Entramos a cuarto año.
Presentía que este año iba ser mío, que todo iba a ser diferente.
Y lo primero de todo era intentar controlar los sentimientos que tenía por vos.
Cosa nada fácil si he de decir.
Pero los dioses al parecer se decidieron por ponerse de mi lado ya que el primer día no fuiste.
Por lo tanto, no tuve que aceptar el hecho de ser tu compañera, cosa que, si estabas enfrente de mí, habría hecho sin dudar.
Sin embargo ese día me mandaste un mensaje pidiéndome que te guarde un lugar a mi lado.
Lo siento cariño, ese año mi propósito era estar lo más lejos posible de ti.