Ese verano mi mamá se encargó de hacerles saber a todos mis familiares, y hablo de cada uno de ellos, que vos eras el chico que me gustaba.
Y mi familia no es exactamente pequeña.
Ahí me di cuenta que no fue buena idea haberle contado.
Por supuesto, las burlas por parte de mis primos no se hicieron esperar. Incluso algunos se lo tomaron como que eras mi novio y comenzaron a joder con que querían conocerte.
Supongo que eso pasa cuando por fin sabes sobre algo de la vida amorosa de la prima más reservada.
Todo eso me hizo pensar en que existía la posibilidad de que se volviera realidad.
Y entonces solo pedía que no lo arruinaras.