Todo lo de las historias de Instagram parecía estar superado.
Me refiero a que, luego de ver como casi todos los días subías una foto con ella diciendo todas esas cosas cursis que harían vomitar a alguien anti amor, ya me había acostumbrado y no sentía nada respecto a eso.
Hasta que un día hubo una foto, en la que ambos estaban con unos conejitos entre sus brazos.
Y después me contaste que ella los tenía como mascota y le gustaban mucho.
No dije nada, pero indignada en mi interior pensé: ¿acaso le gustaban las chicas que eran amantes de los conejos? Mientras recordaba el día de mi cumpleaños donde ambos fuimos a visitar al mío.
Bueno, realmente fue una pregunta tonta, porque nunca te gusté, o al menos eso creo.
¿Alguna vez realmente lo hice?