Las Claves Del Indio

XVII. TRAGAMONEDAS

Ya no estoy para leer historietas decadentes como “La isla fantástica” de Correrías, que es decididamente infantil como la mayoría de las que se publican ahora, salvo excepciones, como ser la extraordinaria “Payada diabólica” de las Andanzas, que sospecho reeditada, porque ni el dibujo, ni la calidad de la historia, se parecen en nada las actuales.

La realidad era que esas revistas retomaban el destino de reedición que sólo habían abandonado por un tiempo, sin que yo me enterase, creyendo que recién ahora, en plena decadencia, empezaban a hacerlo. Ignoraba además que yo también necesitaría mucho más tarde reeditar a ese chico que se acaba de proclamar adulto, y de eso se da cuenta el Enrique, el amigo mayor de la casa de por medio, casi treinta años después.

Advierte que volví a ser un chico, cuando lo encuentro un sábado en un bingo de Zárate, jugando los dos a las tragamonedas, y le pregunto por aquellas revistas, si recuerda que se las regalé, si todavía las conserva, porque yo he vuelto a coleccionarlas y –esto no se lo digo, pero está implícito- esa condición recuperada me vuelve a otorgar derecho sobre ellas.

El Enrique, como si le estuviera preguntando un disparate, preludiando con un no alargado, me explica que estaban en el altillo donde vivía un tío, que cuando murió se limpió todo, se tiró a la calle, como muchas veces escuché con dolor cada vez que preguntaba a alguien si no las había guardado y me contestaban que tenían un montón, pero vaya a saber dónde fueron a parar, las deben haber tirado a la calle. Es más, están aquellos que con un sadismo inconciente me dicen que la limpieza fue hace muy poco tiempo, qué lástima, agregan.

Tantas veces hice la pregunta y tantas me respondieron lo mismo, porque no encontré a ninguno que no las hubiera tenido. Incluso hay quienes despiertan mis expectativas diciéndome que por ahí deben andar algunas todavía, y yo indago acerca de qué época son, qué forma tienen, si son apaisadas o no, mientras calculo la edad del que tengo adelante, si es mayor o menor que yo, si pudo haberlas leído en la época que me interesa, pero a pesar de todas mis dudas, les pido que las busquen. A menudo no pasan de ese comentario, porque cuando después vuelvo a preguntar, me dicen que no las encuentran, aunque me doy cuenta que se olvidaron de esa charla. Para ellos, claro, no tiene importancia el asunto, son personas de una ignorancia supina que, por ejemplo, califican de viejas o antiguas a cualquier ejemplar de más de diez años, le otorgan rápidamente esa categoría.

Pero es peor cuando alguno te trae Selección de las Mejores, como cuando en Saladillo, la ciudad natal de mi actual pareja, donde pienso que por ser un lugar en que la gente no se muda tanto, es posible que aparezca alguna, y encuentro un cartonero en la calle y le pregunto –varias veces pregunté a los cartoneros si encuentran los ejemplares de los que me dicen que las tiraron a la calle- y el tipo contesta que sí encontró algunas muy viejas y las guardó, y yo le ofrezco un peso por cada una, y si son muy antiguas puedo estirarme a cinco, lo que significa una fortuna para él y para mí una ganga.

Le anoto la dirección de la casa paterna de mi pareja y arreglo para el día siguiente porque ya me voy. Cuando llega la hora convenida estoy ansioso, salgo a la puerta a ver si viene, demoro la partida. Finalmente aparece con una pila que de lejos adivino pertenece a Selección de las Mejores.

A pesar de la reiteración de esas decepciones, no termino de inmunizarme, lo sigo intentando y hago poner en un kiosco de Saladillo, de un amigo de la familia de mi pareja, un cartelito que dice compro Correrías, Andanzas, Locuras, con el agregado: anteriores a los ’70. Pero lo único que llevan, sin reparar en la aclaración, es Selección de las Mejores, que el kiosquero igual compra para leerlas él y pasar el rato, como posiblemente también haga el Enrique, olvidado ya de las historias primigenias que leyó en las que yo le regalé, cuando vuelva a su casa ese sábado, después que las tragamonedas lo hayan secado como a mí.



#7611 en Fanfic
#11920 en Thriller

En el texto hay: comic, coleccionista, historietas

Editado: 24.07.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.