Han sido días complicados, así que me está costando escribir, el 2020/2021 parece tenerme en una montaña rusa, supongo que como a todos.
Así que la escritura por falta de tiempo, por lo emocional , se me está haciendo difícil...pero también irse a otros mundos,para leerlos o escribirlos, hace bien.
Les dejo el capítulo nuevo. Voy diciendo que falta poco...
Como dice el poema de Luis García Moreno, tengan paciencia conmigo...
"Porque el mundo es así, y vengo herido,
ten paciencia conmigo.”
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Leonard se enteró que efectivamente, le habían lanzado pastelillos con crema a Cole Moore, pero no fue Josephine quien se lo contó , sino su madre en el camino de regreso, pues el incidente había pasado poco después de que ellos se retiraran. Así que la señorita Lawrence también se lo había perdido, y seguramente se estaba enterando como él de lo sucedido. Lamentablemente su madre no era muy descriptiva, así que se perdió los detalles jugosos, solo sabía que la prometida había alcanzado su punto máximo de exasperación y le había puesto los pastelitos de crema de sombrero, anunciando que rompía el compromiso y que prefería quedarse soltera el resto de su vida. La entendía perfectamente, él apenas lo había tolerado unos minutos, no quería imaginar lo que sería soportar a alguien así de esposo toda la vida.Se divirtió ante su propio pensamiento, y agradeció no ser mujer, imaginaba que era la minoría quienes podían elegir con quien pasarían su vida.
El deber, la presión social y familiar, la necesidad obligaba a muchas mujeres a casarse con personas que no las hacían felices. Había aprendido a ver tantas cosas que antes no veía, aunque en realidad, no solo la guerra le había enseñado, sino también alguien que lo había hecho entender que saber observar a los lugares y a las personas era un don, porque siempre había más profundidad de la que uno creía ver a simple vista.
Leonard tenía una intensa vida social, absolutamente buscada a propósito por aquellos días, y volvió a coincidir con Josephine en el cumpleaños del futuro cuñado de ella.
Su hermana se había esforzado mucho en la organización de aquella fiesta, así que Jo había ido aunque a regañadientes, y se había escabullido tan pronto había podido.
Lamentablemente había descubierto que cuando intentaba esconderse, siempre terminaba metida en algún embrollo o siendo testigo de algo desagradable. Es esta ocasión, se trataba de tres jovencitas invitadas que hablaban mal de su hermana. Jo había tolerado con bastante hidalguía , se había repetido a sí misma que no debía entrometerse ni causar ningún escándalo, y se había quedado quieta mientras la ocultaba un gran cortinado, pero su paciencia llegó al límite cuando notó el tono de malicia de aquellas mujeres.
-No puedo entender qué le vio Gabriel a ella, las Lawrence siempre han sido algo raras. Aunque debo admitir que Beth se nota casi desesperada por atraparlo, tanto entusiasmo que muestra es sospechoso- dijo una de ellas y ese fue su punto de explosión. Que la condenasen si iba a permitir que hablaran así de su querida hermana.
-Yo creo que él vio que no era la clase de mujer que habla a espaldas de otras, menos aún si esa otra fuera la anfitriona que las invitó con sinceridad y cariño – dijo revelando su presencia, y continuó pues ya ninguna podía disimular, ni ella podía fingir que no había escuchado ni las pequeñas arpías podían disfrazar sus palabras- Además es inteligente, cariñosa…
-Y hermosa , muy hermosa tanto por dentro como por fuera. Solo Dios sabe lo que ella vio en mí para aceptarme – intervino su futuro cuñado apareciendo junto a Leonard a sus espaldas. Gabriel pasó junto a Josephine- La cuidaré bien – le susurró y luego avanzó hacia las chismosas que se habían puesto pálidas- ¿Qué tal si las acompaño a buscar a sus madres para decirles que no se sienten bien y se quieren retirar? Mientras yo iré con mi adorable prometida- dijo en un tono de voz que no admitía discusión y que le dejó muy claro a Josephine que él solo era complaciente con su hermana porque la amaba. E iba a hacerla feliz.
Jo no sabía qué era lo que la tenía más sorprendida, haber atrapado a aquellas odiosas , la inesperada aparición de su cuñado o que Leonard estuviera allí, una vez más.
-Bueno, diría que ese fue un buen final- comentó Leonard.
-Sí, creo que sí. Y no solo defendió a mi hermana sino que me salvó a mí.
-Igual, yo apostaba a su favor, Josephine, sin dudas fue la ganadora.
-Gracias, pero mi madre no me hubiera agradecido que perdiera el control y las envolviera en las cortinas.
-Solo defendía a alguien que ama, y me hubiera gustado ver eso. Era lo mínimo que merecían.
-Pero creo que lo de mi futuro cuñado tuvo más impacto.
-¿Quiere ir a tomar un poco de aire?¿Qué le parece un paseo por el jardín? – preguntó él
-Creo que sí, y así me alejo de las posibles consecuencias- aceptó Jo y salieron de la casa. Había muchos invitados en los jardines, así que se alejaron un poco hasta que dieron con unos conocidos, los mellizos Marshall agitaban sus manitos saludándolos desde el banco donde estaban sentados.
-Ellos devolvieron el saludo y se acercaron.
-Es sospechoso que no estén correteando por todos lados- dijo Josephine apenas llegaron a su lado.
-Tomamos un descanso para comer- explicó Malcom y Josephine vio el plato enorme con pastel y dulces que tenían, pero luego su vista se deslizó hacia las manos de Millicent.
-¿Eso es una largartija?
-Una zootoca vivípara para ser exactos- aclaró Malcom.
-Bien, me alegra que sepas el nombre pero dudo que eso ayude a que tu madre la acepte.