Otras vacaciones se hacen presentes.
Me preocupe por vos cuando tuviste que ir a recuperar una materia. Créeme, otra lucha interna se desató intentando decidir si debía hacerlo o no.
Te saludé para Navidad y, obviamente, respondiste.
Iba a hacer lo mismo para año nuevo, pero ¿sabes? No lo hice esperando que vos te preocuparas o al menos te acordaras de mí en la misma manera en la que yo lo hacía.
Esperé y esperé.
Por supuesto, nada pasó.