Las Chicas Perfectas

VEINTISIETE

Nick y sus amigos abogados fueron probando la corrupción de varios miembros de una parte de la organización. Los juicios que hicieron en los siguientes meses resultaron exitosos, pero los culpables eran los que pertenecían a los escalones más bajo de la pirámide.

No se acercaban a los líderes, y Sara tampoco podía acercarse debido a la impenetrable fortaleza que los rodeaban a todos y cada uno de ellos.

Pero les estaban causando gran molestia a la organización, debido al continuo asecho que los abogados les hacían. Por tal razón, empezaron a usar las leyes para favorecerse de ellas una vez más.

Así se ocuparon de uno de los amigos abogados de Nick, anulándole la licencia de abogado para siempre tras acusarlo de violar las leyes al investigar a su gente.

De esa forma tras un tecnicismo de la ley, un excelente e incorruptible abogado quedó sin trabajo y su esposa sin posibilidad de tener un buen trabajo como empresaria que era.

Nick no se quedaría cruzado de brazos. Los contrató en la empresa que tenía por haberla heredado de su familia.

Los nombró presidente y vicepresidente de la empresa. Así los ayudaba ya que eran buenos amigos suyos.

Solo quedaban Gay y él, Nick, para seguir trabajando solo que en éste ocasión tendrían más precausión. Sin embargo Nick estudió leyes solo para hacer caer a esa nefasta organización y eso haría.

Esa tarde Nick y Sara se encontraban en el despacho del rubio de la mansión, Sara  ya tenía siete meses de embarazo y su panza se le notaba un poco más.

Ésto la imposibilitaba para hacer su trabajo nocturno de asesina de las sombras, para eliminar a los demás miembros de esa maldita organización. Ésto la desesperaba a más no poder, porque se sentía inutilizada.

Nick la abrazaba acariciandole el vientre sintiendo al bebe moverse. Era feliz en verdad. Sara cerraba los ojos con pesar, no podía soportar la sola idea de sentirse tan inútil. Su dolor lo sentía su bebe.

- Está llorando - dijo Sara - Se siente mal porque yo me siento así también - la pelinegra empezó a llorar nuevamente.

Nick la abrazaba con ternura, mientras besaba su negra cabellera. Intentaba calmarla.

- Mi amor deja de llorar, piensa en el bebe. No puede sufrir así ni mucho menos tú.

Nick acariciaba su vientre sintiendo al bebé acurrucado en su tacto. Empezó a hablarle con intenso amor. Sara dejó de llorar y empezó a relajarse.

- No solo dejó de llorar sino que ahora empezó a reír. Haces milagros en nosotros dos - decía Sara apoyándose en su amado dorado - Pero sigo sintiéndome tan inútil ¿cómo es posible que no pueda defenderlos?

- Estás embarazada amor mío, es lo mejor que puede suceder. Y como tal llevas una vida dentro tuyo. No eres inútil, nunca lo fuiste ni lo serás así que deja de sentirte así. Los gemelos y yo estamos orgullosos de tí.

En esos momentos, Anthony y Ana entraban corriendo alegrando a sus padres. Ambos dieron un beso a la panza de Sara a la vez, saludando así a su hermanito. Los cuatro pasaron la tarde juntos logrando levantarle el ánimo a Sara.

Karin le aseguraba a Sara que nada tenía que temer, ya que estaban todos protegidos. La peliazúl, como doctora que era,  revisaba a Sara  continuamente asegurándose que la joven madre y el bebe se encuentren sanos.

Los meses pasaron volando para los Archer hasta el nacimiento del bebe. Era un varón igualito a Sara físicamente.

Estaba internada en la clínica más prestigiosa de la ciudad. La cesaria salió bien gracias a Karin, quien la hubo atendido. Ya que la organización había planedo dejarla estéril como venganza, pero no lo lograron.

Durante su estadía en la clínica, Karin y Lucy la atendían asegurándose que nada malo les pase ni a Sara ni al bebé. Así descubrieron tres infiltrados de la organización. Un doctor y dos enfermeros.

Se lo hicieron saber a Nivk, quien envió a Javier a ocuparse de ellos, mientras Karin y Lucy buscaban evidencias contra ellos.

Así los arrestron y acusaron de intento de homicidio. Nick mismo se ocupó de acusar a esos tres como abogado que era. Pero no pudo probar que la organización estaba detrás de todo.

Sara ignoraba todo debido a su estado, tenía que hacer reposo y alejarse del estrés.

Pero Nick habló con el dueño de la clínica, lo acusaría de intento de homicidio por sus empleados. Por supuesto que llegaron a un acuerdo legal.

Cuando Sara estuvo bien recién le dieron el alta. Ella junto a Karin y Lucy con Nick y el bebe salieron de la clinica. Recién Sara supo del peligro al que estuvo espuesta.

- Como verás Sara, eres mi esposa y siempre te protegeré. Así como tu nos proteges a los niños y a mí.

- Gracias mi amor - la pelinegra llevaba al bebé en sus brazos quien dormía tranquilamente.

Al llegar a casa, los gemelos los recibieron felices. Miraban al bebe fascinados. Todos estaban en casa otra vez siendo la feliz y hermosa familia de siempre. Llevaron al bebe a su cuarto donde lo colocaron en su cuna.

- Bienvenido a casa mi amorcito - dijo Nick besándolo en la frente con amor intenso. Luego abrazó a Sara y la besó en la mejilla con amor también - Lo mismo va para tí mi gran amor, bienvenida a casa - acariciaba a esa belleza oscura con pasión.

Sara sonreía feliz junto con los gemelos, quienes jugaban a su alrededor festejando la llegada de sus padres y hermanito a casa.

-¿Cómo se llamará nuestro hermanito? - preguntaron a coro los gemelos.

- Ismael - contestó Sara sin dudarlo - Como mi hermano mayor - prosiguió mirando a Nick.

- Hermoso nombre mi amor. 
- ¡Si! ¡Hermoso nombre! - dijeron a coro los gemelos riendo felices.

 




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