Las cosas que nunca le dije (y probablemente no le dire)

LXXXIV

Creí que en este último año iba a salvarme de gimnasia.

Tonta de mí. En los últimos dos o tres años, la habían vuelto a agregar como asignatura para los próximos graduados. Casi lloro.

Pero en fin, por ser la última vez que íbamos a “disfrutar” de esta materia, hacíamos distintas actividades.

Esa vez, nos tocó natación.

Para alguien como yo que no sabe nadar, no resultó muy tentadora la idea. Y peor aun cuando supe que no solo iba a ser una clase, sino dos.

Pero por ciertas cuestiones la primera vez, no pude hacer. Pero si mirar.

Y vaya vista que tenía de vos.

Sinceramente, los años que hiciste gimnasia te favorecieron. Y ahora que escribo esto, hasta me da miedo de haber parecido una acosadora de tanto que sé que te miré.

Pero no es mi culpa, además, cuando me proponía mirar hacia otra parte, pasabas por la orilla en la que me encontraba sentada y me tirabas agua.

O sea que… no te puede quejar. Yo lo intenté.



#1889 en Otros
#458 en Relatos cortos
#4831 en Novela romántica

En el texto hay: tristeza, amor, amor adolescente

Editado: 20.11.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.