Vos y la que me cae mal.
Debería decir que lo esperaba porque, o sea, lo esperaba. Pero tenía la pequeña esperanza de que solo fuera ella intentando llamar tu atención.
Sin embargo las miradas, sonrisas y roces “accidentales” decían otra cosa.
Y no, no es como si los estuviera vigilando siempre. Pff. Era muy obvio, si eso.
Ahora, yo debería haber tomado eso como una advertencia de que mi sueño iba terminar en pedacitos.