Las Cosas que Nunca Fui

Capítulo 10: Bienvenidos

 Me había pasado todo el domingo preparando las maletas para un viaje que había pasado de ser la ilusión de mi verano a mi peor pesadilla. ¿Por qué cojones me había tenido que apuntar a aquella tontería? Mi cara era un cuadro de Andrew Warhol, por lo de coloridos, porque me tiré toda la noche hablado con Ruben por whatsap y ni si quiera me había desmaquillado al llegar a casa. Mi madre siempre me echa la bronca diciéndome que si no cuido mi piel me parece a mi tía Pepa de mayor. Espero que no.
-    ¡ Alegra esa cara que todavía no se ha muerto nadie! – Casandra se había ofrecido a darme apoyo moral en el día más dramático de mi año- ¿Tu sabes la de tíos buenorros que habrán en el campamento?
La miro con cara de pocos amigos.
-    Solo me importa un tío buenorro. Solo uno. Y cuando por fin lo consigo lo abandono todo el verano en una ciudad llena de zorrones y de turistas buenorras. No es justo Cassy , no es justo- me quejo.
-    Un poco más de confianza chiqui . Si sabe valorar a una buena Diosa como tu no tendrás de que preocuparte.
-    Me lo dices para que me calle. Eres la primera que siempre dice que los tíos piensan como piensan. Llevamos solo una semana juntos sabes tan bien como yo que es un suicidio irme.
-    Bueno cariño- dice cogiéndome por los hombros- también fue un sucio social el flequillo que te pusiste en Semana Santa y no pasó nada.
-    ¡Cabrona!- grito zafándome de sus brazos .
Creo que he guardado todo lo que necesito, al menos todo lo que puedo llevarme conmigo, pero en Madrid dejo a mi novio y a mis esperanzas de un futuro juntos. Mi padre me ha preguntado un millón de veces qué me pasa y yo he intentado hacerle creer que son los nervios que no me dejan vivir. Mi hermano ha venido para llevarme hasta allí porque, después del discursito sobre que alguien tiene que saber siempre donde estoy, decidí contarle mi plan maestro y como había metido la pata hasta arriba.
-    Cariño tienes que comer todo lo que te pongan , ¿vale? No quiero que me vengas en los huesos porque entonces no te dejo ir más.
-    Que si mamá…- contesto poniendo mis ojos en blanco.
-    Cielo cuídate mucho e intenta divertirte- me dice mi padre.
-    Aprovecha todo lo que te enseñen allí hija no vayas a perder el tiempo .
-    Que si mamá…
-    Bueno me la llevo que si no se nos echa la noche encima.
Casandra nos acompaña hasta Sotogrande para darme apoyo moral y para que mi hermano no se haga el camino de vuelta solo porque su mujer está de turno y no puede acompañarnos. 
-    Compañeros que rulen los panchitos.
-    Cassy como me manches el coche me lo limpias con un cepillo de dientes.
-    Calla ya que no voy a manchar nada y dale voz a la música que no se oye.
-    Menudo viajecito que me va a dar esta- me dice mi hermano con una sonrisa disimulada. 
Yo se que Casandra puede llegar a sacar de quicio al mismito Dalay Lama pero mi hermano está acostumbrado a tratarnos desde pequeñas y no va a haber ningún problema . O a Casandra la deja por el camino que también puede ser.
Hacemos el camino casi sin darnos cuenta. Charlamos sobre todo lo que hemos vivido desde que nos conocemos que para mi es casi toda mi vida. Recordamos la de veces que mi hermano nos llevaba con él y como soñábamos con cual de todos sus amigos nos casaríamos. Me olvido de todo durante la horas que dura el viaje. De mis padres, de Ruben, de mi amargura… Mi hermano a puesto en “repeat”la canción de “como si fueras a morir mañana” es una de sus favoritas y , de tanto escuchársela en casa, ahora también es una de las mías. 
Son las siete y media pasadas cuando entramos por la puerta del campamento Europeo para Jóvenes Promesas. Todavía sigo pensando que quién eligió el nombre se quedó a gusto. Lo que más me llama la atención , nada más entrar , es lo verde que se ve todo alrededor. Mucho más bonito que en los folletos. El edificio principal se divisa a lo lejos. Es una edificación de piedra enorme con unas cuatro o cinco plantas. La fachada principal está repleta de ventanales gigantes y barandillas de boloñés blancas que le dan un aire bastante sofisticado. Es muy bonito , no se puede decir que no, y está abarrotado de personas que se despiden de sus hijos , a las puertas, mientas les ayudan a descargar sus equipajes. Dede el parking, donde hemos dejado el coche de mi hermano, se ven las pequeñas casetas de madera donde, intuyo, dormiremos los campistas. Me llama la tensión que cada una de ellas tiene el tejado de madera de un color distinto. 
-    Ostia , tu, vas a dormir en la casita de los picudos- ríe Casandra.
-    ¿Os pondrán canciones de parchís por las noches alrededor de la hoguera?
-    ¿Tu también vas a reírte de mi? Bastante sensible estoy ya.
Una voz , bastante refinada, nos dice a través de los altavoces que nos dirijamos al salón de actos para a bienvenida que , los responsables , nos quieren dar tanto a nosotros como a nuestras familias. 
-    No sé por qué pero a mi esto me suena a primer día de clase- dice Cassy- ¿Estás segura de que quieres que te dejemos aquí? Estás a tiempo de volver no nosotros…
-    De eso nada que la broma ha salido por cuatro mil pavos así que , Babi, te quedas aquí aunque haya que amarrarte a una de esas pitucabañas.
-    JA… JA… JA…- contesto con sarcasmo.
-    Nena si quieres que te rescate guíñame un ojo- bromea mi amiga antes de perder la mirada detrás de un grupo de chicos que parecen ser monitores- Madre del amor hermoso … cómo está el patio.
-    ¿Qué pasa que a ti lo de las hormonas no se te va a pasar nunca? – protesta mi hermano.
-    No se… ¿Se te ha pasado a ti?
-    Vayas dos estáis consiguiendo que quiera quedarme y que os marchéis ya.
El interior es más impresionante todavía. Se puede apreciar a simple vista a dónde van a parar las cuotas tan elevadas que nos cobran . Todo a mi alrededor es blanco, pero un blanco nuclear, me da la sensación de que si apoyo una mano en la pared sale una garra robótica y me la corta. A través amos un hall enorme para llegar hasta el salón de actos donde nos espera un escenario de dimensiones considerables y una centena de asientos bastante cómodos. Casandra tiene razón se parece bastante a nuestro instituto y eso no mola demasiado.
-    Me da la sensación de que unos camareros nos van a ofrecer canapés durante el discurso.
-    Si Casandra y champán francés.
-    ¿Tu crees?
Mi hermano la mira como si fuera tonta de remate y le da un pequeño coscorrón en la cabeza. Son como el perro y el gato creo que, después de todo, no llegarán a Madrid de una pieza. 
-    Buenas tardes, o mejor dicho buenas noches ya por la hora que es, quiero darles la bienvenida de mi parte , y de la de todo el equipo, a nuestro Campamento Europeo para Jóvenes Promesas.- el hombre , que es la misma imagen del mayordomo gay de Downton Abbey , hace una pequeña pausa como seguro de que le van a aplaudir – quiero agradecerles, ante todo, que hayan elegido nuestra institución para que sus hijos pasen un verano repleto de nuevas emociones y de actividades que, sin duda, los enriquecerán en todos los sentidos. Queremos recodarles por qué somos una institución que se diferencia de cualquier otra que puedan encontrar. En primer lugar estamos situados en una de las mejores urbanizaciones de Europa y con unas instalaciones de primer nivel junto al mar. Pero por si esto no fuera poco nos sometemos a una contante innovación para ofrecer cursos especializados y metodologías únicas para aprender de forma eficaz a través de la diversión . No olvide, esto es muy importante, que sus hijos saldrán de aquí con una o varias titulaciones oficiales que podrán añadir a sus CV. 
-    Joder , enana, al final mamá se va a salir con la suya- me susurra mi hermano.
Resoplo mientras me cruzo de brazos. Por si no tuviera pocas ganas ya de quedarme encima esto. Lo que no comprendo es por qué los chicos que están sentados a mi alrededor sonríen emocionado  como si les estuviese tocando el premio gordo. ¿Están locos? Yo solo quiero gritar que me saquen de allí que me he equivocado.
-    Como cada año, debido a que entre nuestros alumnos contamos con más de veinticinco nacionalidades diferentes, queremos dar una bienvenida especial a todos aquellos estudiantes extranjeros que nos han elegido . Muchas gracias chicos. 
Aplausos, ovaciones, silbidos… este tío debe creerse un Dios o algo así. Menuda pesadilla. 
-    Creo que el discurso del rey del campamento ya ha terminado- dice Cassy con sorna.
En medio del recuelo que se forma al levantarse todos de sus asientos el tío que se cree Dios vuelve a intentar llamar nuestra atención. 
-    Por favor, pro favor, un momento de atención si son tan amables. Para aquellos que estén entre nosotros por primera vez decirles que deben dirigirse a admisión, en el hall principal, para que les indiquen cual es su alojamiento y les proporcionen las normas de convivencia y los horarios. Ahora sí gracias a todos y que disfruten de esta maravillosa experiencias.
Volvemos a levantarnos para irnos hacia admisión de una vez y que esto empiece, y termine, lo antes posible.
-    ¿Esto no os da una sensación rollo secta ?
-    Espero que no Casandra, es lo que le hacía falta a mi madre para morir de un infarto que mi hermana se metiera en una secta.
-    Pues no creas que a veces no me dan ganas- le contesto.
En admisión hay bastante personas aguardando su turno. Gracias a Dios no soy la única “nueva” por aquí pero se nota que somos minoría. Para mi suerte hay varios monitores atendiendo, detrás del mostrador, así que no tenemos que esperar demasiado a que llegue mi turno.
-    Buenos días guapa- me dice el típico músculitos de gimnasio tostado por el sol- Nueva, ¿verdad?
-    Si…- contesto con sequedad.
-    Lo sabía, no me suena tu cara, y yo nunca olvido una cara si me interesa.
-    ¡Ah que bien! Con el rompe bragas del campamento hemos topado. Dime guapo, ¿tu discursito te funciona alguna vez?
-    ¡Casandra…!- me quejó mientras el chico se vuelve farfullando en busca de la llave de mi habitación. – Creía que decías que aprovechara la experiencia rodeada de todos los tíos buenorros que hubieran por aquí .
-    Si chata pero una cosa es buenorros y otra el gilipollas de turno.
-    Aquí tienes- dice el chico volviendo hasta nosotras- cabaña de uso compartido con baño privado. Estás son las normas y estos los horarios . Encontrarás toda la uniformidad en la habitación .
-    ¡¿La uniformi qué?!- exclamo boquiabierta pero el chico ya se ha manchado para atender al siguiente y para perdernos de vista.
-    ¿Me van a poner uniforme? ¡Me niego!
-    Enana , ¿de verdad crees que eso va a ser lo peor?
Me marcho refunfuñando hacia la cabaña que me ha tocado, la número trece, y ando tan enfrascada en mis quejas mentales que no veo al chico que se cruza conmigo en la puerta. Chocamos , y me hace bastante daño en la cabeza por cierto, así que le miro con cara de pocos amigos y le grito que tenga cuidado.
-    Lo siento- se disculpa Casandra- mi amiga es una histérica , perdónala. 
El chico no contesta pero debe mirarnos sorprendido porque mis malos modales no parecen ser algo muy común por aquí.
La caseta trece es una de las que queda en medio del resto. El tejado es azul cielo , por lo menos es algo que me gusta, y parece bastante bien cuidada desde fuera.
-    Si queréis podéis marcharos ya. Prefiero deshacer el equipaje sola.
-    ¿Tú has visto al pedazo de tío con el que te has chocado?
-    No, yo he visto el pedazo de chichón que me ha hecho. 
-    Te juro , amiga, que es un puto Dios. Está de bueno que te mueres.
-    ¿Vosotras siempre estáis así de salidas?- protesta mi hermano.
-    ¡Tu calla ! Que menudo viajecito de vuelta te pienso dar.- Casandra me mira y me coloca el flequillo detrás de la oreja- Babi, fuerza, la vas a necesitar.
Intento quejarme pero me abraza con fuerza para que me calle.
-    Es broma tía . Pásatelo bien y todas esas cosas. Y hazme caso- añade mirándome muy seria- disfruta de todo el que se te ponga a tiro.
-    Deja a mi hermana pervertida- se queja mi hermano apartándola de un empujo leve- Babi pásalo bien, ten cuidado y llámame para lo que necesites. Te quiero- se despide abrazándome.




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