-¿Que haces aquí, Jeff?-Pregunté mientras la voz me temblaba.
No contestó, se metió las manos en los bolsillos y sonrió de nuevo.
-No voy a quedarme aquí suplicándote que me lo cuentes.- Me dí media vuelta y comencé a caminar.
Me cogió del brazo repentinamente y volví a mi posición anterior.
-Va a por ti.
-¿Quién?- Me quedé desconcertada.- ¿Quién va a ir a por mí?
-Él.-Señaló a un hombre con capucha y un cuchillo en la mano derecha.
No podía mover ni un solo músculo, una fuerza superior a mí me lo impedía.
De repente aquel extraño hombre, se acercó a mí lentamente, mientras mostraba, en su otra mano , la ropa que aquel día había llevado mi madre.
Quería gritar, echar a correr... Una presión me inundó el pecho y se me hizo casi imòsible poder respirar.
Cuando el individuo estuvo a varios centímetros de mí, alzó su mano y levantó su arma blanca.
Antes de darme cuenta me encontré de nuevo tumbada en el sofá de casa de Keira.
Me incorporé angustiada, todo había sido una horrible pesadilla.
Las gotas de sudor recorrían mi frente, así que decidí levantarme e ir a por un poco de agua.
Pero antes cogí mi móvil y miré la hora, las cinco y ocho de la mañana.
A mi alrededor solo había plena oscuridad, y el único ruido que hacia que esta casa no pareciera un cementerio era el reloj, que resonaba por todas las paredes.
Froté mis ojos y bostecé.
Para ser una calurosa noche de verano, empezaron a darme escalofríos.
-Tranquila.-susurré para intentar tranquilizarme.-Aquí no hay nadie, salvo Keira.
Busqué con ansia el interruptor de la luz.
-¿Qué haces despierta?
Al oír la dulce voz de mi amiga, me tranquilicé de inmediato.
-Oh, nada. Solo me había levantado a por un poco de agua.
-¿Estás bien?-Preguntó preocupada.-Estás empapada en sudor.
Abrí el grifo y puse la palma de mi mano en forma de cuenco, cuando está contuvo agua, me la eché por la nuca.
-Si, estoy bien...Solo que he tenido una pesadilla.
-¿Otra vez el monstruo?-Keira tenía la manía de decirme aquello, porque tiempo atrás le había contado que de pequeña siempre soñaba con que me perseguía un horrible y grande monstruo.
Arqueé una ceja y no me inmuté.
-Lo siento.-Se disculpó cabizbaja.
-He soñado con algo aún peor.-Y de nuevo el corazón comenzó a latir rápidamente.-Yo estaba...
-¡No! No me lo cuentes.-Me interrumpió-Te será peor, vuelve a la cama e intenta tranquilizarte.
Asentí y bebí un trago de agua del vaso que me había dado Keira.
Subimos las escaleras juntas, para dirigirnos a su habitación.
-Keira.-Me paré en seco-No creo que me pueda volver a dormir...Mejor me quedo abajo y veo un poco la televisión.
Me cogió la mano y me obligó a seguir subiendo las escaleras.
-Tú te vas a dormir ¿Quieres rendir mañana?
Asentí.
-Pues entonces debes estar descansada y no con este estrés.
-Pero...-Dije, de pronto colocó su mano en mi boca.
-Nada de peros.-Miró su reloj.-Puedes dormir dos horas más, no te vendrán mal.
Refunfuñada me tumbé en la cama y ella en la de al lado.
Cuando los primeros rayos de sol atravesaron las persianas bajadas, abrí los ojos.
Giré la cabeza y vi a Keira, plácidamente dormida.
Sentí algo de envidia, pues yo estaba muy cansada y me gustaría poder seguir durmiendo.
La di un pequeño beso y salí de la habitación.
Observé la nevera y me toqué el estómago; no tenía nada de hambre, lo que era raro en mí, porque yo siempre me levantaba con un hambre voraz.
-Joder...-Susurré.
Aunque no estuviera hambrienta, cogí un donut de la nevera y salí rápidamente hacia la comisaría.
-Hola.-Saludé nada más ver a Colton.
-¿Has dormido bien?-Se acercó a mí, me retiró un mechón de pelo de la cara y lo colocó detrás de la oreja.-Pareces cansada.
-Si, si he dormido bien.-Mentí, sabía que si le decía la verdad él me recomendaría que me fuera a casa a descansar, y no quería; pues ya había retrasado bastante la investigación por haber estado varias semanas en casa por lo de mi madre.
-¿Estás segura? No te veo muy convencida.
Sin decir nada, apoyé mi cabeza en su torso y le abracé con todas mis fuerzas.
-Si si, muy bonitos vuestros gestos de amor ¿Pero me podrías explicar por qué narices me habéis hecho venir aquí a las ocho de la mañana?-Dijo Andrew con un tono burlón detrás de nosotros.
Colton le miró malamente y él le devolvió la mirada con una estúpida sonrisa. Se cruzó de brazos y se acercó a nosotros.
-Andrew ¿Por qué mentiste?
-¿No podemos hablar esto a solas en mi casa?
Apreté los puños y no dije nada, lo dejé en manos de Colton.
-Pero bueno ¡¿Tú eres gilipollas?!
-Cuida ese vocabulario.-Michael apareció con una taza de café en la mano.-Usted.-Dijo dirigiéndose a Andrew.-Venga conmigo a la sala de interrogatorios, no quiero que se derrame sangre.
Con una sonrisa en el rostro volvió a desaparecer.
-Te lo prometo Abby, como ese imbécil te ponga una mano encima, le mato. Y me da igual tener que pasar el resto de mi vida en la cárcel.
Nos acercamos a ese espejo falso, que a nosotros nos permitía ver lo que ocurría allí dentro, cuando desde dentro solo te permitía ver tu propio reflejo.
-Antes de que me echéis la culpa del asesinato de esa mujer...Quiero llamar a mi abogado.-Anunció Andrew con los brazos cruzados.
-Después.-Ordenó.-¿Como estas tan seguro de que Yarely Miller entraba a menudo en esa casa?
No contestó.
-Te lo voy a repetir una vez mas.-Se levantó y apoyó ambas manos en la mesa-¿Las has visto entrar ahí?
Miró al techo, molestó por estar ahí sentado.
-Mira viejo, yo veía todas las noches a una señora con las mismas características que esa tipa.-Admitió al fin.-Ahora si, no puedo asegurar cien por cien que sea ella ¿Me puedo ir ya?
Michael se lo impidió.
-¿Quién me dice a mí que no fuiste tú el que ha provocado estos asesinatos?
-Joder, si no me crees pues a mi me da lo mismo, yo tengo cosas que hacer en mi casa.-Se levantó rápidamente.-Venga hasta luego.
-No te vas a ir a ninguna parte, ahora puedes llamar a un abogado, porque si no quieres pasar la noche en la cárcel de la comisaría más vale que tengas lo que se necesita para convencerme de que no estás implicado en los asesinatos.
Resopló y se fue acercando a la puerta lentamente.
-Parece que no me has escuchado bien, deberías limpiarte los oídos-Añadió Andrew girando el picaporte.-Tengo a una chica en mi casa esperándome, esta tarde te demostraré que no he matado a nadie.
Miré a Andrew seria y le observé mientras recorría el pasillo para marcharse. Pero antes de que desapareciera por la puerta, me guiño un ojo y me dedicó una sonrisa.
-Genial.-El tono de Michael era molesto.-Ha sido el interrogatorio más corto que he realizado durante todos mis años de trabajo.
-Con él no se puede dialogar.-Intervine.-Ya lo intenté yo.
-Bueno, tendrá que decir lo que sabe tarde o temprano.
-Supongo que sí, ,mientras tanto tendremos que ser algo pacientes con Andrew.
-¡¿Algo pacientes, me estáis tomando el pelo?! Ese hombre es gilipollas por naturaleza,y hará lo posible para retrasarnos la investigación.-Me fascino bastante ver a Colton de esa manera, desde mi punto de vista se podía ver que él tenía cierto rencor a Andrew.
Le agarré de la mano y le hice andar hasta la puerta principal.
Unos minutos después, íbamos rumbo al hospital abandonado con Colton más relajado.
-¿Qué se supone que tenemos que buscar ahí?-Pregunté ansiosa de saber la respuesta.
Se encogió de hombros.
-Cuando lleguemos allí tan solo tendremos que observar cada pequeño detalle.
-¿Y si el asesino esta allí esperándonos?
-Lo más probable es que en ese hospital solo haya arañas y algunos cuantos objetos olvidados.-Aceleró rápidamente.-Además, si por lo que fuera coincidimos con él,lo podremos meter entre rejas antes.
Estaba deseando llegar a ese sitio abandonado, siempre me habían llamado la atención ese tipo de lugares, aunque ninguna vez había tenido la oportunidad de ver uno con mis propios ojos.
Si soy sincera, tenía miedo ¿Qué por qué? Pues ni yo lo sabía; era esa sensación de cuando vas a subir a una montaña rusa por primera vez, no sabes que sensación vas a tener ni con que te vas a encontrar.
-Llegamos.-Anunció Colton mientras se quitaba el cinturón.
Cogí la pistola de la guantera y salí del coche a la vez que él.
Ante nosotros se alzaba un lugar terrorífico y fantástico a la vez, parecía haber salido de una película de terror. Para verlo todo entero tenías que alejarte bastantes metros atrás.
El edificio se dividía en dos secciones: Una para las típicas consultas o las urgencias y el otro era para que la gente que necesitara pasar unos cuantos días internas allí.
Me quedé pensativa unos instantes y decidí preguntarle a mi novio:
-¿Por dónde empezamos? Creo que no nos dará tiempo a verlo completo.
-Te noto tensa amor mío.-Me guiño un ojo.-Empezaremos por este mismo.
Achiné los ojos para poder observar cual de los bloque había elegido.
Comenzamos a andar, dejando atrás el coche patrulla.
Con curiosidad observé el letrero de urgencias, antes rojo y ahora con la pintura medio quitada a causa del tiempo, también carecía de algunas letras.
Un escalofrío me recorrió la médula espinal nada mas pisar la puerta hacia dentro, todo estaba más o menos conservado, las sillas, las máquinas de café...parecía un hospital hecho para fantasmas. A mi izquierda estaba recepción, un mostrador separaba la oficina del hall.
-¿Entramos ahí?-Propuse.
-Como veas, de todas formas vamos a tenerlo que verlo entero.
Le dí un codazo en las costillas y esperé a que Colton se adelantara.
Todo se mantenía en silencio, demasiado para mi gusto.
Aunque fuese de día la luz que atravesaba los cristales sucios y rotos era escasa y por lo tanto no sé podía ver con claridad, cogí mi linterna y apunté dentro.
Los armarios llenos de archivos aún se mantenían de pié, los teclados rotos seguían allí...Era totalmente una maravilla ver algo conservado desde tiempo atrás. Como si en ese lugar el tiempo se hubiese parado completamente.
-Abre el armario.-Ordenó Colton.-Si ves un archivo con la foto de una mujer rubia, no dudes enseñármela, yo buscaré en este otro.
Más tarde, cuando tuve suficientes agallas abrí la puerta, pero para mi sorpresa, estaba vacío, lleno de polvo y unas cuantas arañas.
-Ya empezamos mal, aquí no hay nada joder.
Él me tomó de la mano para intentar tranquilizarme.
Dejamos el hall atrás y fuimos hacia una habitación, en esta pasaba lo mismo, los muebles también seguían ahí.
En ese mismo instante grité con todas mis fuerzas.
Mis ojos vieron la silueta de un cuerpo humano tapado con una sabana blanca frente a nosotros, apresuradamente Colton se colocó delante de mí con la pistola en la mano.
-Tengo mie-e-e-do...-Tartamudeé.
Levantó la sabana con el pié mientras se reía repetidas veces.
-Deja de reírte bobo, a ti también te ha asustado.
-Yo sabía desde el principio que no era real.
-¿Y por eso sacaste la pistola, no?-Arqueé un ceja.-¿Para disparar al esqueleto de plástico, cierto?
-Así es pequeña miedica.
Cuando se acercó para darme un beso yo me retiré, y orgullosa continué andando.
Mientras nos desplazábamos por el largo y tenebroso pasillo, nos topamos con una silla de ruedas en medio.
Sentí un gélido viento en mi nunca.
Un osito de peluche descansaba intacto en ella, a mi derecha un estúpido grafiti en el que se podía leer "Ya no saldrás de aquí vivo" pintado de rojo, similar a la sangre.
Pasando de aquellas cosas que solo nos hacían perder el tiempo, llegamos al otro edificio.
-Son más de las tres de la tarde.-Rechisté hambrienta.-Tengo hambre, salgamos fuera...
-He pensado en todo,querida.
Se paró en seco y abrió su mochila.
-¿No me digas que...?
No me dio tiempo a terminar la frase, pues alargó el brazo y me entregó un bocadillo envuelto en papel de aluminio.
Le dí un abrazo, no dándole las gracias, si no suplicándole que me quería ir ya.
Suspiró y sonrió.
-Sé que te da miedo estar aquí, por eso si a las cinco no hemos encontrado nada nos iremos y mañana volveré con alguien para que me ayude a seguir buscando ¿Vale?
-¿Tengo que aguantar tanto tiempo?-Puse ojos suplicantes.
-Venga, luego te invito a mi casa.
Me acerqué a Colton para darle un beso y seguimos nuestro recorrido.
Mientas le daba el primer mordisco al bocadillo, le observé durante unos cuantos segundos, pensé en como antes podía haber sido tan insignificante para mí y ahora era muy importante en mi vida.
Al fin llegaron las cinco de la tarde, y yo ansiosa le indiqué la hora a él:
-Ya son las cinco.-Le sonreí orgullosa.-Es la hora de irnos.
Pero justo en ese momento vimos una luz proveniente de una habitación al final del pasillo que todavía no habíamos visto.
-Colton...
Me dedicó una mirada de terror y se fue acercando con pasos lentos y sigilosos.
-Ven conmigo, no vas a quedarte aquí sola.
-Tampoco era mi idea.-Admití.
La luz parpadeaba y se podían ver algunas sombras danzar.
Seguimos acercándonos cuidadosamente, pequeños escalofríos recorrían mi espalda, cada vez más abundantes.
Sentía miedo, quería salir corriendo de allí y hacer como si todo esto no hubiera pasado ;no podía dejar a Colton solo, no me lo perdonaría.
Me armé de valor y aceleré el paso, cuando le adelanté él se sorprendió y decidió seguir mi paso sin preguntar nada.
La puerta estaba entornada y se podía observar algunas fotos colocadas por la pared.
-¿Estás lista?-Preguntó mientras me miraba.
Asentí decidida y empujé la puerta suavemente.
Esta dio un golpe en la pared que me hizo sobresaltar y agarrar la mano de Colton.
Cuando enfoqué la mirada, me llevé la mano a la boca, sorprendida por lo que se encontraba dentro.
Una foto grande de una mujer con el pelo negro rodeada por velas que lentamente se iban consumiendo.
-¿Qué es todo esto?-Pregunté sabiendo que no hallaría respuesta.
-No lo sé, pero sea lo que sea me da escalofríos.
Todas las paredes contenían diversas fotos de esa mujer, las examinamos una a una con detalle.
-Saca la cámara de mi mochila, fotografiaremos esto.-Ordenó Colton.
El flash iluminaba toda la habitación cada vez que hacia una foto.
-Se las voy a enviar a Anna para que encuentre algo sobre ella.-Dije tomando mi móvil.
-Buena idea.-Miró la habitación.-Algo me dice que esta señora tiene que ver con el asesino.
-El sujeto debe tener cierta admiración u obsesión por esta chica.
-Quizás sea su pareja o algún familiar.¿Te acuerdas de el diario ese?-Asentí con la cabeza.-Escribió que la enfermera esa lo pagaría caro por matar a su madre.¿Y si esta es su madre?
-Si la foto es antigua podría ser, como bien tú dices, su madre.
-Esta tarde sabremos quien es realmente esa mujer.-Me miró con una sonrisa burlona.-Venga vayámonos ya, sé que lo estas deseando.
Le abracé con fuerza durante unos pequeños segundos que se me hicieron eternos, y luego nos dirigimos lo mas rápido posible al coche.
Cuando me encontré fuera del hospital, solté un suspiro y alegremente observé su interior por una última vez.
-¿Quieres volver a entrar?-Dijo con tono burlón.
-¿Quieres que te pegué?-Sonreí molesta.
-Tranquila cosita.
Arqueé una ceja, confusa por lo que me acababa de llamar.
-¿Cosita?
-Si.-Afirmó.-Una linda y pequeña cosita.
Desconcertada le dediqué un largo silencio.
Él me cogió de la mano.
-¿Te has enfadado conmigo?
-No bobo, aunque hay veces que me sacas de mis casillas. Anda, ve más deprisa que estoy deseando salir de este lugar.
Una vez en el coche, Colton no arrancaba.
-Colton¿ Te importaría arrancar?
No contestó.
-¿Estás bien?-Dije de nuevo.
Siguió sin contestarme.
Esta vez decidí mantenerme callada.
Inmediatamente Colton saltó de su asiento y se abalanzó sobre mi.
-¡¿Que haces?!-Grité sorprendida.
-Shh...-Colocó su dedo en mis pequeños labios.-Alguien podría oírnos.
Sus labios se acercaron a los míos rápidamente y para cuando me quise dar cuenta, estaba pegada contra él.
Le acaricié el pelo,deseando que este momento durará para siempre.
Pero al escuchar unos pasos le retiré de mi.
Sorprendido se volvió a sentar en su asiento y bajó la cabeza.
-¿Ya no te gusto, verdad?-Preguntó en voz baja.
-Colton, no es eso.-Le dí un beso en la mejilla.-Acabo de escuchar algo allá fuera.
Se quedó perplejo al observar el retrovisor.
Un hombre encapuchado apuntaba el coche con una pistola.
-No te muevas.-Ordenó susurrando.
-Tengo miedo.
Cogió mi mano con fuerza y esperó quieto.
-Salgan del coche.-Gritó aquel hombre.-Me da igual que seáis policías, si no salís os mataré a los dos.
Ninguno de los dos nos atrevimos a mover ni un solo músculo, nos quedamos mirando el retrovisor atentos de los movimientos que él hacia.
-¿No me han oído?-Repitió.-Bajen ahora mismo. Tengo una pistola y voy a usarla.
Abriendo la puerta me dijo en voz baja:
-Quédate ahí pase lo que pase y oigas lo que oigas.
Una lágrima recorrió mi mejilla cuando salió del coche con las manos levantadas.
El hombre se acercó al coche, y cuando estuvo a pocos pasos de Colton, le apuntó con la pistola.
-Si no quieres que él muera, sal tú también.
Algo me decía que no saliera, que me quedará allí dentro quieta.
Pero por miedo a perder a Colton abrí la puerta.
-¡Ya estoy!-Grité con el ceño fruncido.-¡Deja de apuntarle!
Coloqué mi mano derecha sobre la cintura y rocé la pistola sin saber que la llevaba ahí.
-Eres una chica dura.-Admitió con la pistola aún en la cabeza de Colton.-Acércate tú también y nadie resultará herido.
Sacó otra arma que tenía bajo la camiseta y me apuntó.
Bajé la mirada a sus piernas y rápidamente deje a la luz la pistola y le disparé en la pierna.
Ante aquella reacción él me disparó, por lo que tuve que lanzarme al suelo para que el no me diera.
-¡Genial Abby!-Corrió hacia mi.-¡Vayámonos!
Me ayudó a levantarme y corriendo nos subimos al coche.
-Has sido muy valiente.-Admitió mientras tocaba mi muslo.
-Supongo. Pero ¿Por qué no le has arrestado?-Pregunté aún con el corazón a cien.
-Aparte de porque nos iba a disparar si me acercaba a él, porque mientras tú te tirabas al suelo,otra persona se dirigía hacia aquí.
Suspiré y apoyé la cabeza en el asiento.
-¿Crees que era el sujeto?-Pregunté.
-No lo sé, pero la cámara de aquí.-Señalo el salpicadero.-Lo ha grabado todo, al llegar a la comisaría iremos a ver a Anna por si tiene algo de la mujer de las fotos y luego iremos a revisar la grabación.
Le sonríe y miré al frente.
Minutos más tarde, Colton aparcó enfrente.
-Chicos.-Gritó Anna saliendo por la puerta.-Venir a ver esto, rápido.
Nos miramos sorprendimos y la seguimos con paso rápido.
En la pantalla del ordenador estaba la mujer de las fotos.
-Bien.-Dije-¿Que se sabe de ella?
-Nada.-Esa palabra fue suficiente para que Colton empezará a alarmarse.
-¿Cómo que nada?-Anunció él.
-Míralo por tú mismo.
Nos mostró que al lado de aquella foto, solo se podía leer su nombre, nada más.
Madeline, así se llamaba.
-¿Solo esto? ¿Que conclusiones podemos sacar solo con su nombre?
-Anna, busca en los perfiles del hospital a ver si sale algo mas sobre ella.-Propuse.
-Entendido.
Mientras abría y cerraba innumerables pestañas, yo miraba con curiosidad todo lo que buscaba; deseaba con todas mis fuerzas resolver mi primer caso.
Tan solo me faltaba un año para acabar la carrera y así poder tener este trabajo fijo... me encontraba tan nerviosa.
-Ya está, lo encontré.-Dijo minutos después.
Achiné los ojos para poder verlo mejor.
-Esto es interesante...Murió envenenada cuando tenía los 55 años.
Todos leímos la información en silencio después de que Colton dijera lo que más le había llamado la atención.
-El sujeto tiene un trauma, busca venganza.-Supuse.-La enfermera envenenó a su madre ¿Podrías buscar algo sobre la enfermera?
Asintió y se puso manos a la obra.
Nosotros fuimos a revisar las cámaras del coche de policía.
-Oh Colton, esa cámara ha sacado mi peor plano-Dije con una carcajada.
-Venga ya, estas preciosa.
Me sonrojé y seguí mirando el vídeo sin perderme ningún detalle.
-Ahí, para.-Anuncié.
El hombre mostraba un mechón de su pelo negro y piel blanca.
-Podría ser el asesino.
-Si, espera mira esto-Adelantó el vídeo esperando a que la otra persona también apareciera.-Este va descubierto.
-¿Sabrías como enfocar la imagen?
-No lo sé, aunque no se pierde nada por probar.
-¿Puede ser que tenga el pelo marrón?-Respiré durante un momento.-Eso si se puede apreciar a simple vista.
Cuando pudo enfocar más la imagen se dio cuenta de su expresión.
-Mira esa cara de terror, tiene que ser el topo.
-¿Quieres decir que es la persona que tapa al sujeto?
-Así es, por su forma de vestir nos podemos dar cuenta de que él no es el que asesina.
-Pero...-Me quedé pensativa.-Perfectamente puede ser otro sujeto, da lo mismo por la ropa.
-Visto así tienes razón.-Volvió a mostrar al hombre que nos apuntó con la pistola.-Observa bien su mano izquierda.
Estaba manchada de sangre, algo de lo que no nos dimos cuenta estando allí presentes.
-En cambio el otro hombre tiene las manos totalmente limpias.-Continuó Colton.
-No valgo para esto de criminóloga, no me fijo en todos los detalles.-Dije Tristemente.
-Es tu primer caso, paciencia. Con el tiempo lo harás mejor.
-Bueno...espero que tengas razón.
Me miró durante unos segundos con esa sonrisa que yo había besado.
-Prosigamos con esto, tengo unas ganas enormes de volver a mi casa.-Se estiró con fuerza mientras bostezaba.
Seguí observando la imagen detalladamente hasta que me dí cuenta de otra pequeña cosa.
-Mira ahí , Colton.-Anuncié sonriente.-La mano que tiene la pistola ¿No es una beretta? La misma que uso el sujeto como arma homicida.
Me dio un beso en la frente.
-¡Si! Y sería mucha casualidad eso.-Volvió a mirar los dos hombres.-Creo que estos son las personas que andamos buscando.
-Espera un momento. La sangre de la mano,parece reciente.-Me separé de él de un salto.-¡Hay otra víctima!
-Llama a Michael hay que investigar el perímetro por si acaso.
Corriendo fui a buscarle mientras dejaba a Colton solo en su pequeño despacho.
-¿Por qué tanta prisa?-Dijo pensativa Janeth.
-Otro asesinato.
-¡¿Que?! ¿Cómo estas tan segura? No nos ha llegado ninguna denuncia de desaparición ni nada por el estilo.
-No hay tiempo para que te lo cuente ahora. Hay que ir, rápido.
-Está bien.-Me empujó hacia fuera.-Michael estará allí en nada, vayámonos nosotras mientras.
Cuando recorrimos la misma carretera que había recorrido con Colton, llegamos al mismo sitio.
-¿De dónde venían los asesinos?
-De allí.-Respondí señalando unos cuantos arbustos.
-Esperaremos aquí a que Michael venga.
Me crucé de brazos algo molesta tanta prisas de venir aquí y luego tener que esperarle.
-¿Crees que tardará mucho?-Levanté los ojos al cielo.
-Una media hora, le acabo de avisar ¿Por qué?
-Nada...Solo es porque quiero saber si la hipótesis de Colton y mía es real.
Una sonrisa pícara se dibujo en su rostro.
-¿Y entre él y tú, hay algo nuevo?
Avergonzada asentí, sin saber que mas añadir a esa conversación.
-Ese muchacho es todo un ligon.-Admitió ella.
-¿Que quieres decir?
-Jaja, Abby, no te preocupes. Me refiero a que antes de conocerte a ti solía tener a alguna que otra chica por ahí.
Mi corazón dio un vuelco y sentí como sin razón aparente se partía por la mitad.
Al verme de ese modo,Janeth me puso la mano en el hombro.
-No estés así,puede ser diferente contigo,ya tiene una edad.
-Pero...-Añadí insegura-¿He hecho mal en salir con él? Yo no lo sé...acabo de derrumbarme.
-¿Tienes 19 años, verdad?
-Si ¿Y que tiene que ver eso?
Se apoyó en el coche.
-Aún te quedan por conocer muchísimos chicos que se pelearán por estar contigo.
-¿Entonces insinúas que Colton solo me quiere para un rato?
-No.-Negó rápidamente.-No he dicho eso, puedes estar con él el resto de tú vida...si ambos queréis.
-Ya...-Resoplé y miré para otro lado,ignorando las palabras que ella decía.
Colton no había sido mi primer novio, había tenido alguno que otro mas. Todos ellos me hicieron creer un cuento de hadas que nunca llegó. Por eso me gustaría que con Colton fuera diferente.
Sumergida entre mis múltiples pensamientos, me senté en el suelo de arena y cerré los ojos con la esperanza de que estos se esfumaran.
-¡Colton!-Grité cuando le vi allí de pié,de espaladas.
Él no se inmutó.
-¡Colton!-Le volví a llamar.
Así a ojo...podría decirse que estaba a unos cuantos metros de él.
Me fui acercando hasta que le vi con alguien mas.
-No puede ser.-Me llevé la mano a la boca,mis lágrimas empezaron a correr por mis mejillas.
Me dolía decirlo pero Janeth tenía razón.
-¿Que haces tú aquí?-Preguntó una chica morena que le acompañaba.
Miré para ambos lados hasta que supuse que se dirigía a mi.
-Déjanos en paz ¿No ves que ya no te quiere ver mas?-Continuó.
No me moví, estaba quieta contemplando aquella dolorosa escena.
-¡Colton!
-Abby, solo te quería para un rato ¿Qué no entiendes? Solo estaba jugando contigo y con tus sentimientos.
Y de nuevo miles de lágrimas empezaron a acumularse en mis ojos.
-Abby.-Noté como alguien me tambaleaba.-Despierta ya está aquí.
Fui abriendo los ojos lentamente para poder acostumbrarme a la luz del sol que me daba de lleno en la cara.
-¡Colton!
-Te has quedado dormida.-Explicó ella.
Mis pómulos estaban húmedos, podría haber sido un sueño, pero me había afectado como un momento real.
Sin moverme visualicé el entorno que me rodeaba.
El mismo de antes solo que ahora estaba Michael y unos cuantos policías más a los que no había visto jamás.
Janeth me tendió su mano para que me levantara.
Me sacudí el polvo de los glúteos y miré desconcertada a Michael.
-Vamos a ver si es cierta vuestra hipótesis.-Dijo con esa sonrisa que le acompañaba siempre.
No estaba triste, ni mucho menos feliz; me encontraba en esos momentos neutros.
-Oye Abby.-Me susurro Janeth a mi lado.-Perdóname por haberte dicho lo de Colton, él te quiere, se le nota.
Esas palabras no me tranquilizaron en absoluto, seguía pensando en aquel estúpido sueño de media hora.
Me enfurruñe conmigo misma por haber soñado semejante mierda.
Suspiré y empezamos a andar, al parecer todos me estaban esperando a mi.
-Vamos a separarnos.-Anunció Michael mirando a todos-Cualquier cosa sospechosa debéis avisar.
Con su compañía, atravesamos los arbustos y bajamos la pequeña colina.
-Sé que no es de mi incumbencia, pero ¿Por qué Janeth te ha dicho lo de Colton?-Preguntó con curiosidad.
-Mira Michael, agradezco tu empatía...Pero ahora mismo no tengo muchas ganas de hablar.
-Bueno ,igualmente me siento obligado a decirte algo, así que si te sirve de ayuda déjame decirte que si, Janeth si dijo la verdad.
Tras las profundas palabras de Michael...suspiré y sonreí forzosamente.
Y una vez más Colton regresó a mi mente.
Recordé todos los momentos junto a él, no muchos...Pero suficientes para darme cuenta de que le quería de verdad.
Me puse colorada sin quererlo.
-Sea lo que sea en lo que estas pensando no quiero saberlo.-Dijo Michael con una sonrisa, seguida de una carcajada.
Le seguí la risa para no pensar en el puto sueño.
-Jefe, hemos encontrado algo.-Anunció una voz desde el walkie talkie que llevaba enganchado en el pantalón.
Me miró preocupado y nos dimos la vuelta.
Corrimos lo mas rápido que pudimos hasta encontrarnos con el cadáver.
De nuevo una chica rubia tendida en el suelo boca arriba.
-No puede ser...otra mas...-Se agachó a ver mejor a la mujer muerta.-Esta jugando con nosotros. Los múltiples cadáveres de mentira, el intento de asesinato hacia Abby y Colton...
-Cada vez guarda más rencor a las mujeres rubias ¿No os dais cuenta?-Los demás agentes recorrían los alrededores buscando algo que nos pueda ayudar.-Las mata de manera que sufran más cada vez.
-Sufre de psicopatía-Añadió un individuo que no conocía.
Me dí media vuelta y pude ver a un hombre de unos veinticinco años de edad, rubio y con media melena.
-Mi nombre es Spencer Anderson.-Añadio cuando bajo la mirada.-He oído hablar de ti, Abby, la criminóloga en practicas.
-Si, así es.¿Entonces sufre de...?
-De psicopatía .Es un psicópata gracias al rencor, al odio, que lleva dentro.-Hizo una pausa y se puso serio.-No parará hasta que su odio haya sido consumido dentro de él.
-¿Estás diciendo que habrá muchos más asesinatos?
-Lo más posible.
Volví a poner los ojos en la víctima.
Yacía con los ojos cerrados y la boca entreabierta.
Y tenía ese símbolo que todas las demás también llevaban dibujado.
En su bolsillo derecho sobresalía una pequeña cartera marrón.
Me puse los guantes y lo cogí con cuidado.
-¡Genial!-Exclamé.-Aquí esta su documentación.
-Su nombre es Jeniffer Moore, y si...También tiene sobre los cincuenta y cuarenta y cinco años.-Spenser me lo quitó de las manos y yo le dediqué una mueca de desagrado por mi parte.-Para ser concretos 46 años recién cumplidos pues aquí dice que su cumpleaños solo fue hace dos días, y vive a unos diez kilómetros de aquí.
-Janeth, vuelve a la comisaría y enséñale eso a Anna-Ordenó Michael.
Sin decir ni una palabra cogió la documentación de la mujer y se marchó con paso rápido.
-Espera no nos hemos dado cuenta de que...-Cuando iba a continuar Spenser me interrumpió, me crucé de brazos molesta.
-No la iban a dejar aquí, a simple vista; al parecer estaban a punto de enterrarla cuando vieron a la agente Abby y al agente Colton aproximarse.
Definitivamente me empezó a molestar sus muestras de querer ser el que lo sabe todo.
Michael al verme, supuso en que estaba pensando y articuló unas palabras que no pude entender, hasta la tercera vez que las repitió, decía:
-Es un poco orgulloso, pero es buen chaval.
-Gracias por tu aportación, Spenser.-Añadí con un tono molesto.-Pero yo ya me había fijado.
-Oh.-Respondió sorprendido.-Lo siento...solo quería aportar algo.
Su forma de querer hacerse el inocente, me irritaba aún mas de lo que estaba.
No le articulé ninguna palabra más hasta que me dí cuenta de otro pequeño detalle.
Pero está vez esperé para ver si él lo decía.
Al ver que solo miraba el cadáver con un cierto gesto de asco, pregunté:
-¿Fue traída hasta aquí o ya la encontraron en este mismo lugar?
-Es muy fácil adivinar ese pequeño detalle.-Esta vez fui yo la que interrumpí y él puso el mismo gesto que yo anteriormente.
-Déjame responderme yo sola...Contando las marcas rojas de las muñecas y las de las comisuras del los labios...podríamos adivinar que fue atada y traída aquí a la fuerza. Pero también, otro detalle de los que otros no se percatan.-Miré a Spenser con aire de superioridad.-La arena, tiene la forma de haber arrastrado algo, en este caso a Jeniffer.
Michael se empezó a reírse silenciosamente al estar observando el espectáculo que había entre Spenser y yo.
-Todo el mundo, incluso un niño pequeño, se habría dado cuenta.-Concluyó Spenser antes de apartar su mirada hacia otro lado.
-¿Así, y por qué no lo has dicho tú, listo?
-Porque me daba pena que tú te sintieras inferior a los verdaderos agentes del FBI.
Ese comentario me hizo daño, pero sonreí, aunque en el fondo sabía que tenía unas ganas enormes de echarme a llorar.
Todo se mantuvo en silencio...Un silencio un tanto incómodo.
-Parece que aquí no tengo nada mas que hacer.-Interrumpí el silencio-Michael...Déjame las llaves del coche...si no te importa.
Me levanté y fui hacia él, ignorando la sonrisa malévola dibujada en el rostro de Spenser.
-Si, aquí las tienes. Te cuidado estas carreteras están en mal estado.-Contestó Michael dándome las llaves.
-Gracias, lo tendré.
Cuando dí los primeros pasos hasta el coche escuché como susurraban algunas cosas.
-¿De que vas, Spenser?-Sentí su mirada clavándose en mi espalda.-Entiendo que sea su primer caso, pero deberías tener un poco mas de tacto para decirle las cosas, ella a perdido a su madre por culpa de este sujeto. Y lo esta haciendo lo mejor que puede.
-No lo sabía, pero da lo mismo, no tiene porque hacernos saber que lo sabe todo.
Aceleré el paso, no quería escuchar ni una palabra proveniente de Spenser; sin casi conocerle ya me estaba empezando a caer mal.
Cuando estuve mas cerca del vehículo, vi de nuevo el hospital.
Este se alzaba de manera amenazadora,atemorizando a los visitantes que se atrevían a poner un pié en él.
No sé porque lo hice, pero me vi intrigada a volver a entrar.
Algo de allí dentro me había llamado la atención y mi cuerpo reaccionaba de esa manera tan extraña.
Volví a ver el letrero de urgencias y un escalofrío me recorrió toda la espina dorsal.
¿Qué por qué volví a entrar si me daba miedo? Pues ni yo misma sé la respuesta.
Recorrí de nuevos los pasillos oscuros y sigilosos, con la única compañía de unos cuantos insectos que solo daban vueltas sobre mi cabeza causando un zumbido molesto.
Minutos después, llegué a esa sala en la que encontrámos la respuesta a algunas de nuestras preguntas.
Con los pelos de punta y la carne de gallina,me senté en el suelo.
Pero de pronto sentí una punzada en el corazón, algo que me entristecía al ver a aquella foto de Madeline ,con esa sonrisa triste.
El ruido de mi teléfono me sobresalto, era Michael.
No se lo cogí, no tenía ganas de hablar con nadie.
Estaba demasiado tranquila ahí sentada enfrente del pequeño altar.
La imagen de mi madre pasó por mi mente, esas últimas vacaciones que pasé junto a ella, pero no me entristecí, pues sabía que ella estando donde estuviera cuidaría de mi
-¿Qué haces aquí solita? Recuerdo haber escuchado que te daba miedo.-La voz de Jeff resonó por toda mi cabeza.
-Déjame sola.
No me dí la vuelta, pero le escuché acercarse a mi.
-Spenser.-Dijo.
-¿Lo conoces?-Sorprendida me volví para mirarle.
-Me parece haber oído que te dejara sola.
Alcé los ojos al cielo,resignada.
-Genial Jeff, pues vete.
-En el fondo estas deseando que me quede contigo.
-Haz lo que quieras-Rodeé mis rodillas.
-Orgulloso,celoso...
Se sentó a mi lado, con la capucha puesta.
-¿De que conoces a Spenser?-Pregunté seria.
-Conozco muchas cosas, de Andrew, Colton y de esa amiga tuya ¿Keira, no?
Noté como la sangre se congelaba en mis venas.
-¿Eres el asesino?
-¿Tú crees eso?
No sabía que responder y él continuó.
-Si lo fuera ya te habría matado pues sabes demasiadas cosas.
-¿Cómo sé que dices la verdad?
-¿Por qué tantas preguntas? Esto parece un puñetero interrogatorio-Soltó una carcajada.
-Perdóname, esto no lo llevo muy bien.
-No te preocupes, te dejo que me preguntes lo que quieras.
Le sonreí y bajé mirada.
-Vale, responde esto.¿Por qué me dices eso de Spenser?
-Spenser es el hermano de Andrew.
Al escuchar aquella afirmación me sorprendí demasiado.
-No hagas caso a lo que Michael te ha dicho.-Prosiguió después de mirarme a los ojos.-Spenser no es un buen chico, y lo averiguaras tarde o temprano.
-Me dí cuenta después de lo que me dijo, me molestó mucho y por eso me has encontrado aquí sola.-Anuncié.
-Colton estará preocupado ¿Por qué no vuelves a casa?-Propuso con una simpática sonrisa, nada que ver con su famosa sonrisa fría.
-No...Aún me apetece quedarme un poco mas aquí...
-Pronto se hará de noche.-Empezó a simular que era un animal salvaje y yo me empecé a reír fuertemente,tanto que resonó por todo el hospital.
-Venga Jeff.-Continué riéndome.-Deja de hacer el gilipollas.
-Necesitas reírte.
-Y lo hago, pero ahora no es momento...Aún no he terminado con todo lo que quería saber.
Asintió y se colocó de manera que estuvo cómodo, sabía que mis preguntas iban a durar más de un rato.
-Lo primero...¿Por qué no me muestras quién eres? Con el pelo que llevas en la cara y la capucha se me hace difícil.
Miró para otro lado agarrándose la capucha para que yo no le pudiera ver.
Suspiré y le observé con tristeza.
-Jeff...por favor.
-Pero prométeme que no contarás nada.-Su voz volvió a ser fría y distante.
-Lo prometo.
Lentamente se quitó la capucha y pude ver con claridad su rostro.
El pelo negro le tapaba la toda la frente y cuando quise ver sus tristes ojos.
Me llevé la mano a la boca.
-Por Dios...¡Jeff! ¿Quién te ha hecho eso?-Tenía una gran moratón alrededor del ojo.
-Fue él...
-¿Él?
No digo nada más, solo se froto la mejilla dejando a la luz una cicatriz en el lado izquierdo, desde la comisura hasta el pómulo.
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Editado: 06.05.2023