Las Claves Del Indio

XLIV. EL REVISTERO DE MERCADO LIBRE

Si bien mencioné “El teatro maldito” y ”Monaguillo del diablo”, argumentos de Correrías en los que aparece el teatro, no recuerdo que suceda en Andanzas, al menos no con esa importancia. Tampoco hasta ahora lo he referido mucho en relación a mi vida, siendo que forma parte esencial de ella, quizá porque en aquellas revistas no tuviese tanta relevancia y acá se habla básicamente de mi vida en relación a ellas.

En este punto es un suceso el que hace que traiga a colación el teatro. Un suceso vinculado con los hechos que ya habían sido puestos en marcha, aun cuando yo todavía lo ignorase, una maquinaria tan silenciosa como implacable.

El caso es que había viajado a Capital para ver a Palito, un amigo actor que está siempre en la lona y cada vez que me ve me manguea, al menos un café con leche y medias lunas en un bar, pero que en esta ocasión tenía para proponerme un proyecto teatral que según él se adecuaba a la perfección a una convocatoria para subsidios que había lanzado el Teatro San Martín, y en el que yo debería oficiar de director, pero al mismo tiempo de compilador de los currículums del elenco, que traía en diskette, o sea que yo, en virtud del analfabetismo informático de todos ellos, debía reunir y unificar los diferentes formatos en un mismo documento acorde a los requisitos que exigían, e imprimirlos en un ciber y todo ese mismo día, dado que la convocatoria estaba al cerrar.

Le pedí al menos que me acompañara en la tarea de corrección, pero no bien instalados en un ciber de Avenida de Mayo, me dice que se acordó que tenía un casting para un bolo en una película, y que debía salir corriendo, y me pide que una vez que terminase le alcanzase las impresiones al caserón de San Telmo, que alquila –u ocupa- con otros actores tan lúmpenes como él.

Resignado me aboco a emprolijar los impresentables C.V., tanto en forma como en contenido. La mayoría consigna escenas realizadas en muestras de taller para familiares y amigos, algo muy poco serio para un actor. Eso sí: el apellido Alezzo aparece invariablemente en el rubro estudios. La zona del ciber que elegí es intermedia, ni tan cerca de la puerta, donde me desconcentraría la entrada permanente de clientes para cabinas telefónicas, ni tan al fondo, donde algunos adolescentes parecen enfrascados en juegos en red o pornografía, vaya uno a saber el origen de sus esporádicos estallidos. Se encuentran, por suerte, además de unos cuantos gabinetes más allá, del otro lado, ya que el ciber cuenta con doble hilera de PC´s enfrentadas. A ambos flancos míos no hay nadie, lo cual es una tranquilidad. Nunca me gustó la proximidad de extraños cuando estoy concentrado en una tarea, como en los mingitorios. A poco de instalarme en esa comodidad -¿para qué habré hablado?- se sienta un viejo al lado mío. Resoplo internamente, habiendo tanto lugar disponible tenía que caer justo ahí. Mientras no quiera entablar conversación…-pienso, y no acabo de formular mentalmente la frase cuando oigo que me susurra: Abrí Mercado Libre.

No necesito mirar para saber que quien imparte la orden es ELCOVE. La acato. Abro el explorer, que es lentísimo, y finalmente llego al sitio. En ese justo momento, como si estuviese realizando la misma operación, en los mismos tiempos, ELCOVE vuelve a susurrarme: Ahora poné en la búsqueda "Lote imperdible antiguas Andanzas"…

Localizo el artículo y cliqueo. Ante mi vista se empieza a desplegar el revistero de Caram.

Allí se encuentran la cincuenta y ocho, “La cola del diablo“, la cincuenta y nueve, “Misión secreta”, la sesenta y dos, “Petróleo y champán“, la sesenta y tres, “El fin del mundo“, la sesenta y cuatro, “Armas para el caribe“, la sesenta y ocho, “Allá en el lejano oeste”. Y más, todo lo que va de la primera de las ¡Inéditas!, la cincuenta y cinco, “La Extraña Herencia” hasta la sesenta y nueve, "Miss Loro", la primera aparición en Andanzas de la hermana del Indio, que recoge tiras de las semanales, adaptadas.

Son quince revistas en total, que incluyen esa zona de numeración incompleta, ese agujero en mi colección que hasta el momento solo podía ser llenado por el kiosco-peluquería de Caram, cerca de la casa del centro, números que me obsesionan particularmente y que habiendo conseguido solo algunos tuve que completar con las abominables reediciones, ahora lucían ahí juntos, invitándome a que los recorra detenidamente portada por portada, como hice de chico, con la misma angustia, porque mi padre me está compeliendo a que elija uno, solo uno, cuando quisiera salir corriendo con todos.

Y advierto recién a esta altura del partido, tan tarde, opsímata de mí, que en tres números consecutivos aparece el Indio en acciones y posturas prácticamente idénticas.... en la sesenta y uno, "Rescate difícil", atraviesa en auto, suicida, peligro y proeza a la vez, las vías con el tren encima; en la sesenta y dos, “Petróleo y champán“, conduce a toda marcha un coche de carrera; en la sesenta y tres, "El fin del mundo", monta veloz contra el viento a su pingo con nombre de viento.



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En el texto hay: comic, coleccionista, historietas

Editado: 24.07.2019

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