Las cosas que nunca le dije (y probablemente no le dire)

XLV

Cuando la profesora escuchó nuestra idea te miró significativamente, como diciendo “¿él está de acuerdo con esto?”

Vos simplemente te encogiste de hombros divertido y dijiste que fue tu idea.

Ella como respuesta rió.

Ahora la incógnita estaba en donde nos juntaríamos a hacer el trabajo.

Y para mi más mala suerte todas las miradas me apuntaron a mí, incluida la tuya.

En esos momentos te consideré realmente masoquista porque si íbamos a mi casa, ahí estaría mi mamá.

Y si estaba mi mamá eso solo significaba una cosa: preguntas y más preguntas para ti.

Y vergüenza y más vergüenza para mí.



#1896 en Otros
#468 en Relatos cortos
#4829 en Novela romántica

En el texto hay: tristeza, amor, amor adolescente

Editado: 20.11.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.