Señorita C.G
Condado de Dorsetshire, Inglaterra.
1 de febrero de 1855
Mi querida Balzac:
En el futuro, recuérdame que no asista a ninguno de esos recitales. Aunque sospecho que sí me gustaría ir a los eventos organizados por las hermanas Bowman y más aún si puedo contar con tu compañía.
Debo confesar que yo también carezco de talento musical, de niño mi madre insistió enseñarme a tocar al piano pero creo que sólo atiné un par de notas, así que renunció. Pero sí disfruto de oír buena música.
Y por favor, por favor, ve al casamiento de Harriet y Robert y escríbeme una crónica pormenorizada, y no me enfadaré si compras un par de tapones para oídos, después de todo no quiero que sufras más de lo necesario y tampoco hay que desilusionar a los empresarios locales.
También te deseo feliz año, aunque muy atrasado, me temo que no fui muy prevenido , debí saludarte antes por Navidad y Año nuevo, cuando te escribo me olvido que no solo nos separa la distancia sino el tiempo que pasa hasta que mis cartas llegan a ti.
Aún así, mis mejores deseos, siempre.
Que seas feliz y sigas siendo tan cálida como tus palabras te muestran.
No sé si los abrazos por carta lleguen, pero te envío uno con todo mi afecto y agradecimiento
Leonard
El invierno estaba siendo especialmente duro, Josephine no podía salir demasiado y estaba desanimada, prefería las estaciones que le permitían vagabundear a gusto. Le gustaba la nieve y esos paisajes blancos que le recordaban a los cuentos de hada, pero al mirar fuera, desde su ventana, solo se veía un mundo gris. Así que su humor no era el mejor cuando comenzó a escribir su carta.
Mi querido Leonard:
Llueve, llueve y vuelve a llover, definitivamente ha llegado el invierno con toda su fuerza, y esta vez se ha olvidado de traer belleza consigo. Cielos grises, frío, lluvia y fango.
Me preocupa que mi aburrimiento pueda tener terribles consecuencias, por lo pronto tú tendrás que soportar una carta extensa y plagadas de humor sombrío de alguien que añora el sol...Dices que debería estar acostumbrada, y resignarme porque soy una mujer inglesa, te equivocas, no está en mi naturaleza.
¿Qué pensarán todos si salgo a correr bajo la lluvia y ensucio mis faldas hasta que no se distinga su color?
De pronto por la mente de Josephine pasó una imagen de Leonard en la fría Crimea, sufriendo el frío y cruel invierno en aquella tierra lejana e inmediatamente hizo un bollo de papel con la carta. Él no necesitaba ni más frío ni palabras desanimadas.
Señorita C.G
Condado de Dorsetshire, Inglaterra.
1 de Marzo de 1855
Mi querida Balzac:
¿Qué sucede? Por qué no has respondido mi última carta. Estoy terriblemente asustado, por favor. Estar tan lejos y no saber que te sucede es más terrible que cualquier cosa que haya sucedido aquí. Mi imaginación empieza a torturarme y siento que me quedo sin aire. Entonces me consuelo pensando que tal vez las cartas se perdieron por allí, o que tal vez te enojaste por algo y no me escribiste. Si es así, si dije algo malo, perdóname, o no, pero escríbeme. Estoy preocupado por ti y me siento terriblemente solo sin tus palabras, como si me faltara la mitad de mí mismo.
Leonard
Capitán Leonard Knigth
1º Batallón
Campamento Norte
Crimea
30 de Marzo de 1855
Querido Leonard:
Lo siento, lo siento, lo siento. No quise preocuparte, pero el invierno me hizo una mala jugada y me pasé un tiempo enferma. No te preocupes, ya estoy bien, pero la recuperación ha sido lenta. De verdad, no te asustes, estoy bien y no dejaré que algo así vuelva a pasar. Ahora sí, te escribiré una carta larga, larga como para compensar mi ausencia.
¡Y es primavera, dichosa y feliz! Nuevamente ha llegado a Dorsetshire la primavera con todo su esplendor y con ella han llegado los eventos sociales y así como el año pasado tuvimos al vestuario de la Srta. Felow, este año tenemos el té de la Sra Willhemina. Wilson y a los mellizos Marshall.
Aquí debo hacer un pequeño paréntesis para contarte sobre los mellizos Marshall, porque sus padres se han mudado este año aquí, así que no los conoces, y más allá de mencionártelo brevemente en una carta no te he dicho mucho de ellos.
Los pequeños tienen diez años, son un niño llamado Malcom y una niña llamada Millicent. Según la opinión general son una pesadilla, yo creo que son un encanto, sólo que les sobra imaginación, energía y curiosidad , por ello viven metiéndose en dificultades. Los demás creen que causan los problemas, yo sospecho que en realidad los problemas los encuentran a ellos.
En fin, parece que la mala suerte de los mellizos y el té del oriente se han aliado para que la fiesta de Té que dio la Sra. W.W sea algo inolvidable
No seas impaciente , que ya uniré todas las piezas para que formen una idea coherente, aunque en realidad los hechos mismos son demasiados irreales.
Lo primero involucra a los Marshalll directamente , lo segundo....escapa a mi entendimiento.
Camino a la Fiesta del Té de la Sra. W.W. Malcom encontró un puercoespín, y lo escondió bajo su chaqueta, como debes suponer, nada bueno puede esperarse de este hecho.
Excepto Millicent nadie se dio cuenta de su presencia, hasta que la Sra. Dubb, esposa del Pastor de Calgary e invitada de honor, fue a sentarse en la silla donde los mellizos habían puesto al pobre animalito.