segura.

— Tranquila, mi amigo no es el ogro que todos describen — Hasta Brian había notado mis nervios. Ni siquiera había escuchado rumores de Santiago, estaba más ocupada asimilando su llegada.

Llegamos a un restaurante muy elegante. Nos recibió el anfitrión del lugar y nos dirigió a la mesa. A lo lejos vi que Santiago junto a su novia estaban en una mesa. De seguro nos esperaban.

— Buenas noches — Brian fue el primero en hablar. Extendió su mano hacia Santiago, quién la aceptó y la pretó. 

— ¡Primo! Al fin has llegado — La novia de Santiago se puso de pie y lo saludó con un beso en la mejilla.

Así que eran primos. Era la perfecta cereza que le hacía falta al pastel. 

— Quiero presentarles a mi novia Clarisa Bellemore. 

— Te conozco — Dijo Yamy — Eres la recepcionista. — ¡Oh Dios mío! Ojalá no dijera que estamos babeando por su novio. Se acercó y me saludó de la misma manera que lo había hecho con su primo. — Me caes bien, solo por el hecho de hacer sufrir a mi primo, no fuiste fácil para él.

Sonreí ante su cumplido, porque la verdad no se la había puesto fácil a Brian. Nos sentamos en la mesa quedando frente a Santiago y Yamy. 

— ¿Tú no piensas decir nada? — Interrogó Brian a Santiago. 

— Creo que Yamy ya dijo todo, además no creo que sean necesarias las presentaciones. Si ella estuvo en la reunión de hoy, ya sabe quien soy — Su voz sonaba fría y sin interés. Este hombre de verdad era un hielo. 

Su respuesta para mi fue incómoda y de cierta manera me puso de mal humor. Era muy cierto lo que decía mi madre, de qué sirve tener un gran título colgado en la pared, si no demuestras educación ante los demás. Cuán sabia era mi madre en esas palabras. 

En la mesa se hizo un silencio muy incómodo, hasta que fue interrumpido por el mesero quien nos entregó las cartas para hacer nuestro pedido. 

— Cuéntame Clarisa, ¿Cuántos años llevas trabajando en la empresa? — Yamy empezó una nueva platica. 

— Son como siete años, los que tengo laborando — Esa fue una oportunidad que mi padre me consiguió, así que desde el primer día me esforcé por ser una empleada. 

— ¡Wow! es impresionante ¿Siempre has estado en el puesto de recepcionista? 

— Así es, aunque este año me había postulado para uno de los puestos vacantes en el área de marketing. Aún estoy en espera de la entrevista por Recursos Humanos 

— ¡En serio! me parece muy buena idea ¿Cuál es tu título? — Esa pregunta fue como un balde de agua fría. Estaba consciente de que ese era un punto negativo en mi curriculum. 

— Nunca fui a la universidad — Respondí muy segura — Pero durante cuatro años he estado cursando diplomados nocturnos, todos relacionados con esta área. Además tengo varios amigos en esa área de la empresa, quienes me han ayudado a comprender cómo se maneja el área comercial. Tengo muy buenas ideas y me gustaría ponerlas en práctica en Jackson Company. 

— Pues lamento decirle que ninguna de tus ideas se llevará a cabo — Interrumpió Santiago — Si no tienes título no podrás optar a ese puesto. Deberá seguir como recepcionista hasta que demuestre tener un título 

— ¡Santiago! — Reprimió Brian. A quién le apreté la mano debajo de la mesa para que no dijera nada. 

— disculpe señor Jackson, pero yo tengo algo que se llama vocación. No podré tener un título pero amo ser publicista, ha sido mi mayor sueño. Por cuestiones de la vida no pude seguir una carrera en la universidad — Quería gritarle “Fue tu culpa maldito imbécil”, pero supe mantener la cordura — Durante años me he esforzado por ser una de las mejores y quiero demostrar de lo que soy capaz, así que si me dan la oportunidad … 

— Ya le dije que sin título no hay puesto — volvió a repetir. Quería darles golpes y Brian también se estaba aguantando porque su mano apretaba la mía. No entendía como podía ser amigo de una persona así. 

— ¡Santiago! — Gritó esta vez Yamy — ¡Compórtate! además quien elegirá a los nuevos en el área comercial seré yo y si para mi ella es un buen elemento la contratare aún así no tenga título. No voy a estar pidiendo tu opinión. 

— ¡Yamy conoces las reglas! 

— ¡Las reglas me valen a mi un reverendo rábano, al igual que tu opinión! — En definitiva Yamy me agradaba mucho, era una mujer con carácter y se veía que tenía controlado a Santiago. 

— No vine a esta cena para hablar de la empresa. solo quería que conocieran a mi novia —  Habló esta vez Brian — Sé quién es mi novia y la opinión de Santiago no va a detenerla. Así que los temas de la empresa se hablan en la empresa — Brain sonaba enojado, los comentarios de Santiago hacia mi persona no le habían caído bien. Pero en algo que si le daba la razón era que la opinión de ese hombre frío que tenía frente a mi no iba a detenerme para lograr mi sueño. 




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