Las Chicas Perfectas

TREINTA

Nick junto a Gay pudieron usar las leyes para hacer caer a dos de los tres líderes de la agencia Las Chicas Perfectas y sus secuases liberando a muchas chicas que permanecían cautivas.

Los que pertenecían a los escalones bajos recibieron la inyección letal, pero los tres líderes solo fueron condenados a veinte años de prisión con esperanzas de poder salir antes por buena conducta.

Pero aún quedaba uno y sus secuases el auténtico líder, la cabeza de dicha organización quien la hubo fundado. Aquel seguía permaneciendo en las sombras totalmente desconocido para todos, incluso para Sara.

Pero los tres líderes que estaban ahora en prisión jamás dijeron ni dirían nada de nada, sobre la identidad de ese nefasto líder.

Nick y Gay lo intentaron todo pero nada lograron obtener, ni siquiera proponiendoles un buen trato.

- Te estoy dando una oportunidad - decía Nick a uno de los líderes en la cárcel de máxima seguridad donde estaba confinado

-No la quiero - contestó burlistamente el líder de tan nefasta organización - Guardatela maldito abogado - el preso reía burlistamente - Y disfruta de tu linda familia mientras puedas, ya que la perderás en cualquier momento.

Las carcajadas del preso retumbaron en la habitación crispando los nervios de Nick.

- No será culpa nuestra que tu hermosa y apetitosa esposa quiera seguir prostituyéndose y enseñándole el oficio a tu encantadora hija.

Las carcajadas burlistas terminaron de enfurecer a Nick, quien le dió un fuerte golpe en plena cara al preso haciéndolo escupir sangre.

- ¡Maldita basura no puedes hacer eso! ¡Haré una demanda!
- Soy un aristócrata, nada podrán hacerme.

Luego se retiró. Efectivamente el preso comprobó que nada podría hacer contra el abogado Nick Archer, debido a su pertenencia a la clase privilegiada e intocable.

Sin embargo sabía que su compañero y su jefe se ocuparían de él, sin que las leyes puedan evitarlo. Aquello lo hizo sonreír de placer.

Pero Nick se limitó a proteger más su mansión y a su familia, no dejaría que toquen a Sara nunca más, ni a sus hijitos. Gay tampoco logró nada con los otros dos presos quienes se negaron a hablar limitándose a burlarse de él y de las leyes.

En definitiva ninguno dijo nada, y aquella información siguió siendo un misterio para ellos. Pero habían avanzado bastante en la destrucción de esa maldita organización que secuestraba chicas para esclavizarlas.

Las chicas que fueron liberadas tuvieron que ser llevadas a centros de rehabilitación, donde les daban asistencia psicológica mientras curaban sus heridas físicas y emocionales en lo posible.

Pero las jovencitas que fueron vendidas y ahora pertenecían a algún aristócrata se negaban a hablar sobre lo que padecieron estando bajo el control de esa nefasta organización. No importaba cuántas promesas de protección les hicieran.

Sin embargo la ley estuvo a favor de Nick y de Gay, quienes consiguieron desbartar gran parte de ese poder enemigo.

Sara estaba en verdad feliz debido a que su amado dorado le había demostrado lo poderoso que era, y lo útil de las leyes cuando se sabían usar a su favor.

Esa noche ambos festejaron en grande junto a sus tres hijitos sintiéndose aliviados, en especial Sara quien respiraba con libertad por primera vez en años.

Por supuesto que Nick se encargó de ocultarle a su amado, lo sucedido durante la entrevista a uno de los líderes de la organización en la prisión. No iba a preocuparla, demasiado padeció por culpa de esas bestias.

Pero lejos de ellos, el últilo lider que estaba libre hablaba con el dueño de la idea de esa organización sobre lo sucedido.

- El ochenta por ciento de la organización fue desintegrada por culpa de los Archer. Nick metió sus narices por culpa de la maldita de su esposa, esa tal Sara - el lider se removía en su asiento nervioso - No me gusta nada ésto, si sigue así el próximo seré yo.

-Tranquilo, no será así. Me ocuparé de ese dorado abogado pero a su debido tiempo.

-¿A qué te refieres?
- Los dejaremos creer que nos vencieron. Dales la libertad que tanto anhelan tener.

-¿Por qué? Si hacemos eso, ellos nos destruirán a los dos y con nosotros todo ésto se irá por el drenage. No estoy de acuerdo. No lo estoy.

- Harás lo que te ordeno. Te olvidarás de ellos y seguirás haciendo tu trabajo brindándoles a nuestros clientes a las mejores chicas perfectas.

-¿Y los Archer?
- Olvidate de ellos
-¿Así nada más?
- Exacto

-¿Por qué?
- Porque yo me ocuparé de ellos a partir de ahora.

El líder sonrió complacido antes de responder:
- De acuerdo. Confiaré en que sabes lo que haces, después de todo eres el único heredero de la familia que dió origen a la organización de las chicas perfectas.
—Efectivamente

Sin responder nada, el aludido se alejó del lugar haciendo resonar sus pasos en aquella oscura y solitaria habitación.

 




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