Sinceramente terminé agradeciendo el hecho de que no hayas asistido a mi fiesta de cumpleaños.
Si mi mamá ya estaba haciendo todo esto sin tu presencia, no quiero imaginar lo que habría hecho si vos hubieses estado presente.
El tema de conversación de los grandes fue: “el chico que le gusta a mi hija vino a saludarla y pasó la mayor parte de la tarde con nosotros”
Dios, que vergüenza. No sabía dónde meterme.
Incluso les mostró una foto tuya y fue alarmante el hecho de que lo sacó de tu perfil de Facebook.
Dioses divinos, si alguien estaba escuchándome, que haga que no le mande la solicitud.
Mis traicioneras amigas no perdieron la oportunidad de exprimirme a preguntas sobre lo sucedido y de participar de la ronda de vamos a avergonzar a A.
Todo lo que debía soportar por vos.