Creo que mi decisión de no sentarme con vos este último año te quedó más que clara cuando entramos al salón y no fui por tu mismo lado.
No hiciste ningún comentario al respecto.
Al parecer mi mente sabe que no te importo en la misma medida que vos a mí, por eso la ilusión de que por un año entero fuimos desconocidos.
Por eso aceptar sin más este tipo de cosas a pesar de que duelan.
En fin, quedaste solo. Y me dieron ganas de aparecer ahí al lado tuyo y hacer de cuenta de que todo seguía igual a antes de que ella apareciera.
Antes de que terminara con el corazón roto.
Y con esto en mente supe que este año iba a ser largo, muy largo.