Las Claves Del Indio

XXXVII. EN LA PISTA DE CARAM

ELCOVE resulta difícil de aprehender. Ni es el viejito echado de su casa, que no tiene más remedio que liquidar su fabulosa colección para subsistir, ni es el juez que logra amedrentar al CORSARIO. Aunque posiblemente sea cierto que trabaje o haya trabajado en un juzgado.

Esto último nos emparenta de algún modo, porque mi tercera pareja es abogada y ya instalado en La Plata me interno en los vericuetos del derecho para subsistir, así como antes fui comerciante, siempre en paralelo al teatro, que -al menos de la manera que lo he encarado- nunca dio para vivir con holgura.

Además, ELCOVE compone un personaje, claro, y en tal sentido se comporta como lo haría un actor. Y al igual que yo, sabe mucho sobre el Viejo y sus creaciones.

Tenemos varios puntos en contacto, sí. Los suficientes al menos como para que me confíe sus frecuentes paranoias, sus estrategias y hasta –en raras ocasiones- sus debilidades. Digamos que me tiene por confidente.

Le correspondo leyendo atentamente sus interminables mails, que a su vez reproducen correos de otros, conjuntamente con las respuestas que brindó en cada ocasión, y los comentarios anteriores y posteriores que me hace a mí, plagados de supuestos e intrigas.

Lo que yo conteste no tiene demasiada relevancia, porque él sigue con su propio monólogo interior. A lo sumo, toma una frase mía aislada de acá o de allá, con el objeto de reforzar sus hipótesis delirantes.

Una de sus últimas obsesiones recae sobre un nick dudoso, con cero reputación, que fue uno de los tantos oferentes en la subasta de las diez primeras, y al que no prestó atención en ese momento, porque parecía provenir de algún vendedor para empiojar una publicación que no le convenía, que tanto fuese verdadera o falsa, hacía peligrar su negocio.

Sucedió que mientras ELCOVE, dedicado a El Club del Indio, disminuye sus intervenciones en Mercado Libre, JUANO, de Mar del Plata, sigue adelante la guerra contra los mercaderes, entusiasmado con el juego que le enseñó el Viejo, con el nick de REVENGE2004, aunque de pronto nota que los émulos pululan y es el punto que ya había anticipado, donde todos se preguntan “¿Quién es quién?”, como la sesenta y ocho de Correrías, salvo el CORSARIO que también se incorpora, pero sorprendentemente con su seudónimo real, si es que un alias en la web puede tener algo de realidad.

El caso es que JUANO le pregunta a ELCOVE si él no es un tal SERTUFILIUS, que está teniendo en el sitio su mismo modus operandi (no es JUANO, claro, quien utiliza ese término, sino ELCOVE transmitiéndome la consulta de JUANO). A ELCOVE le genera curiosidad el comentario, rastrea a SERTUFILIUS y efectivamente comprueba lo que le hizo notar el marplatense. Y es entonces que revisa sus antiguas publicaciones, las de las primeras diez, y lo encuentra –le sonaba el alias- ofertando una y otra vez.

ELCOVE se pregunta, replanteando su hipótesis inicial que se trataba de un vendedor, quién puede ser este personaje que lo emula tan burdamente, y que sólo una persona poco cultivada e ingenua como JUANO podía confundir con él.

Elucubra: ¿Cifra algún significado ese nick? SER-TU-FILIUS... Ser- tu-... ¿hijo? ¿Hijo de quién? ¿De ELCOVE, en tanto imita mis procederes? Pero si SERTUFILIUS apareció antes de que ELCOVE revelara su mistificación... ¿Adivinó que en él se cifraba el coleccionista vengador? ¿Es un vendedor o un coleccionista? Los coleccionistas no dudaron en lo más mínimo del viejito que liquidaba su colección para poder comer. Creían que se encontraban frente a la oportunidad de su vida y por eso ofertaban y pujaban en la subasta, pero éste aparecía y desaparecía... no quedó como finalista de ninguna… y reaparece ahora, cuando yo me retiro. Pareciera ser más un vendedor que un coleccionista. ¿El tal ALLIPAC, el de la galería? Es el más vivo de todos. Pero ese está demasiado ocupado en hacer negocios... ¿Y si fuese coleccionista y vendedor a un tiempo? ¿El CORSARIO?... Aunque el CORSARIO es más ignorante aún que JUANO… ¿de dónde podría sacar una palabra en latín? ¿De buscar en internet? Claro que antes se le tendría que haber ocurrido la idea…

Y así, interminablemente…

Es obvio que sus enredos me resultan de lo más entretenidos, y no niego que en el fondo algo de sus obsesiones comparto, pero tampoco es justo soportar el rol permanente de interlocutor pasivo, así que intento sacar provecho de los contactos que de a poco va tejiendo.

En algún momento, una mención a una actividad de JUANO hace que le pida el correo.

Para la época en que empieza mi relación con ELCOVE, yo ya tenía más o menos acomodado el revistero del kiosco de Caram. El de aquel momento extraordinario, digo, donde se exhibían allí, en oferta, la primera serie de inéditas en Andanzas.



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En el texto hay: comic, coleccionista, historietas

Editado: 24.07.2019

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