Las Chicas Perfectas

ONCE

Nick se juntó con sus intimos amigos, Satino y Shaco, a quienes les pidió ayuda para ir tras el doctor que le hizo la cesaria a Sara y mató a uno de sus bebes.

Sentía cómo el odio iba apoderándose de su ser a gran velocidad y no podía contenerse. Estaban en el lugar donde acostumbraban a reunirse seguído. El rubio se sentía fatal, pero allí en el lugar donde había crecido junto a sus amigos leales la calma lo invadió.

Les contó todo lo sucedido y ambos accedieron a ayudarlo. Así fueron a la dirección que Nick tenía. Planearon todo con detalle. Así llegaron a la lujosa mansión del asesino del doctor.

Gay y sus dos hermanos llegaron al lugar indicado para reunirse con ellos. Así entraron al lugar como los expertos que eran los seis.

Buscaron a los criados y les pidieron que se marcharan de ese lugar. Encerraron al mayordomo, quien era leal a su patrón.

Mientras Nick le hacía frente al doctor asesino, sus amigos lo preparaban todo. El asesino estaba atado a la cama.

- ¿Sabe quién soy? - dijo Nick - ¿Me recuerda....doctor?
- Tú....maldito....¿qué demonios haces en mí casa? ¡Desátame!

- ¡Mataste a mi hijita! ¡Una bebe inocente! 
- Fue una orden y lo volvería a hacer con gusto maldito infeliz. Tu chica abrió la boca, mala elección.

Nick lo embebió en gasolina logrando desesperarlo a más no poder. Cuando vio a Nick prender el encendedor, el doctor empezó a aullar de la desesperación.

- Soy un padre, no soporto este dolor que siento. Viviré con ésto siempre, pero tu morirás como el asesino que eres.

-¡No! ¡Espera! ¡No! ¡No maté a tu hija! ¡Tu beba está viva! ¡Ese beba vive!

Nick lo miró asombrado ya que nunca imaginó oír aquella confesión.

-¿Qué?
- Tu hija vive, desatame y te diré dónde está.
- Mientes, no te creo.

Al ver que Nick se disponía a quemarlo vivo nomás, se enloqueció y dijo:

- ¡Es cierto! ¡La tiene el joven que trabajó como criado en tu casa! ¡El que golpeaba a tu chica todo el tiempo!

-¿Por qué?
- La agencia así lo dispuso para vengarse de ese chica imperfecta. Le entregaron la beba para que sea simetida y esclavizada por el peor de los miembros de la agencia. ¡Es la verdad!

-¡¿Dónde la tienen maldita sea?! ¡Dónde!
- Desatame antes
- No, te mataré entonces.

El doctor le dio la dirección del lugar donde estaba secuestrada su beba, pero Nick no tuvo piedad. Prendió fuego al doctor y sus amigos a toda la mansión.

Los seis se fueron borrando así todo rastro y evidencia de que estuvieron allí. Se dirigieron a la casa del malnacido del criado.

Al entrar escucharon a la beba llorar intensamente. Nick se desesperó y corrió al sitio donde vio a su beba cerca del fuego, mientras el criado bebía cerveza riendo como loco.

- Maldita anormal, te quemarás lentamente pero no morirás. ¡Repugnante criatura!

La bebe estaba desnuda sobre un moises que se encontraba en el centro de una pequeña hoguera.

Nick corrió con desesperación y salvó a su hijita, mientras sus amigos sujetaban al asesino demente.

La bebe fue calmandose al instante ya que podía sentir el calor de su padre. La envolvió con su campera.

- Amarrenlo que quemen todo, con él incluído - ordenó Nick 
- ¿Qué demonios haces aquí?

- Vine a salvar a mi niña y a exterminarte maldita basura.
-¿Crees que se saldrán con la suya? La agencia te despedazará.
- Puede ser, pero los llevaré conmigo al mismisimo infierno.

Nick y sus amigos salieron de la casa que estaba envuelta en llamas. En la oscuridad de la noche aún se sentían los ecos de los alaridos intensos del criado quien agonizaba en las llamas.

Nick abrazaba a su beba mientras sonreía de intenso placer. Inmediatamente desaparecieron en la oscuridad de la fría noche. Cada quien se fue por su lado como siempre solían hacer cuando acababan con un trabajo así.

Nick llegó a casa donde se reunió con su papá mostrándole a su otro bebe que acababa de salvar.

El señor Archer la sujetó en sus brazos sin poder creerlo. Luego se la devolvió para hacer unas llamadas.

Tenía que asegurarse de que la agencia no volvería a arrebatarle a sus nietos. Y para ello sabía a quien llamar.

En tanto Nick llevó a su beba a la habitación donde se encontraba su mellicito dormido.

Luego llamó al doctor de la familia, ya que necesitaba saber si su niñita estaba sana o no. En tanto su padre se ocupaba de lo legal.

Sara, mi amor, mañana mismo sabrás que nuestra niñita está viva.

Su celular sonó, era su amigo Adam quien cuidaba a Sara en el psiquiatrico. Era la llamada cotidiana para decirle que Sara estaba mejor que ayer.

- El doctor le dará el alta en un par de días Nick.
- Gracias Adam, es una magnifica noticia.
- ¿Le propondrás matrimonio entonces?
- Si, así es amigo.

Al colgar se sentía renovado, al parecer todo empezaba a encaminarce. Pero la agencia seguía siendo una gran amenaza.




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