Aunque no fue una desilusión tan grande después de todo.
Dijiste que no ibas a poder ir a festejar mi cumpleaños a la noche que es cuando hacia la “fiesta” (vecinos, amigas y mis papás. Nada wow) porque no conocías a casi nadie y te daba cosa.
Iba a refutar con el tema de mis amigas pero me puse en tu lugar y supe que si yo tendría que estar entre medio de todos tus amigos tampoco estaría muy cómoda.
También pensé en el hecho de que mi vecino antes fue nuestro compañero, pero no tenían mucha relación… así que esa opción fue descartada.
Sin más acepté que te entendía.
Pero aun así prometiste que irías a saludarme sin falta ese día.