Sinceramente no sé cómo llegamos a este punto, pero lo único que sí sé es que tiraste un alfajor en mi dirección.
No me quejo, tenía hambre y esa acción me vino de maravilla, no obstante, no tengo la menor idea de qué pasó por tu cabeza para que hagas tal acto.
Eso sí, despertó dentro de mi recuerdos sobre todas las veces que me regalabas comida durante años anteriores.
Cosa que no me sorprendía, ya se estaba convirtiendo en algo habitual tener pequeños “flashback” de todo lo que habíamos pasado.
Y eso solo me hacía pensar en una sola razón.
Cada vez estábamos más cerca. O mejor dicho, yo lo estaba.