Castillo flotante de los seis celestiales
En una de las habitaciones dentro de esta fortaleza flotante se encontraban cuatro personas alrededor de una mesa. Había un total de siete sillas alrededor de la mesa, una para cada uno de los seguidores de uno de los seis grandes celestiales pero todavía ninguna se había sentado, estaban esperando a que llegara un seguidor más.
Normalmente las reuniones se llevaban a cabo con los seis seguidores principales pero en esta ocasión solo cinco podían reunirse, la seguidora faltante se encontraba muy ocupada como para poder asistir.
El silencio que cubría la habitación se vio arruinado por el rechinar que hacían las dos grandes puertas de entrada al abrirse, y la razón de que estas puertas se abrieran era que por fin había llegado el último miembro que estaban esperando.
-¿Un poco tarde no crees?-
Quien hablo fue una chica de pelo largo y rubio, con ojos claros como perlas y que vestía ropas de color negro junto a un lazo dorado y un gorro que hacia juego. Esa chica era Benares y siempre acostumbraba a hablar en un todo de juego que llegaba a resultarle molesto a algunos.
-Oye sabes que todos tenemos obligaciones que cumplir. Algunos las hacemos más rápido que otros-
Contesto el chico que acaba de entrar al lugar. El llevaba puesto ropas muy extrañas pero lo que más sobresalía era su bincha tapada por algunos mechones de su pelo violeta, sus guantes de palma negros, la venda en su mejilla y un gran pergamino, casi del mismo tamaño que su cuerpo, que llevaba atado en la espalda. Él era Cádiz quien junto a su sonrisa y ojos rosa oscuro se encargaba de los pergaminos, podría decirse que es como un mensajero.
-¿No falta alguien más aquí?-
Pregunto Cadiz quien era el único que no estaba enterado de la ausencia del otro seguidor.
-Sí, ella se encuentra en otra importante misión ahora- Respondió Benarés.
Un chico de pelo negro y ojos verdes quien se encontraba apoyado sobre un pilar se paró para hablar.
-Ahora comencemos a discutir las razones por las que vinimos aquí-
El vestía un traje oriental con botas y dos sables en su cintura y su nombre era Erbil.
Luego de escuchar eso todo tomaron sus respectivos lugares dejando dos asientos vacíos.
-No sé si alguien más aparte de mi vio el mapa de la biblioteca-
Quien comenzó con el tema a discutir fue Tebas. El vestía una túnica roja con una capucha, la cual tenía puesta y tapaba parte de su pelo negro. Tenía ojos naranja claros y siempre llevaba consigo un arma que no era propia de este mundo y solo podía encontrarse y crearse dentro de ese castillo. El arma era un rifle antiguo en perfectas condiciones.
-Yo, yo lo vi- Contesto Cádiz.
Como mensajero era normal que él tuviera que observar el mapa seguido para saber con exactitud a donde ir.
-Para los que no lo vieren les informare. En la región donde antes se encontraba la capital del Reino Kereszt ha aparecido un gran círculo violeta, el bibliotecario y yo pensamos que se trata de alguna especie de barrera que no le permite a nadie entrar-
-¿Y eso que tiene de raro?- Pregunto Benarés.
Tebas se le adelanto a Cádiz sin darle tiempo de responder.
-No se conoce el tipo de energía del cual está formada esa barrera. Además se supone que ese reino fue atacado por monstros, por lo que no debería haber nadie con vida para haberla creado-
-A menos que quien la creo sea un no muerto-
El que había lanzado esa hipótesis era el seguidor que había estado en silencio todo el tiempo, Beirut. Había tres serpientes atadas alrededor de su cuerpo y sus ojos dorados brillaban más que cualquier otro. Él es el líder de todos los seres que habitaban el calabozo del castillo y lleva el título del “jefe de tortura y recolector de información”.
-Como mensajero he escuchado y visto muchas cosas raras y peculiares. Por eso pienso que esa opción sería la menos acertada-
Beirut chasqueo su lengua y volvió a estar en silencio.
-¿Y quién puede ser entonces?- Le pregunto Tebas a Cádiz.
-Estem, todavía debo pensar en eso-
-Entonces no hables sin buenos argumentos-
Erbil siempre actuaba como el superior de todos y reprendía a sus compañeros si le parecía que sus acciones o decisiones no eran las correctas. Nadie estaba en contra de eso.
-Igual ese tema no es importante. ¿Qué no se enteraron de la muerte de Damocles?-
-Su muerte es el segundo tema de discusión hoy- Dijo Tebas.
-Antes de pasar a ese tema ¿Para qué querías decirnos sobre esa extraña barrera?-
-Pues, tal vez deberíamos mandar a alguien para investigar el lugar. No es normal que haya una barrera así, alguien tuvo que colocarla-
Ya algo ansioso Cadiz dijo.
-No mandaremos a nadie, eso no tiene importancia. El siguiente tema si, pasemos a el de inmediato-
Esa actitud que había tomado de repente se debía a que él no se había enterado de la muerte del mago más poderoso de la historia y quería saber todos los detalles.
Erbil hablo una vez más.
-Ya pasemos al siguiente tema-