Si estábamos destinados a reencontrarnos, debíamos separarnos…
Tú me acariciaste; yo te besé.
Tú sonreíste; yo lloré.
No dejaba de verte y analizar cada lunar en tu rostro.
Si estábamos destinados a reencontrarnos, debíamos extrañarnos…
Tú me abrazaste; yo sentí tu calor.
Tú me besaste; yo seguí tus labios.
Si estábamos destinados a reencontrarnos, debíamos amarnos en la distancia…
Aquella noche en aquella calle solitaria llena de gente, pero vacía de almas fue nuestro reencuentro.
Nuestros caminos se cruzaron de nuevo y
volvimos a caminar juntos tomados de la mano,
volvimos a compartir anécdotas,
volvimos a reír.
Sí, estábamos destinados a separarnos para amarnos y reencontrarnos… recordar que te amé y te sigo amando.
¿Tú lo recuerdas?