Un día tuve que faltar por razones personales que quizás sabes o quizás no.
No me animaba a preguntarles a mis amigas de si te dijeron porque mi plan de cero G se iba a ir por el caño.
La cuestión es que AL me dijo que preguntaste por mí.
Al parecer tu enojo se había esfumado por completo. Y no voy a negar que el mío, a causa de la razón por la que falté, también lo hizo, al menos un poco.
Porque me di cuenta de que no tenía sentido estarlo.
Pero lo que más me importó de todo eso fue el hecho de que ella me dijo que en un momento me empezaste a llamar como si quisieras decirme algo importante.
Y ahora voy a tener que vivir con la duda de saber qué era.