Las Chicas Perfectas

SESENTA Y CINCO

Sindy había dejado de ver a Anthony sin darle ningún tipo de explicación. La joven fue a la fiesta de año nuevo de su familia sola, como siempre solía hacerlo.

Y como como de costumbre, estuvo apartada de todos y sin interactuar con nadie. Solo que en esta ocasión no quiso irse a casa, eligió quedarse para regresar junto a su padre a la hora que sea.

Ahora, cuatro días después, se encontraba en su mansión planificando su venganza hacia Anthony quien había matado su corazón.

Esa tarde había recibido un sobre de un destinatario misterioso. El mayordomo se lo dió, Sindy se encontraba en el salón de arte cuando recibió aquel sobre.

Al quedar sola, lo abrió y contempló las fotos de Anthony y Misa besandose en una confitería y en uno de los parques. Sindy desconocía a esa chica peliazúl de ojos dorados que abrazaba a Anthony

El rubio no parecía estar feliz, pero los celos y el odio de Sindy la enceguecían al punto de ignorar muchos detalles.

Apretó los labios con furia intensa, aquello solo intensificaba su desición de vengarse de Anthony por burlarse de su persona.

Sindy se fue a su habitación donde guardó las fotos en el cajón de su escritorio.

Su mayordomo le dijo que Anthony quería verla, pero una vez más Sindy se negó a verlo ordenandole a su mayordomo que no le permita entrar. A su vez su propio celular estaba lleno de llamadas perdidas de ese pesado infiel y de mensajes.

Desde la ventana de la sala de arte, Sindy podía ver a Anthony alejarse de su mansión. No se veía nada bien ese rubio, parecía muy triste aunque Sindy no se dejó engañar por él.

- Maldito mentiroso, nunca más confiaré en tí ni en nadie más que en mi padre.

Diciendo aquello se alejó tanto de la ventana como de la sala de arte. Su padre había emprendido un viaje de negocios de cuatro días o al menos eso creía ella. Era el tiempo suficiente para dar inicio a su venganza.

Despidió a su padre fingiendo tranquilidad, sin embargo Gay conocía a su hija como para dejarse convencer de su falsa calma.

- Que te vaya bien padre, cuidate y vuelve pronto.
- Sindy, se que las cosas entre tú y Anthony no están nada bien.
- ¿Qué te hace pensar eso padre?

- Hija por favor, te conozco muy bien. Por eso quiero que aproveches estos días que estarás sola para que pienses al respecto.

- Gracias padre, pero no hay nada que pensar - respondió Sindy con firmeza.

- Si en verdad se aman podrán salir a flote de lo que sea que les esté pasando. Después de todo de eso se trata el amor.

- Gracias por el consejo padre. Buen viaje.
- Hazme caso Sindy, eres una joven muy noble. 
- De acuerdo padre. Lo tendré presente.

Se abrazaron con fuerza. Gay se fue y Sindy quedó sola. Lista para dar inicio a su venganza. Sonrió con crueldad al tomar su celular y marcar un número.

Ana estaba en el centro, había salido a comprarle un regalo a a su amado esposo Kaspy, ya que al día siguiente era su cumpleaños, cuando se celular sonó. Era Sindy, su gran amiga.

- ¿Hola?
- Ana
-¿Sindy? ¿Qué fue de tí amiga? Anthony estuvo intentando verte sin éxito estos últimos días.

- Si, apuesto a que sí.
-¿Qué ocurre Sindy?
- Necesito verte, pero sola. Es urgente Ana.
- Claro ¿dónde estás Sindy?

Sindy le dió la dirección donde se encontrarían y le pidió estrictamente que no dijese nada a nadie, mucho menos a Anthony.

Al colgar guardó su celular y salió a la cochera, donde se subió a su auto particular y se alejó.

Ana llegó primero, era un sitio solitario ya que estaba bastante alejado de los lugares que eran frecuentados por las personas. La rubia sentía curiosidad e insertidumbre, ya que su gemelo estaba desesperado debido a la extraña ausencia de Sindy

El frío empezaba a morder con mayor intensidad aún, cuando Sinfy llegó.

- Ana - dijo tras colocarse detrás de la rubia quien se sobresaltó al escucharla de repente

-Sindy - la joven rubia la miró asombrada - ¿Qué sucede amiga?

Sin previo aviso, Sindy la atacó con su pistola eléctrica noqueandola al instante siguiente.

Al momento la subió al auto en el asiento delantero donde le colocó el cinturón. Luego se subió y se alejó del lugar.

- Lo siento Ana, pero tendrás que pagar las consecuencias por ser la gemela del maldito bastardo infiel y mentiroso de Anthony.

Ana respiraba entrecortado debido a que no había perdido la consciencia del todo, sabía lo que le estaba sucediendo solo que estaba paralizada y siendo atrapada por la oscuridad.

-No...no me...lastimes Sindy...eres...eres mi...mi amiga....

Las lágrimas humedecieron el rostro de Ana mientras perdía la consciencia, haciendo que Sindy se sienta peor que basura.

Sus lágrimas también humedecieron su rostro mientras se alejaba del lugar cada vez más, sin hacerlo de la zona aristocrática.

 




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