Las Chicas Perfectas

CINCUENTA Y UNO

Esa tarde llovía a cántaros y Ana se encontraba en el living junto a su padre, intentando convencerlo de permitirle a su amado esposo Kaspy vivir en la mansión con ella.

La joven rubia se encontraba en la silla de ruedas y si bien estaba impecablemente vestida, su semblante se veía triste. Ana no era feliz del todo. Además su gemelo Anthony no le dirigía la palabra directamente.

Pero Nick no estaba dispuesto a ceder, ya que sentía celos intensos debido a que Ana era su hija favorita y suficiente dolor tuvo que sufrir desde su nacimiento.

-No hija
- Padre por favor
- Eres mía, mi niña y en todo caso de Sara. Nadie más puede ponerte un dedo encima. Suficiente dolor padeciste.

- Padre ¿no lo entiendes? Kaspy es como tú, se parecen bastante ¿sabes? 
- No me importa hija

- Sabes lo que mi madre Sara sintió cuando se vió obligada a alejarse de tí ¿cierto? 
- Muy cierto, pero no es lo mismo y lo sabes hija.
- Si padre, lo es y tú también lo sabes. Por favor padre, por favor.

Ana lo sujetó de las manos mirándolo con intensa desesperación.
- Por favor padre, lo amo. En verdad lo amo.

- Ana te fuiste de casa, nos abandonaste por ese chico. Precisamente por eso Anthony está tan dolido contigo hija. Por no mencionar que, como consecuencia, tuve que alejar a Sara de mi vida. Y estaba embarazada por dios, ¿sabes cómo estuvo viviendo?

- Si padre y lo siento, en verdad lo siento mucho por mamá Sara y por tí. Pero entiendeme por dios. Amo a Kaspy, amo a mi esposo.

Ana empezó a llorar desconsoladamente, se sentía atada de pies y manos como lo estuvo estando secuestrada por Adam. Aquello la desesperaba en verdad.

- No me hagas ésto padre - decía Ana - No me aprisiones así por dios.
- Lo siento Ana pero no es no. 
- Dios...padre por favor te lo pido.

Sara estuvo escuchando aquello y recordó el intenso dolor que sentía estando prisionera de esa maldita agencia. Lo mucho que anhelaba volver a los brazos de Nick. En verdad podía entender a Ana perfectamente.

Tras abrir los ojos otra vez, entró al living para ayudar a su querida hijita dorada que padecía tanto como ella.

- Nick, deja que Kaspy venga a vivir aquí - dijo sorprendiendolos a ambos.

- Mamá Sara - Ana lloraba desconsoladamente - Ayúdame por favor te lo pido.

Sara se acercó a ella acuclillándose frente de Ana para abrazarla con dulzura.

- Perdoname mamá  - dijo la rubia sin dejar de llorar - Por favor perdoname. Nunca debí correr así mamá.

- Tranquila Ana, ya pasó hija.
- Tu bebe....volvíste a sufrir y ésta vez fue por mí culpa. Lo siento mucho mamá.

Como respuesta Sara la volvió a abrazar con dulzura consiguiendo que se calme. Nick finalmente accedió al pedido de Ana, aunque no quería volver a perderlas a ninguna de sus amadas chicas. Su esposa y su hija. La joven dorada recién se calmó.

Sara sonrió feliz, sabiendo que Ana se recuperaría más rápido estando en los brazos de su amado Kaspy.

Así Nick mandó a dos criados por su yerno, que al cabo de una hora estaba en la mansión siendo llevadas sus pertenencias a la habitación de Ana, su amada esposa.

Cuando Kaspy estaba a medio camino a la habitación de su esposa, su cuñado Anthony apareció interceptándolo.

Ambos se miraron unos instantes en silencio, que el rubio lo rompió al decirle.
- Maldito ¿qué haces aquí? 
- Vine a vivir junto a mi esposa.

- Maldito - le espetó con desprecio Anthony mirandolo con furia intensa - Todo esto es tu culpa maldita basura. Vete de mí casa, no eres bienvenido aquí.

- No lo hará hijo - la voz de Nick resonó detrás de Anthony - Kaspy vino para quedarse, después de todo es el esposo de tu hermana y eso lo convierte en parte de ésta familia.

-¿Qué estás diciendo padre? 
-Lo que oyes hijo, ahora dale lugar ya que tu hermana lo aguarda impaciente en su habitación.

Anthony miró a su padre asombrado, ya que jamás se hubiese esperado eso de él. Luego vió a Sara quien estaba de acuerdo con esa decisión y se encrispó de furia. Volvió a mirar a Kaspy rojo de ira, mientras le decía:

- ¡No me importa lo que mis padres digan! ¡Jamás te aceptaré como parte de mí familia! Tú solo quieres robarme a mi hermana gemela maldito ladrón.

-¿Qué locuras dices Anthony? - preguntó Kaspy 
- La verdad, eso digo maldito ladrón.

- No Anthony, no es verdad eso que dices sino paranoia. Yo amo a Ana.
-¡Mentira! 
- Anthony, hijo....ya dejalo - dijo Nick

Sin decir nada más Anthony se fue de la mansión, había quedado en ver a Sindy y eso haría. Estaba dirigiendose a su mansión cuando vio a su cuñado.

Nick y Sara le dieron la bienvenida a Kaspy y éste entró a la habitación de su amada Ana, quien lo aguardaba impaciente.

Al quedar solos Sara abrazó a su amado dorado con ternura.
- Gracias por entender Nick. Te amo.

- Anthony....
- Déjalo, él lo entenderá también. Después de todo es igualito a tí mi vida.

Nick abrazó a Sara y se la llevó al dormitorio donde la chimenea permanecía encendida. Fuera hacía muchísimo frío con esa lluvia intensa.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.