Cuando el Devorador de Almas había hablado, la pequeña niña escucho una voz muy familiar y cálida en vez de una escalofriante y aterradora. Ese hecho evito que la pequeña saliera corriendo y que parara de llorar pero aun así no agarraría la mano del ser no muerto, no confiaba en él.
Al ver que la niña no tomaría su mano, Devorador de Almas la saco y volvió a meter dentro de su túnica.
-Como quieras…-
El no muerto dio media vuelta y caminando unos pasos para adelante tomo distancia de la pequeña. A él se le ocurrió que sería mala idea hacer las cosas rápido y mejor se tomaba su tiempo para que ella se acostumbrara a su apariencia.
-Aun así para que salgas de tus dudas te pondré un poco en contexto-
Tomando su bola de cristal, la cual emanaba una luz verde radiactiva, el no muerto comenzó a explicarle a su invitada el porqué de casi todo. Aunque obviamente su explicación se vería limitada hasta donde él conocía.
-Hace alrededor de tres meses unas grandes vestías aparecieron en el reino y comenzaron a devastar todo. Eran gigantescas bestias carnosas con tentáculos y ojos en todas partes y para poder hacerles frente el rey decidió desplegar a sus mejores soldados y lanzadores mágicos, pero ninguno de estos puedo detener su destrucción…-
Mientras que él le explicaba a la joven lo sucedido, de su bola de cristal salieron unos destellos del mismo color que mostraban en un muro de niebla verde lo que el no muerto narraba.
-…el país vecino, el reino de Szent dirigido por la Reina Santa, mando tropas para poder ayudar. Pero aun así nada podía detener a esas poderosas bestias y como segunda opción varios grupos fueron a explorar una misteriosa torre flotante, pero ninguno regreso. El rey al no tener más alternativa reunió a todos los habitantes del país en la ciudad capital y utilizo un muy antiguo hechizo para invocar a un guerrero que sería capaz de derrotar a las bestias. Pero al parecer algo salió mal en el hechizo y todas las almas de los habitantes del reino fueron robadas y se generó una gran explosión que dejo todo en ruinas.-
La niña se encontraba congelada en su posición tirada en el suelo, se encontraba asimilando todo lo que acababa de escuchar, para su edad le era difícil comprender todo además que aún tenía varias dudas.
-Pe pero ¿En qué momento apareciste? ¿Y qué hago aquí? No sé ni ni mi nombre-
El no muerto había cometido un error y como consecuencia llevo su fría mano a su frente, la cual tenía carne cruda y varios pelos largos de color blanco, para comenzar a mover la cabeza de un lado a otro mientras pensaba <No tuve que resumirla tanto>.
-Yo aparecí una vez que la explosión termino y en mi interior tengo las memorias de todos los habitantes y por lo que estas me dijeron tú eras la hija de uno de los nobles que por alguna razón que desconozco fue utilizada como catalizador para llevar acabo tal hechizo-
Los hechizos se dividían en diferentes tipos y el que se había usado para invocar al guerrero prometido era un hechizo de ritual, el tipo más difícil de hechizos. Así que era de esperarse que muchas cosas pudieran salir mal, aunque no eran suficientes para que todo resultara como está actualmente.
-Quieres decir que ¿Mi familia se fue de este mundo?-
Al pensar en tal posibilidad los ojos de la niña se volvieron a llenar de lágrimas, estaba a punto de llorar de nuevo. Y el devorador de almas al darse cuenta de eso intento evitarlo.
-No tienes de que preocuparte, ellos aun siguen vivos dentro de mí-
Ella con su cerebro no lograba comprender el grado de las palabras que escuchaba, pero si lo decía alguien que estaba enterado de todo lo que había pasado lo aceptaría además no tenía razones para desconfiar de él. Así que la joven se puso de pie y se secó las lágrimas y con una adorable sonrisa dijo.
-Entonces está bien señor Devorador de Almas-
La rápida reacción de ella más la forma en como digerido el asunto sorprendió al no muerto y lo hizo pensar <Esta niña debe ser bastante inteligente. Ya veo por qué la eligieron para el ritual>
Por fin la situación había logrado calmarse pero ahora el Devorador de Almas no sabía qué hacer, todas las memorias en su interior le gritaban que debía proteger a la pobre niña frente a él. Pero a su vez tenia encargada una tarea igual de importante y ya que la joven se encontraba bien e ignorándola completamente se dirigió nuevamente hacia una orilla del gran cráter en el centro de la sala del trono y siguió con su trabajo.
Extendió ambas manos hacia el viscoso fluido violeta en las profundidades del hoyo y siguió con su trabajo, el cual era absorber las almas que se encontraban en su interior. Así podría obtener mucho más poder.
Pero mientras hacía eso la parte inferior de su negra túnica se movió, alguien la estaba tirando para abajo. Era la niña quien intentaba llamar su atención, así que tuvo que detener lo que hacía una vez más y atenderla.
-¿Qué sucede?-
-Yo ¿Qu que se supone que haga ahora?-