Y llegó el esperado último primer día de secundaria.
En las vacaciones por fin me había mudado, así que ahora podía ir todas las mañanas junto a mi mejor amiga AL a la escuela. M también había decidido ir con nosotras porque no quería llegar sola, entonces cuando llegó la hora las tres nos encaminamos hacia allí.
No voy a negar que estaba nerviosa, nerviosa por imaginar todo lo que nos esperaría este año, nerviosa por verte al fin.
No imaginaba un encuentro como de película, simplemente quería encontrarte.
Y gracias a Dios que nada imaginé, porque básicamente pasaste monumentalmente de mí. Y yo no fui detrás de ti.
Supongo que lo de extrañar al otro solo había sido por parte mía.
Y lo peor de todo es que no me sorprendía.