Las Chicas Perfectas

DIESCISEIS

Nada podía hacer Nick para que su amada esposa regrese a la realidad junto a él. Incluso Irina, la psiquiatra, tenía problemas para recuperarla.

Sara se negaba a volver, ya que no soportaba saber y ser consciente en lo que se había transformado. Se desesperaba de solo sentir que la cordura iba haciendo presa de su persona.

Todo, absolutamente todo había perdido, solo le quedaban los recuerdos de esos escasos momentos en los cuales fue feliz, junto a su amado dorado y sus hermosos bebes.

Pero cada vez que la cordura amenazaba con dominarla, solo pensaba en suicidarse una y otra vez. Por tal razón debían atarla a la cama para protegerla de sí misma.

Sara forcejeaba continuamente mientras lloraba y gritaba suplicandoles que la dejen morir en paz.

No reconocía a Nick por más que la obligasen a mirarlo. Cuando veía las jeringas se desesperaba, al igual que le sucedía cuando la tocaban.

Esa tarde la cedaron pero no para dormirla, sino más bien para quitarle las fuerzas físicas. La muchacha respiraba entrecortado, sin dejar de moverse intentando soltarse de las ligaduras que la amarraban de pies y manos a la cama.

Nick no se alejaba de su lado un segundo, pero Sara se desesperaba al verlo, volviéndose violenta y feroz que de no estar atada le saltaría encima arañandolo.

-¡Maldito! ¡Aléjate de mí! ¡No quiero verte maldita sea! 
- Sara ¿sabes quién soy?
- ¡Alejate de mí! ¡Por dios vete! 
-Sara yo...
- ¡Vete!

Nick acarició su negra cabellera, pero solo consiguió que Sara se desespere más aún moviendo su cabeza con desesperación en un inútil intento por alejarse de su roce.

-¡No! ¡Sueltame por dios! ¡No me toques! ¡No!

Nick no soportó más y la sujetó con fuerza impidiéndole que mueva su cabeza para mirarla a esos hermosos ojos violetas directamente. Sara movía sus piernas y sus brazos respirando entrecortado.

- Sara soy Nick, tu esposo. Te he estado buscando durante todos estos años mi amor.

- No....mentira....no....
- Te amo Sara
- No....no es así....

- Sara por dios, regresa a mí. Yo....te extraño mucho mi amor.

-¡Mentiroso! ¡Vete de mi vista! - la jóven empezaba a llorar de nuevo, mirando hacia otro lado en un desesperado intento por huir de él.

- Sara ¿qué te hicieron? - Ante esa pregunta, la aludida lo miró con furia - Mi amor ¿qué pasó?

-Maldito, tú lo sabes. Tú me entregaste, tú hiciste que me violen y me prostituyan....tú....¡Me esclavizaste para luego venderme!

Nick no daba crédito a lo que oía ¿cómo era posible que Sara crea tal cosa? ¿Qué le hicieron?

Volvió a sujetar su rostro para forzarla a mirarlo, pese a la intensa desesperación que ella sentía.

- Sara soy yo....Nick Archer y jamás te haría daño. Lo sabes.

-No...sueltame por dios....no...alejate de mí...vete y dejame morir.

- Jamás ¿oíste? Jamás te dejaré ni permitiré que mueras. Te salvaré mi amor. Solo confía en mí.

- Mentira....no es así...tú...tú me dejaste...
- No mi amor, eso nunca sucedió.

Sara movía las piernas restregandolas como si estuviese a punto de oirnarse encima. Miraba a Nick desesperada, ya no tenía fuerzas ni para rugir.

El rubio no dejaba de acariciar sus cabellos oscuros. 
- Tranquila mi amor, solo calmate - le susurraba Nick - Por favor te lo pido - ambos se quedaron mirando a los ojos y por unos momentos la cordura se adueñó por completo de Sara.

- Ayúdame Nick....por favor....
- ¿Sara? ¿Sabes quién soy?

La aludida asintió con la cabeza sin dejar de llorar.

- Ayúdame, no te vayas....no....
-Mi amor
- Sabía que me encontrarías...pero ellos....ellos me...me...

Sara volvía a sumergirse en la locura amnésica encerrándose en su propio ser, volviendo a desvariar rechazando a quien tanto amaba.

Sin embargo Irina le dijo a Nick que había dado un gran paso, debido a que tuvo ese momento de cordura luego de tantos días de intensa locura.

Sara seguía restregando sus piernas en un desesperado intento por aguantar las intensas ganas de orinar que la invadían, al tiempo que seguía forcejeando para soltarse.

Volvía a ser la sumisa esclava sexual, que solo obedecía órdenes de sus amos sin libertad para ir al baño siquiera. Respiraba entrecortado.

Seguía llorando debido a la desesperación que sentía hasta ser sedada del todo y caer en la inconsciencia.

Nick le bajó los pantalones, y colocó el orinal en posición para ser llenado con la orina de Sara. Solo así ella satisfaxía su necesidad fisiológica, debido a la intensa programación mental a la que fue sometida.

Al estar sumergida en la locura, Sara no reconocía a ningún amo para obtener permiso de orinar siquiera.

Cuando el rubio regresó a ella, la higienizó en sus partes privadas para luego vestirla de nuevo.

Al acabar masajeó su vejiga y su vagina, sabiendo que estaba dolorida en esas zonas de su cuerpo.

Nick lloraba de la impotencia que sentía, al ver el grado de humillación y denigración al que su amada Sara había sido denigrada.

- Te ayudaré mi amor, solo sigue confiando en mí. Liberaré tu mente, ya lo verás. Y volverás a casa junto conmigo y nuestros hijitos.

Sara apretó la mano de Nick en esos momentos llorando, sin despertar.

- Te amo Sara. Te salvaré, ya lo verás.
- Ayúdame Nick...no soporto más...

El rubio le beso la frente para luego sentarse a su lado sin soltarle la mano.

 




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