Las Cartas -Dorsetshire 1

Capítulo 8

Señorita C.G

Condado de Dorsetshire, Inglaterra.

20 de abril de 1855

Mi querida Balzac:

Me alegra muchísimo que estés bien, he vuelto a respirar al tener tu carta en mis manos, lamento que el invierno te haya enfermado y agradezco que la primavera te traiga de regreso.

Créeme que también yo me he quedado sin palabras al imaginarme a la vaca comiendo filete, debemos reconocerla a la señora Willhemina Wilson su capacidad para llevarnos más allá del asombro y diría que darnos algo con lo cual tener pesadillas durante un tiempo.

Lo cierto es que me he reído como nunca al leerte, hasta he sido obligado a leer en voz alta el relato sobre la maravillosa fiesta del té, no te preocupes que solo leí los hechos, me he guardado tus reflexiones para mí.

Debo confesarte que me ha entrado una terrible duda, ¿todo lo que me cuentas en verdad sucede o es un invento de tu prodigiosa imaginación?

Confío en ti plenamente solo que me siento hasta engañado, esa maravillosa Dorset de tus cartas con todos sus extravagantes personajes ha estado escondida de mí, todos estos años. Aunque seguramente se deba a que nunca asistí a Fiestas de té. O que no tengo tus maravillosos dones para captar lo que sucede.

Sin dudas también estoy del lado del puercoespín y de los mellizos Marshall, lo que significa que también estoy de tu lado.

Así que también diré que el hecho de que el té exótico y caro no te afectara es muestra clara de lo especial que eres. Hasta puedo visualizarte bebiendo el té calmada, mientras el caos se desata y tú le das refugio a un puercoespín agraviado y a dos niños muy creativos.

Inventado o real, gracias mi Balzac, gracias.

Por favor cuida mucho tu salud, porque los días sin tus palabras han sido muy solitarios, y porque en verdad quiero que allá donde estés, estés sana y feliz.

Y tengo una curiosidad casi insana sobre lo que nos traerá la temporada, si así inicia, no puedo imaginar qué sucederá a continuación.

Mantenme al tanto sobre los mellizos y el puercoespín.

Con cariño, Leonard.

Capitán Leonard Knigth

1º Batallón

Campamento Norte

Crimea

25 de Mayo de 1855

Querido Leonard:

Todo es absolutamente verídico, se trata de saber observar, ocurren muchas cosas extraordinarias que, a veces, apenas percibimos si no estamos atentos. Así que lamento desilusionarte,mi imaginación no llega a tanto.No hay manera de que imagine a una vaca comiendo filete.

Todo ha sucedido, incluso lo del puercoespín y el aviso en el diario. Por cierto, te adjunto el recorte del aviso para que veas que es real ( me sigo riendo al recordarlo).

Me temo que después de esa Fiesta del té, no ha habido ningún acontecimiento que valga la pena mencionar, la primavera transcurre con tranquilidad. Por una vez, nadie ha pretendido superar en escándalo a la Willhemina Wilson, no tenemos disputas, ni grandes romances, tampoco hay bailes próximos, al menos a los que haya sido invitada. Así que me temo que mi carta será breve. Aún así me temo que tanta tranquilidad sea el preludio de algún escándalo en nuestra querida Dorset, quizás en este mismo instante algo se está gestando, prometo estar atenta. O al menso lo atenta que me permite estar la primavera, el mundo está lleno de belleza, quisiera poder enviártela en una carta.

Espero saber de ti.

Con afecto, Balzac

Señorita C.G

Condado de Dorsetshire, Inglaterra.

17 de Junio de 1855

Mi querida Balzac:

Ayer murió uno de mis amigos, lo vi caer en medio del combate y ya no puede llegar a él. Ni siquiera pudimos darle una sepultura decente . No habrá donde llevarle flores y rezar por él.

Duele tanto que ni siquiera puedo decirlo. Ni siquiera las lágrimas me alcanzan para desentumecerme del frío que se me ha instalado dentro.

Te escribo, pero es más para soltar mi pena, ni siquiera sé lo que estoy diciendo.

Hoy me he quedado sin palabras

Leonard

Capitán Leonard Knigth

1º Batallón

Campamento Norte

Crimea

30 de Julio de 1855

Leo:

Hoy no puedo escribirte una de mis cartas usuales, bromista y tonta, no cuando tú estás sufriendo por la pérdida de un amigo querido en terribles circunstancias. No hay mucho que pueda decir para consolarte, ni mucho que yo pueda hacer ante un hecho tan trágico. Sólo quiero que sepas que rezo por su alma, y que le he puesto un ramo de margaritas en la capilla, así que ya no pienses que no tiene una tumba donde llevarle flores. Reza por él y déjalo ir, que ahora ya puede descansar lejos de la tristeza y el dolor.

Prometo escribir mañana alguna carta larga y llena de cosas tontas, pero necesitaba decirte esto, esta noche. Ojalá pudiera hacer más, ojalá pudiera darte un abrazo.

PD: Por favor, vuelve sano y salvo.




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