Las Chicas Perfectas

CINCUENTA Y SIETE

Ana no quería volver a la fisioterapia debido a lo que sucedió, no se sentía segura súbitamente. No fuera de la mansión de sus padres.

Por tal razón tuvieron que llamar al fisioterapeuta a su mansión, luego de preparar un salón con las máquinas necesarias para los ejercicios. Sin embargo tanto Nick como Sara sabían que Ana no podía permanecer encerrada por siempre en la mansión. En algún momento tendría que salir a la calle.

Por eso intensificaron sus esfuerzos para hacer caer a todos los que violaron y torturaron a Ana con la ayuda del abogado Gay. Fue una ardua labor, pero fueron teniendo éxito mejor de lo que habían esperado.

Sara debía descansar más de lo habitual debido al embarazo dolorozo que tenía, sin embargo no podía lograrlo con todo lo que su familia padecía por culpa del maldito enfermo de Adam, quien seguía libre para hacer de las suyas.

Ismael había dejado de hablar con su amigo Adam debido a que estaba en penitencia, aunque seguía sintiendose solo y raleado de su familia. Eso jamás cambiaría. Por tal razón se limitaba en jugar con videojuegos todo el tiempo, así fue conociendo chicos de su edad con quienes pasaba agradables momentos. Al menos tras la pantalla.

Ana se esforzaba en volver a caminar para sentirse libre, pero lo cierto era que le costaba bastante por su terrible estado emocional. No entendía cómo pudo vivir esos meses fuera de esa mansión sin problemas.

Pero su amado kaspy wur si lo entendía le dijo:
- Era normal que eso suceda mi amor, vivíamos en el bajo mundo. Tus violadores no son de ese mundo sino de éste.

Ana lo abrazó llorando y temblando. No soportaba recordar siquiera ese siniestro pasado que vivió. La devolvían al mundo de la desesperación y el dolor.

- En ese caso no quiero seguir aquí - expresó con temor y firmeza Ana.

- Ana, éste es tu mundo y tu hogar. Huir no es la solución. Ya lo intentaste y mira cómo acabaste amor - le decía con dulzura su amado Kaspy.

Ambos se abrazaron y besaron con pasión intensa. Ana estaba sentada en uno de los sillones de la habitación. La pasión los invadió exitandolos y embriagandolos en esos momentos a ambos esposos y amantes.

Anthony estaba junto a Sara ayudándola a hacer los ejercicios que Karin le recomendó hacer para calmar sus intensos dolores. Lo mejor para Sara era hacer los ejercicios con su amado Nick o con su querido hijo Anthony.

Pero en esos momentos Nick estaba trabajando arduamente junto a Gay para hacer encerrar a los violadores de Ana, ésto le consumía mucho tiempo y en exceso poco para pasar tiempo con su amada esposa.

Los dolores de Sara se sucedían con mayor intensidad cada vez que las preocupaciones y las angustias la invadían.

Anthony era tan suave con su mamá que Sara se sentía en el mejor de los mundos con cada sección que pasaba. Ella podía notar la gran preocupación de su hijo por su persona. Por eso le permitía asistirla en los ejercicios aunque aún no se le notaba la panza.

Ana se relajaba en los brazos de su amado y del bebé, su trauma era tan intenso como el de su mamá Sara. Pero al igual que madre, contaba con el amor de alguien que se desvivía por devolverle la calma y la alegría.

Así, mientras en un salón Sara y Anthony hacían los ejercicios para que ella no sienta tantos dolores, en otro salón Ana hacía los ejercicios de fisioterapia junto a su amado Kaspy.

Ambas chicas, madre e hija, deseaban estar bien y sentirse libres. Sabían que el camino a eso era arduo y muy dificultuoso pero no imposible de lograr. Menos aún con la ayuda de su familia.

 




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