No hago más que pensar en ti
Quién lo diría…
No hago más que imaginarte junto a mí
Quién lo diría…
No hago más que recordar nuestros momentos felices
Quién lo diría…
No hago más que añorar tu llamada,
Pero no llamas
Y mi mente es prisionera de tu cárcel.
Mi mente no deja de pensarte y yo no dejo de desearte.
No llamas, no escribes…
Maldito seas.
Maldita yo sea por pensarte y desearte.
Mi mente está en tu prisión fría, oscura y llena de soledad.
Maldito seas.
Mi mente está en tu prisión con hambre y deseosa por besarte.
Maldita sea yo.
Mi mente en tu prisión está esperando una llamada de su director,
Pero no llamas.
Maldito seas.
Estoy sola…
Estoy en una prisión mental abandonada en una celda que tiene tu nombre escrito en la pared.
Maldita sea yo.