¿También recuerdas que nos sentamos juntos en clase?
Si no me equivoco estabas enfrente de mí.
Y la verdad, todo esto, eran demasiadas casualidades para mi gusto.
Comenzaba a creer que el destino, universo o como prefieras llamarlo, quería que de alguna manera, estemos juntos.
Y no solo hablo de cercanía, sino también de la otra manera.
De esa manera que me asustaba.
Y esos pensamientos no me gustaban para nada.