Señorita C.G
Condado de Dorsetshire, Inglaterra.
20 de Diciembre de 1854
Mi querida Balzac:
Eres la espía más perceptiva que conozco, y en efecto no le he hablado a nadie de nuestra correspondencia, y tengo la sensación de que tú tampoco. No sé explicar por qué, tal vez porque hay una complicidad que me gusta conservar en privado, que sea algo sólo entre tú y yo. No lo sé muy bien, ¿y tú?
Así que tendrás que contenerte de abrazar a mis padres, aunque agradezco, más allá de las palabras, tu intención.
También me alegra saber que ellos están bien, al estar tan lejos, a veces no creo del todo lo que me dicen. En ocasiones tengo la terrible sensación de que algo ha sucedido pero no me lo quieren contar, tal vez porque veo mis propias mentiras en los demás.
Yo suelo escribirles minimizando todo lo que sucede, no quiero que se preocupen más de lo necesario, por eso a veces temo que mis padres hagan lo mismo.
Sin embargo, confío en ti plenamente, tal vez porque soy sincero contigo y entonces siento que tú también lo eres.
¿Te he dicho algunavez que eres una mujer muy fuerte, señorita Balzac? Sin quererlo te hasconvertido en mi compañera de batalla. Yo a veces no puedo soportar esto, pero tú me escuchas –debería decir me lees- y lo soportas conmigo, sé que no es justo compartir contigo todos estos horrores, pero me temo que me he convertido en alguien muy desconsiderado. Nunca se me ocurrió que era mucho para la sensibilidad de una joven, sólo pensé en el alivio que suponía para mí poder compartirlo con alguien.
Y por fin hay buenas noticias, la batalla de Inkerman nos ha dado un triunfo .Imagino que leíste los diarios, así que no entraré en más detalles.
PD: Espero noticias de esos conciertos.
Tu compañero de armas, Leonard
Cuando Josephine recibió la carta ya era un nuevo año, resultaba difícil de creer que hubiese pasado un año escribiéndole a Leonard y que ahora le resultase más familiar que muchas de las personas que tenía alrededor. De hecho en Navidad y Año Nuevo no pudo evitar pensar en él y desear que estuviera sano y salvo, que no estuviera solo y que al menos pudiera comer algo decente en esas fechas. Ya no era un extraño para ella.
Incluso había asistido a más eventos sociales que en todos sus años de vida, solo para poder contarle a él sucesos divertidos, su madre había dejado ver su sorpresa de que se asistiera sin poner resistencia.
Y la velada en casa de Harriet había valido completamente la pena si ahora podía relatársela a Leonard.
Capitán Leonard Knigth
1º Batallón
Campamento Norte
Crimea
10 de Enero de 1855
Querido Leonard:
Por supuesto que soy tu compañera de batalla, así que ni se te ocurra empezar a suavizar las cosas y contarme una versión edulcorada o perderás a una amiga. Tal vez, yo sea la interesada, algún día te tocará a ti escuchar todas mis penas y quejas sobre los males del mundo. Incluso puede que tus sensibles oídos masculinos deban escuchar largos discursos sobre el maltrato que se les da a las mujeres en nuestra sociedad y una larga perorata sobre igualdad de derechos.
Sí, me enteré de la derrota rusa y créeme, medio condado se enteró conmigo por los gritos que di. Si bien todos están interesados en el tema, nadie comprende que a mí me importe tanto.
Ya que hemos aclarado el punto sobre escucharte siempre que lo necesites, paso al siguiente: los eventos del otoño pasado. No olvido que me puse como meta arrancarte sonrisas, así que cumpliré mi misión, mi Capitán.
Ahora dime, ¿sabes que es peor que una joven intentando cazar un marido? Una joven intentando cazar a un marido usando como anzuelo sus escasas virtudes musicales en una velada. Y lo peor de todo es que este tipo de jóvenes abundan en nuestro condado. Y no, yo carezco de talento musical, pero lo reconozco y lo asumo.
Lamentablemente no podemos decir lo mismo de Harriet Swann.
La señorita Harriet ha decidido varias cosas en el otoño y ninguna ha sido para el beneficio de la comunidad. En primer lugar, decidió atrapar a Robert Langley y en segundo, decidió que lo haría por medio de una velada musical en la que demostraría su talento para tocar el piano. Demás está decir que ella no tiene talento alguno ni la sensatez para reconocerlo.
Todos fuimos invitados, y de haber sabido lo que me esperaba hubiera fingido una jaqueca. Luego de escucharla desacreditar a Mozart , ya no tuve que fingir, mi jaqueca era verdadera.
Lo peor del caso es que a pesar de aturdirnos , logró "cazar" al Señor Langley, pero debo aclararte que no tuvo nada que ver con el recital de piano sino con su inmensa herencia y la precaria situación económica de su pretendiente. Sin embargo el "éxito" de Harriet alentó a una gran cantidad de muchachas y durante un par de semanas nos vimos atormentados por conciertos de distinto tipo, donde las chicas lucían sus mejores galas y hacían gala de carecer de oído (espero me perdones el juego de palabras). Y tal como imaginas nadie tuvo el coraje de decir nada, todos fingieron disfrutar de aquellos eventos, aunque los criticaban luego.
Pero como la mayoría de ellas no tienen la fortuna ( y me refiero a fortuna real) de Harriet, no lograron conseguir marido, más bien espantaron a sus posibles candidatos ya que los muchachos pensaron que no querían tener que padecer la falta de talento musical de sus posibles futuras esposas. Es aceptable para una velada, pero no como proyecto para toda tu vida futura.
La situación amenazaba durar toda la temporada, hasta que llegaron las jóvenes Bowman.