Las chicas del Fbi también pueden ser sexis (editando)

El sótano

Al acabar nuestro turno, Colton me llevó a un bar cercano.
-¿Tenemos que hablar de algo, no?-Preguntó Colton con una sonrisa de oreja a oreja.
Agaché la cabeza para que no me viera sonrojarme.
-¿Yo te gusto?.-Dije entre susurros.
-¿Qué si me gustas? Por dios Abby, me encantas.
Le guiñé un ojo y pensé:
-Keira tenía razón.
Di un sorbo a la Coca-Cola que había pedido y me acomodé en la silla.
-¿Quieres empezar una historia conmigo?
No le contesté, me acerqué a Colton y le dí un plácido beso en los labios.
Al retirarme él había entendido mi respuesta.
-Quiero que estemos juntos por mucho tiempo.-Admitió.
-Yo también.-Mis ojos visualizaron a Andrew, entrando por la puerta con sus amigos.-Mierda...
-¿Qué es lo que pasa?
Le hice un gesto para que mirará hacia atrás.
-¿Pasemos de él, vale?
-No voy a consentir que Andrew me jorobe la cita.
Pero era tarde, él ya se dirigía hacia aquí.
-Mira los dos tortolitos.-Le dirigió una mirada asesina a Colton.
-¿Podrías dejarnos en paz?-Dijo Colton levantando el tono de voz.-Vete con tus amigos.
-¿No te han dicho nunca que estabas buena?-Anunció sin dar importancia a lo que había dicho Colton.
Sus colegas se partieron de risa y daban su aprobación asintiendo con la cabeza.
Observé como Colton apretaba los puños bajo la mesa.
-Ya está, Andrew ¿No ves que estamos ocupados?-Indiqué.
-Venga Abby, deja a este gilipollas y vamos a pasarlo bien de verdad.
Colton se levantó furioso y se puso enfrente de él, mirándole directamente a los ojos. Sin apartar la mirada en ningún momento.
-Piérdete. -¿Y si no quiero perderme?-Respondió Andrew con una sonrisa vacilona.
Frunció el ceño y levantó el puño.
-¡Vete con tus putos amigos!
Volvió a dirigirme la mirada.
Esbozó una sonrisa en la comisura de los labios mientras que sus amigos pedían unas cervezas. Tragué saliva, incómoda.
-Ya nos veremos por ahí, Abby.
Y al fin se marchó.
-De verdad, no lo aguanto.-Se volvió a sentar.-Espero que él sea el asesino y así poder perderle de vista unos cuantos años.
-No creo que Andrew sea para tanto.
Abrió los ojos como platos.
-Eso es porque no le conoces lo suficiente. Yo llevo viéndole desde que empezamos secundaria, y acabas harto de él.
Me encogí de hombros.
-Bueno, pues tendré que fiarme de ti.-Miré mi móvil.
El reloj marcaba las nueve menos diez, Jeff no tardaría en llamar.
-Colton, tenemos que encontrar a la madre de mi amiga.
-Te prometo que mañana no descansaré hasta que dé con ella.
-Gracias, yo te ayudaré...-Suspiré.-Por cierto...
Pensé en contarle lo que me había dicho Jeff, pero decidí no hacerlo.
-¿Que pasa?-Preguntó.
-No...nada...No pasa nada.
Colton colocó su mano encima de la mía y se sumergió en mis ojos, esperando encontrar lo que ocultaba.
-¿Seguro que no es nada? Puedes decirmelo.
-Seguro. Si me acuerdo te lo digo.-Fingí una sonrisa.
-Está bien.-Miró hacia el techo.-Me gustaría haberte conocido antes.-Carraspeó.-Quiero decir, antes de todo esto.
-Si...a mi también me hubiera gustado encontrarte en otras circunstancias...
Me crucé de brazos, estaba ansiosa por recibir la llamada de jeff.
-¿En qué piensas?-Preguntó sin soltarme la mano.
-¿En que debería pensar?
-No sé, dímelo tú.
Le dí un rápido beso y noté como mi móvil vibraba:

Número desconocido Abby

¿Estás lista? 21:00

Espera¿Quién eres? 21:00

¿Ya no te acuerdas? 21:00

¿Perdón? 21:02

Jeff. 21:02

¿No me ibas a llamar? 21:02

Lo pensé, pero estabas ocupada con ese chico. Ahí va: Se esconde bajo una manta. 21:02

¿Y qué conclusión saco de eso? 21:03

Solo tienes que pensar un poco con tu cabeza y volver sobre tus pasos. 21:04

[Leído] 21:04

-¿Con quién hablas?-Dijo Colton arqueando una ceja.
-Eeh...Con Keira, mi amiga.
-Jaja, era una broma. Sinceramente no me importa con quién hablas.
-Esto sí.-Dije para mi.-Esto te debería importar.
Horas después Colton me acompaño a casa de Keira, ambos con unas copitas de más.
-¿Seguro que puedes ir a tu casa?-Anuncié mientras abría la puerta.
-Claro, solo estoy un poco borracho, nada más.
Asentí y me despedí de él.
-Buenas noches señorita.-Observé a Keira apoyada en el pasamanos de la escalera-¿Qué horas son estas?
-Por favor, no te comportes como mi madre.
Me tiré al sofá y ella se acomodó a mi lado.
-Las cuatro menos veinte de la madrugada.-Frunció el ceño a modo de broma.-Y encima con un chico.
-Keira...
Soltó una carcajada.
-Solo te estaba tomando el pelo.-Admitió.
-Lo sé. Ahora no puedo contarte todo lo que ha pasado, me duele la cabeza y solo quiero irme a la cama.
-Claro, pequeña rebelde.
La miré con una mirada asesina y ella rompió a carcajadas. Subí las escaleras, y Keira iba detrás.
A la mañana siguiente, en la comisaría, Anna vino muy alterada y corriendo hacia mi.
-¡Abby!
-¿Qué pasa?-Pregunté nerviosa.
-Nos han comunicado otro asesinato. Tienes que ir con Michael a investigar el perímetro.
-Vale ¿Hombre o mujer?
-Mujer, de unos 45 años de edad, antigua trabajadora del hospital.
Asentí y salí fuera para encontrarme con Michael.
Llegamos a un hotel en el centro de la ciudad.
-Está en el ascensor, en la segunda planta.
Y allí estaba, una mujer de cabellos rubios, boca arriba en la entrada del ascensor. Tenía una pistola en la mano y se apuntaba la sien, al igual que mi madre.
-Parece que se ha suicidado.-Anunció el director del hotel.
Negué con la cabeza.
-Este asesino es lo que quiere que creamos. Además, piense un poco ¿Por qué se va a pegar un tiro en el ascensor, teniendo su habitación privada? No hay rastos de sangre.-Hize una pausa.-Michael, ayúdame a darla la vuelta, porfavor.
Nada más darla la vuelta le salió agua de la boca. Él y yo nos miramos confundidos.
-¿Como puede ahogarse alguien en un ascensor?-Dijo Michael sin esperar respuesta.
Me incorporé y miré al director del hotel, Jhon Baker.
-Se instalaba en la habitación 634, en la sexta planta.
Subimos los cuatro pisos restantes a pié y encontramos la puerta como si alguien la hubiera forzado.
-Mira Abby.-Miré donde él señalaba.-Algo me dice que ese pétalo de rosa no debería estar ahí.
A los pies de la puerta se encontraba aquel pétalo de rosa, me agaché para cogerlo y lo metí en una bolsa.
Al entrar en la habitación nos sorprendimos, hasta el propio Jhon Baker.
Había manchas de agua por todo el suelo provenientes del baño, con pétalos alrededor.
Sacó su pistola y fué a abrir la puerta del baño.
-Así es como se ahoga alguien en un ascensor.-Dije.
-Se ve que rechazaron al hombre, y se puso furioso.
-Oye....-Dije.-¿Te fijaste si esa mujer tenía un símbolo en el brazo?
-Creo que sí lo tenía, cuando le haga la autopsia te lo aseguro, aunque no hace falta ser muy listo para saber que murió ahogada y no por el disparó en la sien
Me di la vuelta rápidamente y miré a los ojos a Jhon. Estaba muy nervioso.
-¿Te pasa algo?-Pregunté curiosamente.
-Eeh...no. Solo que no me imagino que haya habido un asesinato en este hotel.
-Bueno, las cosas pasan.-Contestó Michael.-¿Usted tenía alguna relación con...Lauren bell?
-¿Qué? Claro que no,n o la había visto en mi vida.
-Genial ¿Podría preguntarle a alguno de sus trabajadores si sabría decirnos el hombre que esperaba Laura?
Asintió con la cabeza y se marchó rápidamente.
-¿No crees que el comportamiento de Jhon es un poco sospechoso?-Pregunté mientras Inspeccionaba el resto del baño.
-Tienes razón, quizás el sepa algo que nosotros no sepamos.
Pasaron varios minutos de silencio.Y después dije:
-Michael...
-¿Que pasa?
-¿Te acuerdas cuando fuiste a recoger los cadáveres de la casa aquella?
-Si, eran de plástico.
Abrí los ojos como platos.
-¡¿Qué?!
-El asesino nos ha querido mostrar algo.
-¿Cómo qué?
-Que es fuerte, que va a matar a más gente.
-Tenemos que pararle y averiguar porque hace eso.
De repente encontré un pelo pelirrojo.
-Mira-Anuncié.
-Hay que llevarlo al laboratorio.-Se levantó-Vete tú, Abby. Yo me encargaré de investigar un poco más.
Cuando llegué a la comisaría, entré sofocada en el laboratorio.
Janeth y Anna levantaron la cabeza al verme.
-¿Qué te pasa?
-Creo que tenemos algo.-Dije mostrando la bolsa con el mechón pelirrojo.
Janeth se acercó a mí y cogió el mechón de pelo. Luego lo llevó hacia una máquina que analizaba el ADN.
Jhonatn García, así se llamaba.
-¿Él es el asesino?-Pregunté con una esperanza.
-Hay un mechón de su pelo en el escenario del crimen, es sospechoso.-Contestó Ana.
-¿Que se sabe de Jhonatan?-Miré a Anna que se situaba enfrente del ordenador.
-Tiene 47 años, vivía en Texas, pero después de su divorcio se mudó aquí.-Hizo una pausa y achino los ojos.-Vive en Filbert street, número 4.
-Gracias por la ayuda, Anna.-Dijo Janeth.
En ese instante recordé la casa en la que habíamos encontrado a Jeff, justo ahí, en el sótano, una manta tapaba algo sospechoso.
-¡Ya lo tengo! -Grité, pero enseguida me tapé la boca.
-¿Ya tienes el qué?-Preguntó Janeth con una mueca de no entender nada.
-Ahora mismo vuelvo.
Salí corriendo en dirección a la casa, mientras cogí el móvil y llamé al único agente disponible, Colton.
-¡Colton!-Dije.-Tenemos que volver a investigar esa casa.
-¿Por qué?-Preguntó con curiosidad-Ya está todo investigado.
-Por favor, Colton. Tengo que asegurar una cosa.
-Claro ¿Donde te recojo?
-No hace falta, ya voy para allá. Te veo allí.
Colgué el móvil y lo metí en el bolsillo trasero de mi pantalón.
Minutos después llegué sofocada y sin aliento a causa de la carrera que había echado para llegar lo antes posible.
-La próxima vez te voy a recoger.-Dijo Colton con una sonrisa simpática.-Llevo aquí 10 minutos y tú estás destrozada.
Me apoyé en el coche patrulla para descansar un poco.
Él se acercó a mí para darme un pequeño beso y cogerme en brazos.
-Vamos pequeña, quiero ver eso que necesitas investigar otra vez.
Soltó una carcajada y me soltó de nuevo al suelo.
Abrió el coche y cogió dos chalecos antibalas. Uno me lo dió a mi y el otro se lo puso él.
Entramos silenciosamente y nos dirigimos hacia el sótano.
-¿Qué quieres buscar aquí?-Susurró.
-Ya lo verás, impaciente.
Con la mirada busqué un manta tirada en el suelo. Cuando la encontré la retiré dándole una pequeña patada.
-¿Una trampilla?-Colton me miró y tiró del asa con fuerza.-Está cerrada.
La golpeé y pregunté:
-¿Alguien puede oirme?
De pronto un leve golpe nos sobresaltó, proveniente de allí abajo.
-Hay alguien, Abby.
-Ten.-Añadí mientras le daba un martillo que había encontrado encima de una mesa.-Abrela.
Asintió con la cabeza y dió un golpe seco a la madera.
Esta se rompió y pudimos ver a una mujer rubia;la madre de Keira.
-Olivia.-Susurré.
Se incorporó y levantó la mirada hacia arriba.
-¿Abby?-Fijó su mirada en mí.-Sácame de aquí, por favor...
-Tranquilizate señora.-Interrumpió Colton.-La sacaremos de aquí, pero bajé la voz, alguien podría descubrirnos.
Asintió y nos mostró sus manos.
Las tenía atadas la una con la otra, al igual que los pies.
En su rostro las ojeras no pasaban desapercibidas, ni tampoco los múltiples arañazos.
Colton saltó allí abajo y la desató con sumo cuidado, sin hacerla daño; ya que conservaba la rozadura de las cuerdas, aún en carne viva.
-Olivia, la llevaremos a comisaría.-Añadí.
-¿Dónde está mi hija?¿Está bien?
La sacamos de ahí dentro.
-Si, Keira está bien.-Contesté preocupada por el aspecto demacrado que tenía al verla de pie.-Antes de decirle nada a Keira, sería recomendable que te lleváramos al hospital, no tienes buen aspecto.
Él me miró con una sonrisa y me guiño el ojo.
-Como queráis...Pero decirle a ella que estoy bien.
La llevamos al hospital.
Mientras la hacían pruebas sobre su salud yo decidí llamar a mi mejor amiga para darle la buena noticia.
-¿Tienes que volver a casa a causa de la resaca?-Detrás de la línea ella se reía.
-Yo no, pero hay otra persona que está deseando llegar a casa contigo.
Desde el otro lado no hubo respuesta.
-¿Sigues ahí?-Dije.
-S-si...¿Es mamá?
-Si, tu madre está en el hospital, pero no te preocupes, está bien.
Comencé a escuchar unos pequeños llantos de niña pequeña que tenían que ser consolados cuanto antes.
-Creo que deberías venir a verla, estará deseando ver a su preciosa niña.
Sin responder nada colgó.




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