Las Chicas Perfectas

VEINTE

Nick calmó a Sara con su intenso amor devolviendole la paz, le secó las lágrimas y la besó con mucha ternura, asegurándole que dejaría de perseguir a la agencia de las chicas perfectas.

Él había estudiado abogacía solo para proteger a su familia, a quien tanto amaba.

Pero ahora Sara no quería hablar, no quería saber nada con acusarlos a todos esos monstruos.

Y él jamás haría algo en contra de su amada, jamás. Por tal razón dejó de correr tras esa agencia, y guardó todas las pruebas que había acumulado contra ellos en su caja fuerte.

Sin embargo seguía en contacto con su amigo y colega Dylan quien proseguía indagando junto a Gay y Shaco, pero de forma moderada sin levantar sospechas.

Nivk se hubo apartado, ya que él y su esposa estaban en la mira de la agencia. Pero jamás bajaría la guardia tratándose de su familia.

Sara empezaba a relajarse al comprobar que Nick había dejado atrás su obseción por esa agencia infernal. El cambio en la muchacha fue notorio.

Dejó de llorar, de ser dura y fría. Dejó de temblar y de padecer pesadillas continuas. Volvía a disfrutar haciendo el amor con su amado dorado.

Disfrutaba de sus mellizos y del bebe que iba creciendo en su interior. Adoraba pasar los momentos junto a Nick en la habitación desnudos los dos junto a la chimenea, mientras nevaba o llovía fuera.

Volvía a disfrutar saliendo en familia sin estar nerviosa ni mirando hacia todas direcciones en busca de amenazas.

Se empezaba a sentir amada y muy feliz otra vez. Adoraba a su familia, y en especial a Nick.

Esa noche los dos habían llegado de visitar a sus amigos, la familia de Gay y ahora, mientras los mellizos dormían, ellos estaban desnudos en la tina amándose mientras reían felices.

Se abrazaban besándose con intensa pasión, el rubio acariciaba la espalda de su amada esposa y sus deseables nalgas sin dejar de besarla.

Sara introducía sus dedos en los rubios cabellos de Nick sin dejar de besarlo con hambrienta deseo.

Pasaron más de dos horas allí, cuando las llemas de sus dedos se arrugaron recién salieron. Tras secarse se acercaron a la chimenea para seguir amándose.

Nick sentía fascinación colocando sus manos sobre el vientre de Sara, deseaba con desesperación que en ésta ocación el bebe sea igualito a su amada y bella esposa.

El rubio besaba el vientre de su encantadora y sensual Sara, logrando provocarle cosquillas y arrancándole alegres risas cuyos ecos retumbaban por toda la habitación.

-Te amo Sara, adoro tus carcajadas, amo verte feliz por dios me enloqueces mi amor.

Sara rodeó las caderas del rubio con sus piernas, así Nick fue embistiéndola disfrutando de sus gemidos. Momentos después, agotados, se durmieron abrazados en la cama.

Nick sujetaba a Sara entre sus brazos, mientras dormía impregnado con su aroma. En dormida Sara murmuraba:

- Te amo Nick...te amo tanto que....te necesito en mi vida...mi dorado amor....

- También te amo, descansa Sara. Yo siempre estaré a tu lado.

Sin soltarse ninguno de los dos, se durmieron finalmente.

 

 




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