Las Chicas Perfectas

CINCUENTA Y CUATRO

Ismael estuvo chatendo con Adam hasta altas horas de la noche, sentía que ese desconocido era toda su familia ya que Adam lo entendía mejor que su propia familia que siempre lo ignoraba.

Al día siguiente desayuno solo en su habitación como acostumbraba hacer, debido a que todos los demás preferían quedarse en sus respectivas habitaciones hasta altas horas de la mañana.

Él acaba su desayuno y se duchaba. Cuando estaba impecable recién salía par dirigirse a la sala de estudios, mientras los criados limpiaban su habitación.

Allí pasaba el resto de la mañana junto a Karin, su niñera quien a su vez era su maestra. Le enseñaba literatura, historia, geogragía y ética.

Luego llegaba la hora del almuerzo, momento en que recién veía a sus padres y hermanos, pero normalmente lo ignoraban debido a que vivían en sus propios mundos.

Desde la llegada de Ana todo se volvió más caótico debido a que su hermana se volvió el centro de atención, pero ella tuvo que escapar con un desconocido para volver la vida familiar más caótica de lo que ya era. Durante los meses siguientes todo giró en torno a su busqueda unicamente.

Ahora que la encontraron, su padre tuvo que hechar de casa su mamá Sara, hecho que le dolió mucho a Ismael. Aunque Sara lo ignore, el niño prefería estar con su mamá y no con su padre. En eso se parecía a su hermano Anthony.

Cuando al fin volvieron todos a casa, sus padres y hermanos, Ana tenía que estar inutilizada. Ésto la volvía el mayor centro de atención aún, quedando el niño más apartado de lo que ya estaba.

En definitiva Karin y Lucy, sus maestras, eran las que más tiempo pasaban a su lado. Pero el niño sabía que lo hacían solo porque su mamá así se los había pedido, no porque sintieran algún tipo de afecto o sentimiento hacia su persona.

Cuando encontró a Adam en la red, se asustó al principio ya que sabía perfectamente quién era él, y qué les había hecho a su mamá y su hermana.

De hecho su primera reacción fue contarselo a su mamá Sara, pero Adam mostró interés por su persona. Interés que ni sus padres ni hermanos mostraban.

Una cosa llevó a la otra y cuando menos se dió cuenta, el niño le había tomado cariño a ese hombre que tanto dolor les ocasionó a su familia.

Y ahora no solo no estaba dispuesto a decirles nada a su familia, sino que lo ayudaría en todo lo que le sea posible.

El niño no era ningún tonto, era consciente de la maldad de ese hombre, pero es que fue el único que se preocupó por él. El único que le preguntaba cómo se sentía y quien lo escuchaba.  

Si por lo menos su familia le demostrase interés, lo hicieran parte de sus vidas. Pero no, ellos estaban demasiado preocupados por ellos mismos, y se limitaban a darle todo lo que el dinero podía comprar unicamente.

Pero había cosas que el niño deseaba, que no se podían comprar con dinero. Y eso ni sus padres ni sus hermanos parecían darse cuenta que necesitaba. A sus doce años vivía envuelto en lujos en la más absoluta soledad.

¿Qué te pasa Ismael?

Nada, solo pensaba en mi familia

¿Qué pasa con ellos?

Me ignoran

No te quieren ya te lo dije muchacho

Si, pero....duele igual.

Dolerá mientras sigas esperando de ellos algo que no obtendrás.

Son mis padres y mis hermanos, no puedo simplemente desprenderme emocionalmente de ellos.

Lo sé, lo entiendo. Pero es lo que deberías hacer si deseas dejar de sufrir.

¿Tú hiciste eso con tus padres?

Si, hace mucho tiempo.

¿Te costó?

Bastante muchacho, bastante. Pero ánimo, no estás solo. Yo estoy contigo.

Gracias Adam. Eres mi mejor amigo, de hecho eres mi único amigo.

De nada Ismael.

El niño se desconectó porque sentía que no debía encariñarse con alguien como Adam, pero es que su familia lo hacía tan fácil seguir a Adam y darles a ellos la espalda.

Salió de su habitación para ir en busca de su mamá Sara, pero esta se encontraba en los brazos de Nick muy cómoda. Intentó hablarle igual pero Nick lo hechó.

— Mamá Sara necesito decirte algo — insistió
— No puedo escucharte Ismael.
— Vete hijo — exclamó Nick — Sara está muy adolorida por su embarazo.

Sin más opciones se fue pero en busca de Ana. Sin embargo al querer entrar a la habitación se dió con que la puerta estaba con llave. Del otro lado podía escuchar las risas de Ana y Kaspy felices.

Frunció el ceño y siguió su camino hacia la sala de estudios sabiendo que Lucy lo esperaba para su calse de matemática. Anthony seguía en la casa de su novia Sindy. El niño sabía aquello porque los escuchó a sus padres hablar del tema.

Su amigo Adam le dijo que tenía un bebé que le molestaba y que pensaba tirarlo a la basura. Por supuesto que ese bebe no era suyo sino de alguien a quien se lo quitó.

Incluso le había dicho el lugar donde lo abandonaría cuando el niño se lo preguntó.

Pero su familia simplemente lo ignoraba, por lo que tras acabar la clase de matemática iría por el bebé él mismo. ¿Qué podía perder?

Eso mismo hizo, era el atardecer. Se había vestido de negro y se colocó una capucha. Pero al llegar al sitio indicado no encontró nada, no escuchó nada de nada. Sin embargo Adam se le acercó, vestía un elegante pantalón azúl, una camisa negra y una campera azúl y negra.

— Ismael, vaya sorpresa encontrarte por aquí.
—¿Adam? ¿Eres tú amigo? — el niño sintió miedo y retrocedió, a lo que Adam sonrió misteriosamente.

— Vaya Ismarl, no esperaba encontrarte aquí. Ahora que te conozco en persona veo que eres igualito a tu mamá Sara.

—¿D-Dónde está...el bebé?
— Ven conmigo, te llevaré junto a él — Adam extendió su mano sin dejar de sonreirle como si de un animal salvaje se tratase.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.