Las Cosas que Nunca Fui

CAPITULO 4: Cámbiame Edición Deluxe


No hay nada que te haga sentir mejor que el último día de clase.  De repente experimentas un estado de liberación  y respiras, inhalas una bocanada gigantesca de  aire, que te sabe a pura gloria, y te sientes renovado y feliz.  Pero si además estás a punto de ir a una macro fiesta donde estará el tío que te vuelve loca y que, por fin, te ha hecho caso… eso ya es otro nivel.
-    Tía tienes un armario de mierda- me dice Cassy desde el fondo de mi vestidor.
-    Ya te lo dije, por eso hemos ido de compras. 
Estoy preparando la bolsa que me llevaré para dormir en casa de Martina, que es lo que cree mi madre, pero en realidad dormiremos con Cassy porque sus padres son mucho más enrollados y salen a hasta las tantas cada finde.  Trabajan en el mundo del cine. Son productores, o algo parecido, y siempre van de fiesta en fiesta con gente súper famosa. Siempre he sentido un poco de celos hacía Cassy porque aparte de ser todo lo que a mí me gustaría, guapa, extrovertida, lanzada… sus padres son súper guais y la entiende mucho. Hasta se intercambia la ropa con su madre. Yo jamás podría tener una conexión así con la mía, ella solo piensa en mi formación y todo lo demás no es importante. Menosprecia mis sentimientos, mis ideales, mis gustos… Nunca podría tener una conexión así con mi madre. 
-    Júrame por Dios que no te pones este vestido Babi.
Cassy sujeta un vestido de cuadros escoceses con cuello Peter Pan que, aunque no quiero decírselo, es de mis favoritos.
-    Es para los recitales.
-    Recitales de qué, ¿shakesperianos? 
-    De piano idiota- contesto quitándoselo de las manos.
-    Pues parecerás una mojigata con este vestido Babi, renovarse o morir.
Termino de preparar mi bolsa mientras ignoro a mi amiga y veo que  Rubén está en el jardín de su casa. Va con unas bermudas, sin camiseta, y parece estar jugando con su perro. En el suelo, junto a él, hay unas pesas que debe de haber estado utilizando. La verdad es que está muy en forma. 
-    Dios que bueno está…
-    A ver- Cassy me aparta de la ventana para asomarse y es tan escandalosa que temo que Rubén se dé cuenta.
-    Tía que nos va a ver…
-    Así que eres de esas… ¿eh?
-    ¿De esas qué?
-    De esas que acosan a sus vecinos y los espían- ríe.
-    Venga ya, no seas exagerada, lo he visto por casualidad.
-    ¿Y estos prismáticos?- pregunta mientras los sostiene en la mano.
-    ¡son para el campamento!
Se los quito y los guardo en el cajón. Es la verdad, son para el campamento, pero no diré que no los he usado en algún momento para ver a Rubén mientras toma el sol o se baña en la piscina. No creo que haga nada malo por echar un vistacito de vez en cuando pero de ahí a espiar… Creo que mi amiga es bastante exagerada.
-    ¿Habéis hablado algo de la fiesta?- pregunta mientras se sienta en la cama.
-    No… 
-    ¿Ni si quiera te ha escrito por insta ni nada?
-    No…
-    ¿Y qué piensas hacer cuando lo veas? ¿hablarás con él o esperarás a que él tome la iniciativa?
-    No lo he pensado… - me froto la cara agobiada y me dejo caer en un puf que tengo en el suelo – Sabes que soy una pava y no sabría que decirle.
-    Ya sabes lo que te digo siempre, o espabilas o lo pierdes.
-    ¿Pero cómo lo hago? Lo veo y lo saludo, vale, pero después qué. Sería incapaz de seguir una conversación con él.
-    Ayyy Babi. Le saludas y le preguntas por las notas de mates. Algo tendrá que contestarte digo yo. Pongámonos en situación, el te dice “ he aprobado muñeca gracias a ti” y tú le contestas “me gustaría cobrarme  mi recompensa a poder ser esta noche”
La miro boquiabierta, debe estar de broma si piensa que voy a decirle eso.
-    No… no puedo.
Casandra pone los ojos en blanco.
-    Vale pues después de decirle Hola le preguntas si quiere tomar algo.
-    ¿Y si me dice que no?
-    Babi… cuando yo acabe contigo esta noche nadie te dirá que no.
Reímos como dos locas. Es cierto que Martina tiene la capacidad de trasmitirme tranquilidad y paz mental pero con Casandra me rio como con nadie.  Es una tía muy divertida y muy espontánea y me encantan sus salidas de tono y sus idas de olla, aunque a veces se pase un poquito. 
-    ¿Qué es este escándalo chico?
-    Hermanoooooooo, ¿qué haces aquí?- pregunto a la par que me lanzo a su cuello.
Mi hermano y yo tenemos una relación muy especial. Nos llevamos diez años lo que ha hecho que, lejos de interesarse por hacerme rabiar, adoptara el papel de mi protector. Antes de marcharse de casa pasábamos mucho tiempo juntos. Veíamos películas, series, documentales… cualquier cosa que echaran en la tele era buena excusa para preparar un bote de palomitas. Estábamos súper enganchados a netflix y lo seguimos estando pero por separado. Hugo me enseñó a patinar, es una máquina, y todos los findes salíamos a practicar juntos pero cuando se echó novia todo ese tiempo que me dedicaba se vio sustancialmente reducido hasta agotarse por completo. Lo echo muchísimo de menos. Es la típica persona que deja su presencia allí donde va y mi casa está demasiado vacía sin él. Como mis padres siempre han pasado muchísimo tiempo fuera, trabajando, nos hacíamos compañía mutuamente. Para mí siempre fue mi “héroe”.
-    He venido a ayudar a papa con los trastos del garaje. Monita me vas a ahogar.
-    Lo siento-digo mientras me descuelgo de su cuello- Me voy a dormir a casa de Martina.
-    ¿A qué hora es la fiesta?- pregunta con cierto pitorreo.
-    ¿Fiesta? No sé de qué fiesta me hablas…
Cuando miento, si me conoces, me lo notas a la legua porque mis mejillas se tiñen de rosa y me toco el pelo sin parar. Es un tic nervioso que no puedo evitar. Mi hermano me conoce tan bien que me capta en seguida.
-    Desembucha monita.
-    Es una fiesta de fin curso, o algo así, en Opium.
-    Que nivelazo os gastáis ahora en el instituto. Y mama no sabe nada, entiendo.- niego con la cabeza- Bueno es normal que sueltes alguna que otra mentirijilla piadosa para disfrutar de tu adolescencia pero te aconsejo que siempre que vayas a salir de noche o algo parecido al menos me lo cuentes a mí. Es bueno que alguien sepa dónde estás y lo que estás haciendo. Tú ya me entiendes.
-    Okey.
Comprendo que mi hermano tiene parte de razón en lo que me dice y no puedo evitar pensar en el campamento de verano… ¿quizás debería comentárselo? Se encuentra muy cerca de donde mis padres piensan que estaré, apenas un kilómetro, y he pagado un buen seguro que lo cubre todo pero aun así siento algo de resquemor y voy a tener que meditar sobre el tema.
-    Bueno enana me voy para abajo ya. Ten cuidado esta noche por favor.
Me da un beso en la frente y se despide de Casandra al salir. Mi amiga está más callada de lo normal. Se ha mantenido en la cama apartada de la conversación que es algo raro en ella. Cuando la miro creo que está más pálida de lo normal y ni si quiera se ha mentido con mi hermano como suele hacer siempre que le ve.
-    ¿Estás bien Cassy?
-    Si, si. Creo que me duele un poco la cabeza. ¿Nos vamos ya?
-    Vale, me despido de mi padre y nos vamos.
El plan es comer en casa de Casandra y prepararnos para el fiestón de la noche. Mi amiga es u un hacha con el maquillaje. Se le da super bien pintarse ella misma y pintar a los demás. Es normal si tenemos en cuneta que Casandra ha crecido en los sets de rodajes rodeados de famosos, estilistas y amquilladores. Supongo que de ahí le viene el estilazo que gasta. Su madre se la llevaba con ella cuando tenia que trabajar, incluso ha hecho sus pinitos en el modelaje. Si me comparo con ella estoy a años de luz de saber vestir bien. Yo soy súper clásica. Mi fondo de armario se compone de vaqueros leggings y camisetas básicas. Cuando necesito arreglarme tengo vestidos camiseros, vestidos polo y algún trapecio. Lo más moderno que pueda encontrar lo he comprado con las chicas. Casandra me obligó a comprarme unos vaqueros boyfriend que me parecían horrorosos , todo agujereados, y que ahora no me quito ni para cagar. Si tengo alguna minifalda o algún lencero también es fruto de ella y nuestras tardes en el centro comercial.
En su habitación tiene un tocador repleto de accesorios de primeras marcas. Coloretes, pinta labios, eyes linear… hay brochas que os juro que ni si quiera sé para qué sirven. Yo a penas tengo un par de labiales , un delineador negro y el rímel… Nunca me echo maquillaje ni polvos ni da que sea para la cara porque tengo unos coloretes naturales que me caracterizan. Cuando intento maquillarme parezco un payaso.
-    A ver chicas, vamos sacando el arsenal. Toda la ropa sobre la cama.- dice Casandra.
La habitación de mi amiga es gigantesca. Vale , la mía también, pero es que está además tiene una decoración que me vuelve loca. Mi madre es bastante estricta con la decoración de casa y me prohíbe colgar cosas en las paredes , suerte que hace un par de años descubre una especie de chicle con la que fijar mis pósters. Pero su madre pasa de todas estas cosas. Además, creo que ella solita tiene mas pósters que nosotras juntas. Casandra tiene unas estrellas ,que se iluminan , justo encima del cabe y sobre el escritorio toda una ristra de lucecitas blancas que crean un ambiente increíble. Sus sábanas son blancas con lunaritos negros y su edredón es rosa convidado con cojines a rayas blancas y negras. A los pies de la cama tiene una alfombra a juego, también de rayas blancas y negras, que me encanta y en el lateral una de pelito negro. Puedo imaginarme a mi madre, amante de los colores neutros, y de todo lo neutro en general, diciéndome que eso es una horterada y que lo que se lleva son los tonos pasteles.
En el lateral de la habitación tiene una cajonera sobre la que descansa la inicial de su nombre. Es de estas letras que todo el mundo pone ahora en sus cumpleaños, bodas y celebraciones hechas con bombillas que se iluminan.  Al lado tiene un sillón enorme , donde pasamos las horas muertas, sobre los que ha colgado tiras repletas de fotografías nuestras y de su familia. Casandra es hija única y una consentida de cuidado. Lo que quiere lo tiene. No necesita más que abrir la boca para que su padre satisfaga todos sus deseos. Cuando cumplió los dieciséis años le reglaron una vespa celeste que siempre había querido. Entre Martina y yo, que ya sabíamos la sorpresa que le estaban preparando, le regalamos el casco a juego. Nos costo una pasta. Y hace poco se tatuó junto a su madre la palabra “BRAVE” en el antebrazo derecho. Si yo le pido un tatuaje a mi madre es capaz de enviarme a desintoxicación por si me drogo.
-    No sé que ponerme… ¿vestido o mono?- pregunto mostrando las dos opciones, una en cada mano.
-    Pruébatelo mejor y decidimos.- propone Martina.
-    No hay nada que decidir. Lo que más escote tenga. Siempre. 
-    Claro Casandra, eso cuando se tenga una buena delantero como tu. Porque en mi caso…
Yo uso una ochenta y cinco y según mis amigas está muy bien para lo delgada que estoy. Casandra sin embargo tiene una buena noventa y cinco , bien cargaditas, y Martina anda por el mismo camino.
-    Existen los rellenos…- dice Martina.
-    Y los push up que hacen mejor efecto. Y si no unos calcetines como toda la vida De Dios.
-    ¿Cómo se va a poner unos calcetines? Para que Ruben le toque una y se traumatice…
-    Pues si que estás optimista tu Marti. ¿Ya das por hecho que nuestro Don Juan va a pillar cacho con nuestra puritana?
-    ¡Oye!- Protestó tirándole un tacón a la cabeza.
-    Tía , sabes que es verdad. ¿O vas a dejar que te meta mano la primera noche?
-    Pues no lo sé. No tengo nada planeado. Lo que surja.- contesto molesta pero sin estar muy convencida de lo que digo. 
-    Mira Babi, que nos conocemos , tu eres muy cortada y a no ser que te bebas unos buenos copazos ese chico no tiene nada que hacer. 
-    Babi- interrumpe Martina- Tu haz lo que te apetezca y lo que no ya sabes. Lo que no debes hacer es lo que crees que el quiere.
Como siempre he dicho he aquí mis conciencias. La buena y la mala, mi ángel y mi demonio , mi ying y mi Yang… A lo largo de los años he descubierto que las necesito a las dos por igual. Sin mi demonio seria demasiado prudente, demasiado retraída, y me perdería muchas emociones de la vida; sin mi ángel, la perdida seria yo.
-    Hombre eso siempre – Casandra está revisando la ropa que hemos ido sacando de las bolsas- pero yo que conozco a Ruben te digo que tiene las manos muy largas. Si hay que cortarle el rollo me avisas que le meto un guantazo que lo desoriento.
-    Tranquilas que pase lo que tenga pasar. Estoy un poco cansada de darle vueltas al asunto.
Y es cierto, estoy agotada, porque pensar de más cansa y mucho. Prefiero invertir el tiempo en algo que me distraiga un poco así que me agrego a revisar la ropa que hemos recolectado y a probarme posibles conjuntos para esta noche. Martina se ha decidido por una falda negra de tubo, totalmente ceñida, y un top de lentejuelas plateadas por encima del ombligo. Casandra ha elegido una falda de tubo rosa palo, pero la suya es como de cuero y Un boda negro totalmente transparente que combinará con un sujetador de encaje que le hace un pecho increíble.  Yo estoy acomplejada con mi escote , que creo que es inexistente, por lo que siempre me tapo lo máximo posible. Sigo sin decidir que demonios quiero ponerme porque, francamente, veo que todo me queda mal. O quizás sea que hay tanta competencia cerca que me intimidan un poco.
-    ¿Pero tu que querrías ponerte Babi?- me pregunta Martina- ¿Qué te apetece?
-    Me apetece ponerme el pijama – contesto con una mueca.
-    ¡Anda ya tonta! Vamos a elegir algo bonito para ti venga- me anima.
Echo un vistazo a toda la ropa que queda sobre la cama, echa un revoltijo, y creo posibles conjuntos mentales que pudieran quedar bien. 
-    Yo, sinceramente, me pondría unos leggins con un lencero negro y la camisa vaquera. 
-    Pero vamos a ver, que no vamos al cine cariño mío. Tu te me pruebas esto con esto.
Me tiende una falda pantalón de flores estampadas y Un boda con escote en Ube, bastante pronunciado, y mangas de campana. La verdad es que no me imagino vestida con flores, es algo que odio, y mi cara lo demuestra pero ellas insisten y yo obedezco. No pierdo nada por probármelo.  Me meto en el baño que Casandra tiene en su habitación, porque odio desnudarme en público , y cuando he terminado de vestirme no quedo muy conforme con el resultado.
-    Chicas a mi esto no me convence- Digo desde el baño.
-    Tu ya no tienes voto que tienes el gusto en el culo . Sal que te veamos- insiste Casandra.
Me dejo ver con algo de recelo y ellas parecen realmente sorprendidas. Cassy tiene cara de satisfacción , como si hubiera conseguido el resultado que buscaba , y Martina me sonríe mientras da palmaditas con las manos.
-    ¿En serio?- Insisto en que no me veía con las flores.
-    Estas divina Babi y me haces caso. ¿A que si Marti?
-    Espectacular…
-    Pues no se, no me veo. Creo que son estas flores tan grandes.
-    Tu lo que tienes que hacer es verte peinada y maquillada. Además que vas descalza cateta. La ropa se prueba con unos buenos zapatos. 
Casandra me pasa unos stilettos rosa palo con una moña negra que no me disgustan demasiado. Adoro las moñas aunque mis amigas me digan que no tengo edad.




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