Si hay algo que siempre hiciste, es tener mi opinión en cuenta.
Supongo que esa también fue una de las razones de porqué terminé como terminé.
Queriéndote.
Siempre que ibas a tomar una decisión importante, o no estabas seguro de alguna cosa, o simplemente necesitabas ayuda con algo, recurrías a mí.
Y esta vez no fue diferente.
Querías teñirte el pelo, y me preguntaste como se vería en ti cualquier cosa.
Casi suelto algo como: “en vos todo se ve perfecto” pero por suerte supe guardármelo y te di mi aprobación.
Solo me quedaba esperar para ver el resultado en persona.