Las coronas de new york

prólogo

Laura

¡Oh por Dios, pero que culo más sexy vieron mis ojos!

Con una vergüenza de los mil demonios, observó cómo con el hombre que pase la noche cubre su hermoso travesía con su bóxer a una velocidad muy rápida. No hace poco desperté con su mano cariciando cada centimiento de mi cuerpo haciendo vibrar de placer cada vez que me toca sus manos un placer que jamás había tenido ¿que se supone que deba hacer? ¿No haber sentido esto? No aún.

Sacudo mi cabeza para sacar ese pensamiento y evitar un ataque de pánico porque yo maldita sea, ayer cuando salí de mi casa era virgen y ahora no lo soy, me lo dice el hecho que amanecí con un hombre estremadamente sexy al lado mío. Y me molesta mis partes íntimas.

¡Diablos!, A mi nada me sale bien; pasaron un sin números de cosa anoche, pero de todas ellas, pero que  sucedió la que nunca debió de suceder: perder lo poco valioso que tengo mi virginidad.

¡Santo cielos ya no quiero pensar en eso!

El hombre frente a mi ya viste su pantalón y se pone su camisa es un hombre de una sola noche.

El está tan nervioso como yo; me lo dice el hecho que le quedan dos botones en su pantalón cuando se abrocha las piezas el ni cuenta se da, el está apurado para salir del agujero del grito de sorpresa lo termine despertando.

Pero bueno hay que entenderme desperté con unas manos acariciando mis senos, besos bastante húmedos por mi espalda y una gran erección contra tu trasero, asuta.

Si que lo soy una pendeja de mierda.

Se oían gritos mientras salía de la cama como si estuviera en una competencia de carritos chocones dejándome sentada y muy acolarada.

Fueron: "tu no eres Elizabeth" y yo pensé; aquí vamos ¡Claro que no soy Elizabeth! ¿Quien es ella? Y a pesar de que no me importa, ya me estoy empezando a sentir mal solo con mirarme cuando vi su mirada de desilusión en su rostro.

Se levanto negando su cabeza y comenso a buscar su ropa. Cuando sus ojos volvieron a mi, me detallo completamente hasta que me percate de que estoy desnuda. Cogí la poca sábana y cubrí mi cuerpo mientras toda la sangre se fueron acumulando en mis mejilla.

Ahora, me observa completamente vestido y con la imagen de haber pasado completamente la noche más salvaje de su vida, el me observa.

-¿Que edad tienes?-

Su pregunta me desborono un poco no me siento cómoda diciendo mi edad y con la chica que te acabas despertar; aún mejor el clásico de la novelas de televisivas: esto a sido solo una vez y no se va a volver a repetir.

-diesiciete- contesto después de aclararme la garganta de lo rijida que estaba -¿segura?- pero que cohones.

Asiento con la cabeza y el me vuelve a mirar como si esa fuera su única respuesta-. Por lo menos vas a cumplir los dieciocho.

El suelta un suspiro de alivio y no se cómo sentirme alrespesto, antes su respuesta en pesar que me he metido en el siglo del año.

Perdí mi virginidad y cuando mi prometido se de cuenta, saldré en todos los periódicos del país.

¿Porque este maldito hombre está parado ahí todavía? Necesito que se valla para poder enloquecerme tranquila.

-escucha, necesito irme- dice el muy calmadamente y apesar del enrrollo que tengo en la cabeza, logro ver algunos de sus tatuajes que le salen por las mangas de su camisa y que le cubren en los brazos.

¿Porque no me di cuenta de eso antes?

-estoy realmente atrasado, tengo que llegar cuanto antes a mi casa, -pero por que no me llamas más tardes? Pregunta tirandome una de sus tarjetas.

- ¿para qué? - el hombre me mira como si no entendiera lo que estoy preguntando y vuelvo a repetir la pregunta.-¿Qué edad tendrá?- parece mayor que yo.

-luces, bastante asustada ahora. Creo que hablar sería algo bueno para ti...

- yo no...-lo estoy interumpiendo- ¿así que estás preocupado por mi? No te preocupes puedes marcharte.

- a mi me gustaría hablar; por algún motivo, no recuerdo nada de lo que sucedió anoche.

Y...

-¿no vas tardes ya?-

¡Tarde! ¡Jesús santísima! ¿Qué hora es? ¡Maldita sea! Mi día no pudo ser más peor. Estoy literalmente muerta.

-¿me estás botando?- me pregunta un poco deslocado y el luce ligeramente diverto por lo que veo en su mirada.

Mierda,¿no tenía que irse?

Mi corazón está latiendo más rápido que nunca en que lío me supongo haberme metido y puedo sentir mis manos temblando en la sujeción de la sábana. Ya todos pensaran que me di haber fugado, correción no hemos fugado.¡Liria¡¿Dónde diablos esta mi hermana!?

- en realidad intento no asustarte más de lo que ya he hecho.

El joven me mira un poco confundido y aquí estás mi desperación porque no se acaba de largar, lo logro sacar. Suspiro hondo. .

Solo estoy un segundo para aliviarme
De que estoy completamente loca y sola y vuelvo acordar el problema en lo que me he metido.

Y la garganta se me cierra.

-Dios mío,por favor, soy yo de nuevo espero que esto sea una pesadilla-pido la habitación que esté vacía y con la esperanza que eso suceda, pellizco mi brazo; pero maldita sea, duele como el infierno.

Mi vegija avisa que necesita un respiro, así que corro al baño. Al terminar,labo mi carra sin ánimos de ver mi reflejo en el espejo parezco un espantapájaros. Pero no lo pude evitar quiero salir de aquí reluciente y quiero quitarme el maquillaje, regreso a mi habitación y busco mi ropa.

-¿Cómo demonios mi ropa fue aparar en la lampara?-

¡Maldita sea la hora que ocurrió esto fugarme de mi casa! Al fin al cabo termine acostándose con un tipo que ni conozco.




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